A través de sus ojos [NejiSaku]

Capítulo 1

Disclaimer: Tanto Naruto como Naruto Shippuden son propiedad de Masashi Kishimoto. Sólo utilizo a sus personajes para mis historias, sin fines de lucro. Las historias aquí presentadas son completamente mías; cualquier robo de éstas, ya sea parcial o en su totalidad, será considerado como plagio.

Título: A través de sus ojos.

Rate: T.

Pareja: NejiSaku. Posibles menciones a otras parejas.

Advertencia: Lenguaje vulgar o grosero. Violencia moderada. Este fic está basado en el Universo Ninja, mas no será completamente apegado a éste, por lo que habrán ciertos cambios que más tarde notarán.

Summary: Cuando Neji Hyūga escuchó el refrán "ver la vida a través de los ojos del prójimo", nunca se imaginó que terminaría experimentándolo de una manera tan literal como aquella... y mucho menos de unos tan bonitos como los de Haruno Sakura.

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Capítulo 1: Un nuevo punto de vista

La guerra es fácil.

Es el primer pensamiento que arriba a la mente de Sakura al sentir su corazón golpeteando tan fuertemente contra su pecho, tan fuerte como para hacerla sospechar que había sido él y, no aquella bestia, el que había roto varias de sus costillas en un simple chasquido. Su respiración estaba agitada, pero era una brisa en comparación con la velocidad a la que trascurrían los eventos que, aunque sus ojos presenciaban, no eran capaces de asimilar todo al mismo tiempo.

La guerra es fácil. Es lo que las siguientes generaciones pensarán al leer los sucesos en los libros. Pensarán que se trata de un juego de niños, de algo tan divertido como una salida escolar al bosque o una burda descripción, digna de una historieta de acción. Dedicarán su tiempo en leer datos generales, en las épicas demostraciones de poder y la lucha por la victoria. Repasarán con el dedo índice el número de muertos en batalla y su magnitud tan solo servirá para insensibilizarlos. Porque una muerte era una tragedia, mil de ellas tan solo una estadística.

Y sería fácil para ellos porque, a diferencia de ella, no tendrían que presenciarlo.

Pero no los culpaba, porque ella estaba ahí precisamente para que ellos no tuvieran que estarlo en un futuro. Para que no sintieran la desesperación que ahora la embargaba a ella al tener las manos ocupadas y, aún así, no abarcar lo suficiente para sofocar los gritos y el llanto de dolor que perforaban sus oídos.

Sentía la acidez crecer desde la boca de su estómago, avanzando con bravías llamaradas por su esófago y reduciendo el epitelio a cenizas que más tarde la forzarían a inclinar la cabeza para expulsarlas con violencia en una tos que alimentaría el ardor en su pecho. Cómo, a pesar de los esfuerzos en conjunto, parecía no ser lo suficiente para que la luz encontrara una rendija entre la bruma que amenazaba con devorarlos; el sol que iluminaba constantemente sus días se estaba apagando, porque sus lágrimas bañaban el rostro de un joven que había decidido formar parte de tan fatídicas cifras.

Sus niveles de Chakra descendían a una velocidad alarmante, pero no debería de sorprenderle, considerando lo que Lady Katsuyu tomaba para sanar a todos y cada uno de los heridos en la guerra que, para su desgracia, cada vez que pestañeaba aumentaban en número. El sello en su frente pareció palpitar ante la demanda de su portadora, como si de alguna manera intentara advertirle sobre algo, aún cuando las cintas oscuras serpenteaban por sus brazos, hasta traspasar el inexistente espacio entre sus cuerpos para abrazar la demacrada anatomía del moribundo.