Capítulo Tres

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Claire sonríe instantáneamente cuando Henrik y Klaus aparecen a la vista

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Claire sonríe instantáneamente cuando Henrik y Klaus aparecen a la vista. Los dos estaban de pie hacia la parte trasera del Rousseau's. Hablaban demasiado bajo para que Claire los oyera. Henrik se da cuenta de ella primero y luego Klaus. Ambos se relajaron visiblemente al verla.

"¿Qué ocurre?" Preguntó Claire notando su tensión.

"Encontramos a Sophie" le dijo Henrik en voz baja. Claire se beneficia instantáneamente.

"¿En serio? ¿Dónde está ella?" Preguntó Claire mirando a su alrededor.

"En el callejón detrás de aquí", explicó Henrik. "Tratamos de que ella nos dijera por qué nos trajo aquí, pero Marcel quiere que nos sigan". Él asiente con la cabeza hacia la barra. Claire se vuelve y ve a dos hombres mirándolos. "Ella no dirá nada con otros vampiros alrededor."

"Estas brujas están aterrorizadas de hacer un movimiento con los vampiros alrededor", les informa Klaus.

"Me pregunto por qué", murmura Elijah dando un paso a un lado, bloqueando a los dos vampiros para que no puedan ver a Claire.

"Marcel se jacta de cómo los tiene bajo control, su control", les dijo Henrik a sus hermanos. "No entrará en detalles"

"Quizás te estaba preguntando demasiado amablemente la última vez", gruñe Klaus mirando hacia la barra. "Quizás esos caballeros sepan algo" Klaus sonríe mientras camina hacia la barra. Claire se mueve frente a él para llamar su atención al instante.

"Centrémonos en Sophie" suplicó Claire. "Quiero saber lo que tiene que decir y volver a casa". La expresión de Klaus se suaviza ligeramente. Acaricia su rostro y besa su frente.

"Quiero saber por qué Marcel me está siguiendo a Henrik y a mí". Él le murmura. "Lo último que necesito es que se sienta demasiado cómodo con el poder que cree que tiene sobre nosotros", le explica Klaus. Si Marcel se siente demasiado cómodo con ellos, entonces uno de sus caminantes diurnos o nocturnos podría intentar hacerle algo a Claire en un intento de impresionar a Marcel. Eso iniciaría una guerra que destruiría Nueva Orleans. "No tardaré", le promete antes de caminar alrededor de ella.

"¿Por qué no le creo?" Ella murmura su cabeza volviéndose para mirarlo.

"¿Me estáis siguiendo?" Klaus pregunta apareciendo detrás de ellos.

"Marcel dijo que somos tus guías", le dijo uno de ellos a Klaus. Klaus aprieta la mandíbula. Los agarra a ambos con brusquedad. Intentan alejar el dolor de sus farsas.

"Oh, lo hizo, ¿verdad?" Klaus reflexiona con sarcasmo. "Bueno, entonces déjame ser muy claro sobre algo: si alguno de ustedes me sigue de nuevo, lo hará sin el beneficio de una columna vertebral" les advierte Klaus. Su agarre se aprieta y se estremecen cuando Camille, la camarera, se acerca a ellos.

"Perdón por la espera. Si estáis aquí por el gumbo, estoy a punto de romperos el corazón. No queda". Camille les advierte. Klaus libera a los dos hombres, agarra un billete de cien dólares y lo arroja a la barra.

Reina De ReyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora