Episodio 10: ¡Protejan a la doncella!

600 73 8
                                    

Después de una larga caminata, al fin habían llegado al pueblo. Las miradas de varios habitantes no dejaban de rodearlos, después de todo, la belleza de la joven que escoltaban llamaba mucho la atención y más al vestir uno de sus mejores kimonos.

 Las miradas de varios habitantes no dejaban de rodearlos, después de todo, la belleza de la joven que escoltaban llamaba mucho la atención y más al vestir uno de sus mejores kimonos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

-Disculpe, jovencita- Una señora mayor se le acercaba a la chica jabalí- ¿No estaría interesada en participar de un omiai con mi hijo? Él es un vendedor local y es muy apuesto.

-¿Omi- qué?- No tenía ni idea de lo que era un matrimonio concertado, ni siquiera sabía lo que era una boda.

-Perdone, pero ella debe rechazar su propuesta- Tanjiro contestaba amablemente a la mayor mientras algo celoso sostenía la mano y cintura de la chica en un abrazo- Inoko-san ya está comprometida.

-Oh, ya veo. No me había dado cuenta. Es usted muy afortunado, joven- Se disculpó por su atrevimiento- Espero de todo corazón que pronto pueda consumar votos y tener muchos hijos con su bella prometida.

En cuanto se marchó, Zenitsu temía por la vida de su amigo.

-¡Monjiro, suéltame ya!- La menor estaba tan furiosa que empujó al peliburdeos para que se apartara- ¡Te he dicho que no quiero saber nada de ti, idiota! Me vuelves a tocar y no dudare en arrancarte el brazo.

-Oye ¡Ten más cuidado, animal!- El rubio lo había sujetado antes que cayera al suelo- Aún no se curan del todo sus costillas ¡No puedes lanzarlo así!

-Yo trato a Kentaro como sé me da la gana, jum- Se daba la vuelta y se cruzaba de brazos- ¿Y qué esperan? ¿Me dirán a donde ir para terminar todo este estúpido viaje?

-¡Esperate al menos que se ponga de pie!- Agatsuma iba a perder la paciencia si seguía allí- Tanjiro ¿Estás bien? Oye, estaba pensando y de verdad, no vale la pena ni disculparse con esa cosa. Solo te traera problemas.

-Descuida, Zenitsu. Igual me lo merecía- Se sinceraba- Y al fin veo que tenías razón todo este tiempo, no sé si sea amor o no pero, no soportaría que Inoko-san esté al lado de otro chico. Así que, al menos haré mi mejor esfuerzo en volver a como estábamos antes.

El de la respiración del trueno suspiró, no iba a impedir que Kamado fuese feliz, aunque según él no sea con la mejor persona que pudo encontrar.

-Inoko-san- Ofrecía una de sus más encantadoras sonrisas a la joven- ¿Podrías darme la lista de compras para que podamos ayudarte? ¿Por favor?

Hashibira se sonrojo, su debilidad era la calidez del otro, sin embargo no iba a relacionarse con él de nuevo así de sencillo. Refunfuñando, saco de su obi lo que le había dado su madre y se lo alcanzo a Zenitsu en su terquedad.

Tardaron varias horas, pero luego de varias discusiones, forcejeos y malentendidos, por fin habían terminado de conseguir todo lo del mandado.

Solo faltaba regresar de vuelta y como ya había anochecido lo más probable era que solo llegaran para descansar.

-...-Estaban pasando por algunas tiendas de comida cuando Inoko se detuvo a ver con ansias unas masas dulces- ¿Y eso qué es? ¡Huele demasiado bien!

-Ah, eso son dangos. Son dumplings dulces, los suelen vender mucho en primavera- Le explicaba Tanjiro que reía al ver la saliva caer de sus labios- ¿Quieres probar algunos Inoko-san?

-¡Pues claro que sí, Tontaro!- Sacó de su obi la cartera que le habían dado y sacó unas cuantas monedas que quedaban de sus compras- ¿Con esto me alcanza para esos mongos?

-Dan-gos, son dangos. Y no, no creo que alcance- Le corregía- Pero, descuida. Puedo invitarte algunos, Inoko-san.

-¡¿Puedes?! Digo...- La comida le hacía perder la cabeza- Yo no quiero nada que provonga del frentudo Tanjiro.

