| ᴀᴜ ᴍᴏᴅᴇʀɴᴏ | ʀᴏᴍᴀɴᴄᴇ |
❝ Los hermanos mayores solo tienen dos caminos: Ser el ejemplo para los menores o convertirse en la oveja negra de la familia. Tōuya Todoroki no eligió su papel en la vida, pero ser esclavo de sus propios pensamientos lo lle...
❝¿Por qué te amo? ¿Por qué tuviste que ser tú? ¿Por qué no puedo dejarte ir? Te necesito, chica ¿Por qué solo yo estoy enamorado? ¿Por qué solo yo estoy lastimado? Te necesito, chica, ¿Por qué te necesito de nuevo si sé que saldré lastimado?❞
➤; ɪ ɴᴇᴇᴅ ᴜ.↶
─────── BTS ───────
I Need U
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Tōuya desde los catorce años ya se veía venir que que algo como eso ocurriera, no mentiría, una parte de él hasta lo esperaba.
En medio de una pelea entre sus padres se vio obligado a intervenir porque Shōto estaba prácticamente escondido debajo de la mesa del lado de su madre y cuando intentó sacar a su hermanito de ese sitio, las críticas pasaron de ser entre Rei y Enji para centrarse en sus recientes malas calificaciones.
Una situación llevó a la otra, entre gritos, empujones, réplicas y acusaciones, su padre le dio un puñetazo que lo envió varios centímetros hacia atrás hasta chocar con la mesa. El hilo de sangre que se desprendió de su nariz había marcado un antes y después.
Se retiró de la sala con Shōto en brazos que gimoteaba en su hombro.
Al fin estaba lejos de la zona de guerra y sus padres volvieron a enfrascarse en su discusión sobre quién era el responsable, Tōuya suspiró con fastidio dispuesto a irse al siguiente piso con Shōto y en la escalera se encontró con Fuyumi de diez años y Natsuo de ocho, los dos abrazaban sus piernas manteniendo la cabeza gacha. Vieron a su hermano mayor y ambos rostros parecían iluminarse, eso solo hizo que el corazón del pelirrojo se sintiera mucho más pesado.
Los cuatro subieron a la biblioteca donde también había algunos juguetes de los menores, una mesita baja para que Shōto pudiera hacer sus garabatos en paz y algunas prendas de ropa. Antes tenían a alguien que iba a limpiar, pero desde que las disputas entre sus padres fueron en aumento decidieron que no querían a nadie cerca.
—Papá otra vez está enojado —Murmuró Shōto abrazando un peluche de pingüino con la barriga blanca y la cabeza roja, lo había elegido porque se parecía a su cabello —¿Otra vez mamá va a llorar?
—No te preocupes —Tōuya acarició la cabeza de su hermano menor —Es su problema —Fuyumi y Natsuo se acercaron con pequeñas sonrisas tratando de animar al más pequeño —Ustedes solo jueguen, más tarde comeremos aquí.
Tres pares de ojos brillaron ante la expectativa de no comer en la mesa con sus padres, rara vez podían escapar del tenso ambiente de la cena o almuerzo.
Desde su posición, Tōuya mantuvo los ojos en Shōto que luce relajado ante los mimos.
Le preocupaba que fuera tan cercano a su madre, Tōuya era consciente de que su hermanito solo veía los ataques de su padre cuando empujaba a su madre o le gritaba hasta que lloraba, nunca ha visto a Rei romper cosas contra las paredes, tirar los vasos al suelo o lanzarle por accidente un adorno de metal logrando golpear la cabeza de Enji y hacerlo sangrar. No, Shōto era demasiado pequeño para recordar esas escenas y por suerte Fuyumi y Natsuo estaban lejos cuando esas peleas se salían de control.
