"Sueños afligidos en versos rotos"

carta anónima para ti

Te amo, suena muy intenso al principio de una carta pero es en lo primero que pienso cuando describen tu nombre o preguntan por ello, yo suelo recordar el más grande mis amores, aunque eres y fuiste el primero de todos ellos que vendrán más adelante, sin tener noción si lograrán mover lo que tú has construido en mi, tan firmemente para no ser removido por un extraño tratando de entrometerse en mis insondables sentimientos que solo tu haz lo logrado conocer, me conoces y te conozco tan bien, que se el momento exacto cuando necesitas un cálido abrazo o un dulce y lento beso.

La primera que tomaste mi mano yo con mirada asustada intentando adivinar qué era lo que estaba pasando, la vez que me regalaste un ramo de lavandas cortadas en las jardineras y de costumbre tus 5 chocolates que solías llevar para no dormirme en clases y si me vencía el sueño tus manos extendidas para poderme acostar, aún siento tus frígidas manos pero cuando se complementan con las mías equilibraba una temperatura poniendo el ambiente un poco más dramático y esplendoroso.

Que por ti empecé a amar los gatos y que pronto te daría uno, como sabía que amabas a los animales , acariciando a cualquier que vieras en el camino, tu paciencia y solidaridad eran cosas sumamente lindas que me encantan de ti, tuve miedo de un día hacerte enojar y conocer tu villano interior.

Cariño te amo demasiado, no he encontrado similitudes a ti, cumplen tal vez físicas pero no intelectuales, tu caballerosidad y obvio tu impuntualidad jajaja!!, el chico primero en besarme pero con mi consentimiento, tú sabías que jamás había besado a alguien y si lo llegaría a hacer era porque sería con alguien especial, porque un primer beso es inolvidable, fue el momento más lindo del mundo, infinitas cosas me siguen enamorando, tu mandíbula jodidamente perfecta, y labios rosados como una sandía con simetría dibujada por algún artista, manos pálidas que culposamente me encantan, tu amor me provoca una ensoñación excesiva.

Mi gratitud sería todo un repertorio, por ti mis inseguridades desaparecieron en la mayoría, sonreír más seguido y que comer gomitas todos los días no tiene nada de malo como igual echarle a tu agua si te da la gana, no me molesta que me quites la comida o me pellizques las mejillas hasta el punto de dejarlas rojas, o rojas cuando me dices  algo lindo que me encoje el corazón, las veces que llegaba al salón más linda de lo habitual y tú mirada sutil con una frase en el oído de "Sos la chica más linda" robándome un beso, tus lentes que te pedía con clemencia que siempre llevarás, me siento un poco mal  por eso, pero en tu lindo rostro lucían como dos faroles en medianoche compactando con tus cejas curvadas pobladas, pero es que si se trata hablar de ti es lo más fácil y complicado.