-Vamos, insisto- Tenía algo de dinero reservado de sus misiones- El camino de regreso será largo y no podrás cenar hasta entonces.

-Jum ¡Bien!- No podía batallar con su estomago- ¡Pero esto no quiere decir que te he perdonado!

-Sí, sí- Le daba ternura los gestos de la chica cuando tenía mucho apetito- Compraré unos cuantos y los comeremos adentro ¿Vale?

Tras conseguir una porción también para su compañero, los tres iban a merendar dentro del local cuando escucharon un grito desgarrador proveniente del baño del lugar.

-¡Un demonio! ¡Un demonio está a...!- No pudo ni terminar de hablar el señor porque fue atravesado por uno de los brazos del invasor.

Los clientes empezaron a correr y gritar desesperados por su vida. Tanjiro intercambio miradas con Zenitsu, quien también estaba asustado y asintiendo, cargó a la joven para llevarla lejos de la batalla y así estuviese protegida, mientras el de aretes hanafuda empuñaba su espada para atacar al gran demonio.

-¡¿Qué rayos es eso?! ¡Y bajame ya, Jinjitsu!- Pataleaba en la espalda del otro- ¡¿Por qué dejaste a Gompachiro solo con esa cosa?!

-¡¿Es qué nunca viste a un demonio antes?! ¡Se supone que tu hogar ayuda a los cazadores de demonios!- Buscaba dónde podían refugiarse- ¡Son seres repugnantes que devoran personas! ¡Y ahora mismo estamos en peligro así que callate si deseas sobrevivir! Tanjiro nos protegerá ¿No lo ves? Por algo llevaba su espada consigo.

-¡¿Hah?! ¡A mí nadie me protege! ¡Yo sé valerme por mí misma!- Se liberó del agarre del rubio- Espera ¡¿Acaso tú también no traes un arma?!

-¡Idiota, no te alejes o Tanjiro se enojara conmigo y nunca podré pedirle la mano a Nezuko-chan!- Agatsuma trataba de sujetarla y mantenerle quieta- Sí, también soy cazador pero, no soy bueno en nada y puedo morir fácilmente por eso Tanjiro se esta encargando de todo.

-¡Monistu, cobarde!- Insultaba al cazador intentando safarse para ir a la batalla- ¡Déjame! ¡Puedo derrotar yo sola a esa cosa sin ayuda de nadie!

Mientras seguían peleando, el de cabellos burdeos trataba de cortarle la cabeza al demonio de una vez y acabar todo mas, le resultaba imposible.

No es que fuese increíblemente fuerte como otros demonios pero, sus cortes no eran precisos y si bien lograba dañarlo, no era suficiente porque se regeneraba rápido.

-¿Por qué ninguna de las posturas funciona?- Se dio cuenta entonces que sus manos estaban temblando al igual que su espalda- ¿Qué me pasa? ¿Por qué estoy así?

Se dio cuenta entonces, algo similar había pasado en su primera misión. Tenía personas que proteger y eso le impedía moverse fácilmente en el campo de batalla.

Y al ser una de esas personas Inoko, le daba más miedo no poder defenderla a tiempo y que una de las garras de aquel demonio la hirieran, no quería ni que tocase ese monstruo solo uno de sus cabellos, no lo toleraria.

¿Por qué Zenitsu no escapaba del pueblo con ella? Si seguían allí solo lograrían preocuparlo más y la batalla se alargaría innecesariamente, trayendo más víctimas o heridos.

-Veo que no estás dando todo de ti, cazador- Ese demonio ya había perdido del todo su apariencia humana y tenía en sus miembros cuchillas filosas que servían para despellejar a sus presas- Tendrás que hacer un mejor esfuerzo si piensas detenerme solo con esos torpes movimientos.

-¡Solo estoy calentando!- Volteaba la mirada unos segundos para ver si su compañero ya se había marchado- Deja de espantar a las personas de este pueblo, mientras estés en mi guardia nadie más morirá esta noche.

-¿Huh? ¿Estás seguro del todo, cazador?- Aquel demonio era astuto y pudo notar en quien fijaba la vista su enemigo. En un desliz rápido ahora tenía de rehén a la princesa jabalí entre sus cuchillas- ¿Podrás proteger incluso a esta bella chica?

Oh no, ahora Tanjiro sí que estaba muy molesto e irritado.

La doncella de la casa de las glicinasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora