Capítulo uno

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Este pequeño fics es especialmente para una personita bella que quiero y aprecio mucho.
Mi hermosísima Camill54







Veía las gotas de lluvia resbalar por su ventana, se sentía aburrido y como no estarlo si su cumpleaños se aproximaba.
Estaría por cumplir catorce años; no era el hecho que le molestara tener un año más de vida, más bien detestaba las fiestas.
Se sentía molesto porqué en aquellos eventos solo acudía gente muy falsa, aquellos que solo les gusta mostrar que se preocupan pero el fondo desean dar una puñalada en la espalda.
Esas personas que te desean lo mejor pero en realidad esperan el momento preciso por verte caer.

Y eso es lo que le esperaba en aquella fiesta, estaba a una semana y Albafica, simplemente no tenía ganas de ello.

Sus padres le avisaron sobre la fiesta de su cumpleaños, estaban terminando de ultimar los detalles faltantes para que la siguiente semana pudieran celebrar otro año más en este mundo.

Había nacido en un círculo familiar muy exitoso, las ventas de inmuebles les dejaba grandes ganancias y por lo tanto...
Albafica siempre se sentía solo.

No era el hecho que le faltara dinero, al contrario si algo quería lo tenía a manos llenas.
Solo que...
Sus padres no tenían tiempo para su único hijo.

Nuevamente dejó escapar un suspiro mientras seguía con la mirada perdida a través de la ventana, la lluvia aún no cedía.

Intentaba tranquilizarse porqué sus principales invitados a la fiesta eran sus compañeros de la escuela.

También en ese momento se le vino un mal recuerdo, a pesar de tener una familia exitosa en los negocios, no dejaba de ver los defectos de los miembros de su familia.
Sus primos eran la viva imagen que su familia, muy superficiales y sobre todo les gustaba tratar a la gente con la punta del pie, para ellos las diferentes clases sociales se respetan y no se mezclan.

Albafica era una persona sencilla, noble, con principios y sobre todo con un gran corazón. La corta vida que ha llevado le ha permitido ver más allá de donde su familia no puede ver.
Su único defecto era que envidiaba la felicidad de los demás, porqué eso es lo que más anhela de esta vida, ser feliz como el resto de las personas que ve pasar en la calle, que son felices con cualquier detalle que la vida les otorgue.
Y eso para Albafica estaba muy lejos de vivirlo.

O al menos eso creía...








Lune era uno de sus odiosos primos, detestaba con todo su ser a Albafica.
El título que todos en la escuela le habían otorgado como El más hermoso lo llenaba de cólera.

¡Por favor, Albafica no es atractivo!

Exclamó Lune molesto aventando con molestia sus libros que tenía sobre su pupitre.
Este mal momento fue notado por Minos quien entraba al mismo salón.

— Lo conozco solamente de lejos.

Lune dirigió su mirada a la puerta, sonrió con malicia cuando se dio cuenta que había llegado al salón uno de los miembros del grupito que les gusta molestar a los demás.

— ¿También lo detestas?

— Todo mundo lo ama... Dicen que es el alumno más apuesto y hermoso de la escuela, me molesta que todos lo amen de esa forma.

A Lune se le vino una idea que quizá pueda ser del agrado de Minos.

— La próxima semana es su cumpleaños. Le harán una fiesta en un lujoso salón.

El chico de cabellos plateados sonrió con malicia al escuchar esa noticia. Detestaba en demasía a Albafica.

— Quizá tu puedas ayudarme — Susurró en un tono seductor pero en realidad su intención era otra.

— Esa sonrisa tuya me dice que algo tramas.

Lune comenzó acortar la distancia entre los dos, tomó al contrario de su camisa desabotonada dejando ver su pecho al descubierto y le susurró al oído.

— Deberíamos echar a perder su fiesta.

Minos dibujó una sonrisa en su rostro, ambos detestaban a Albafica, sin duda en esa noche buscarían arruinarle su día frente  a los demás.

— Si lo logramos... Me debes una cita.










Al pasar los días, los padres de Albafica se habían tomado la libertad de contratar un servicio completo para la fiesta de su único hijo.
Sería la más grande y lujosa para que los compañeros de la escuela de su pequeño retoño pudieran asistir sin problema.

Desde el servicio de Dj para amenizar la fiesta hasta un servicio de barra libre de dulces para los invitados.

Todos se encontraban emocionados, a excepción del festejado. Jamás lo tomaban en cuenta sobre sus decisiones y esa era una de ellas.
Eso le molestaba y mucho.









Cuando el día esperado llegó, Lune se encontraba frente al espejo de su tocador admirando una vez más sus prendas y sobre todo que su cabello luciera sedoso y radiante, buscaba ser la envidia de Albafica.

Unas ligeras piedritas golpeaban su ventana, no sabía quien estaba ocasionando aquel ruido. Cuando se asomó a través de la ventana  se dio cuenta que afuera lo esperaba Minos.

Lune le hizo una pequeña seña, dando a entender que se fuera adelantando a la fiesta y lo buscaría allá.

Sin embargo no notó que sus padres ya habían visto con anterioridad aquel chico que les daba mala espina y sobre todo que era una mala influencia para su hijo.

Al bajar las escaleras para irse a la fiesta lo detuvo su progenitor.

— Tu no vas a ninguna parte.

Lune se quedó sorprendido, él no había hecho algo malo para que su padre se portara así de esa forma con él.

— Pero... ¡Solo es la fiesta de Fica!

— A nosotros nos surgió un imprevisto, no podemos asistir... Pero no dejaremos que te vayas con un sujeto sin clase y sin principios.

En ese momento Lune quería responderle a su padre pero a esa plática se unió su madre.

— Lune cariño, ese chico no es como nosotros. No puedes juntarte con él, lo siento.

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Amor de media nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora