Episodio 02: Un aroma muy peculiar y algo familiar

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Por poco y casi no la contaban en la última misión y ahora, nuevamente, el cuervo no dejaba de gritarles para que aceleren el paso. Tanjiro sentía que su cuerpo ya no daba más y que se estaba rompiendo por dentro. Tres misiones seguidas no le habían sentado nada bien y menos cuando el anterior demonio se trataba de una ex luna inferior.

Sin contar que tenía que llevar en sus hombros a su nuevo compañero rubio, quien no había hecho más que lloriquear en toda la misión y aun así termino terriblemente herido cuando salió volando de aquella casa antigua, protegiendo con su cuerpo a uno de los niños que ayudaron.

Tras caminar todo el atardecer hasta la noche, se encontraban frente a una gran mansión japonesa con un símbolo peculiar de flores violetas que anteriormente habían visto. El cuervo se posó en el hombro del de cabellos burdeos para enseguida hablar con esa chillona voz.

-Es hora de descansar- Gritaba- ¡A descansar!

-Ya te oímos la primera vez, pero ¿Dónde descansaremos?- Preguntaba hasta que las puertas de la mansión se abrían y salía una anciana en la oscuridad- Ahm, disculpe...

-¡Un fantasma!- Zenitsu gritó asustado- ¡Ahh! ¡Vamos a morir! ¡Vamos a morir!

-¡Zenitsu! ¡No seas descortés con la señora!- Le intentaba sujetar para que se quedase quieto.

-Sean bienvenidos, cazadores- Se inclinaba en son de respeto- Siganme, los llevaré a sus aposentos de inmediato.

-Vamos a morir... Tanjiro- Seguía con sus quejas el rubio mientras se ocultaba detrás de la espalda del otro- ¿Vas a protegerme, verdad?

-Zenitsu, ya para. Nos están dando alojo amablemente, deberías ser más... agradecido- Elevó un poco la cabeza y olfateo algo que llamaba su atención.

Era un aroma a frutos silvestres, como a moras y frambuesas, muy dulce y algo embriagante. Miro a la anciana que estaba delante suyo, no era ella ¿Entonces de dónde provenía aquel aroma tan exquisito? ¿Y por qué lo sentía familiar? No recordaba nunca haber olido algo así antes.

-Tanjiro, hay otro fantasma- Su compañero tiritaba- Lo puedo escuchar, está observándonos fijamente en la oscuridad.

¿En la oscuridad? Giró la vista intentando localizar aquella otra presencia, quizás portadora de ese olor peculiar y pudo ver una sombra detrás de un árbol. Una silueta que al ser descubierta volvió a ocultarse. Al parecer no estaban solos.

-Disculpe, señora- No es que estuviese asustado, pero podría tratarse de un ladrón. Aunque no olía ninguna mala intención, tenía algo de curiosidad- ¿Alguien más...?

-Adelante, esta es la posada. Mi nombre es Hisa y yo los llevaré a sus cuartos donde podrán cambiar sus ropas y asearse debidamente- No pudo terminar de preguntar Tanjiro al llenarse de sorpresa por las atenciones que les brindaban- Tómense su tiempo, mientras preparo su cena y sus camas.

El pelirrojo se inclinó agradeciendo y con su compañero fueron a cambiarse para luego ser llevados al comedor, donde había varios manjares servidos para ellos dos.

-No hay duda alguna ¡Esto no es normal!- Zenitsu no paraba de callarse- Es un fantasma o una bruja ¡No hay duda! ¿Cómo pudo tener todo tan bien preparado?

-Zenitsu, ya basta. Eso es muy maleducado de tu parte- Le regañaba mientras cenaban- Aunque, si es algo extraño este recibimiento. Hasta Hisa-san insistió que iba a traer a un doctor del pueblo vecino.

-¡Es que la casa tiene la marca del sello de las glicinas!- El cuervo se apareció para explicarles, sorprendiendo a ambos- Esta familia fue salvada por los cazadores de demonios así que muestran su gratitud sirviendo de refugio a los heridos. Este lugar es seguro ¿Acaso no vieron los alrededores?

Tenía razón el ave negra, toda esa mansión estaba rodeada de aquellas flores que vieron en la prueba final. Aquellas que odiaban los demonios y hacía que detuviesen el paso.

-Ya veo, eso tiene sentido- De nuevo aquel olor invadía el lugar, cuando giró en dirección a este se apareció Hisa otra vez frente a ellos- Ah, gracias por la comida. Está deliciosa, Hisa-san.

-Qué bueno que la comida sea de su agrado- Era muy atenta aquella señora- ¿Desean otra porción más de arroz?

¿Lo habría imaginado? Pudo jurar ver una sombra en la puerta del cuarto que parecía estar temblando. Quería preguntar pero en cuanto iba a decir algo la sombra se había desvanecido ¿Acaso Zenitsu tenía razón y se trataba de una mansión embrujada? No, no tenía sentido. Pero tampoco tenía mucho sentido el que alguien no dejase de observarlos y luego desapareciese. 

Luego de cenar, el médico los reviso. Tenían las costillas rotas y necesitarían descansar un buen tiempo hasta que sus huesos se repongan. Tendrían una estadía larga en aquella mansión, como mínimo un mes. Tras un malentendido entre él y Zenitsu, al descubrir que el demonio que transportaba era su hermana menor Nezuko y no su prometida ni pretendiente. Tanjiro al fin pudo conciliar el sueño después de una larguísima explicación, aunque aún seguía intrigado por aquella fragancia misteriosa y de quién provenía.

De alguna manera sentía en sus sueños que se volvía más fuerte, cálida y suave; como si se estuviera fundiendo en un abrazo con este aroma. Y le daba tranquilidad, una tranquilidad que añoraba tanto luego de las batallas y pesares que había sobrellevado los últimos dos años entrenando desde la masacre de su familia. 

...

-Papá, cuando sea grande- Se acurrucaba al costado de su padre, que estaba nuevamente en cama pues había enfermado-¿Podré casarme con alguien tan bonita como mamá?

-Tanjiro- Sonreía a su inocente pequeño de cuatro años recién cumplidos- ¿Sabes? Cuando conozcas a tu futura esposa, lo sabrás de inmediato por una "señal mágica".

-¿Señal mágica?- No entendía para nada a qué se refería hasta que le dio varias vueltas- ¡Ahh! ¿Olerá entonces bien?

-Sí, seguro- Reía por las ocurrencias de su hijo, pero quizás no estaría tan equivocado al creer en ello- Tendrá un olor peculiar que te agradará mucho y no podrás ignorar.

-Ohh, ya veo- Sus ojos brillaban emocionados- Entonces ¿Olerá a pastel de arroz? ¡Los pasteles de arroz de mami huelen delicioso!

-Hahaha, no creo que funcione así- Aunque era muy pequeño, sabía que en algún momento sus palabras las recordaría- Tanjiro, solo cuando estés frente a esa persona lo sabrás. Confía en mí y no olvides mis palabras: cuando tengas a tu lado a la indicada....

...

Despertó entonces, los rayos del amanecer iluminaban lentamente a la habitación donde habían pasado la noche. 

-¿Qué pasará cuando tenga mi lado a la indicada?- Hubiese querido que su sueño durase más. Al escucharse desilusionado por ello, se golpeo las mejillas para espabilarse- Eso no importa ¿En qué estoy pensando? Yo no soy así, mejor me iré a refrescar el rostro y luego vuelvo a dormir. Aún es muy temprano.

La doncella de la casa de las glicinasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora