Capítulo 4: Irónico.

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—Denúnciales. —dijo Lena acariciándome el pelo.

No paraba de llorar. Incluso seguía llorando sin lágrimas porque ya estaba bastante seca.

—Pe..—sollozo.—...me har...—sollozo tras sollozo. No era capaz de pronunciar una mísera palabra.

—Tranquila. Iré contigo si quieres.

—Ahora. —La primera palabra pronunciada, pero aún así la dije entre sollozos.

—Esta...esta bien. Claro.—intenté levantarme pero me volvía a caer.

Ella cogió mis manos y tiró de ellas levantándome.

Me temblaban mucho las piernas y no respondían a las ordenes que mi cerebro les mandaba. Lena se dio cuenta y rodeó mi cintura ayudándome a salir de casa.

No podía pensar en nada, tenía la mente en blanco. "Caminaba" cabizbaja y pasota. Llevaba mucha parsimonia en el cuerpo.

Lena dio al botón del ascensor y cuando llegó a mi planta nos metimos en él. Allí dentro, ella pulsó el piso 0, el vestíbulo del piso, y las puertas se cerraron.

Miré la pantalla donde salían los números, aunque seguía sin pensar en nada. Lena los miraba conmigo, nerviosa.

7...6...5...4.

El ascensor llegó al cuarto y el ascensor se paró. Automáticamente me puse a llorar y Lena se empezó a poner nerviosa.

—Tranquila Li, no es él.

Me senté en la esquina del ascensor ya que mis piernas comenzaban a fallar y las abracé mirando como se abrían las puertas.

—Hijo de puta.

Cuando escuché aquellas palabras salir de la boca de Lena me fijé en aquella figura que veía borrosa gracias a las lágrimas y me di cuenta de que era él.

Todo me vino de golpe. Todo lo que me hizo. Me empezó a costar respirar y cada vez lloraba más.

—Necesito hablar con ella.—Su voz sonaba preocupada, pero se que es mentira. Él es una mentira viviente. 

—No vas a hablar con ella.

Zayn entró al ascensor ignorando las palabras de Lena y las puertas se cerraron. Se acercó a mi y se agachó para ponerse a mi altura.

Empecé a gritar y a dar golpes. Intentaba alejarle, pero no había forma.

—¡Vete!

Sin hacerme caso cogió mis manos y me miró. Yo no podía mirarle, evitaba mirarle. No podía. Su presencia me agobiaba. Era como si el ascensor fuese enano y él intentase meterse en él sin importarle ahogarme. 

Cada vez que pronunciaba mi nombre para captar mi atención era como miles de martillos golpeándome la cabeza. Pero el seguía. Libby...Libby...Y no paraba. Gritaba para no escucharle pero no me daba buen resultado, ya que mi cabeza estaba acostumbrada a buscar y escuchar su voz pese a yo mandar ordenes para evitarlo. 

—¡La estás agobiando!

Pero aún así Zayn seguía insistiendo.

—Libby por favor escúchame.

—¡LENA! ¡AYUDA!—le daba patadas pero a él no debía importarle.

El ascensor llegó a la planta baja y se abrió.
Gateé hasta salir de él y corrí hacia la esquina de la planta.

—Por favor déjame en paz. No te acerques.  —Zayn salió del ascensor y se volvió a acercar a mi con las manos alzadas.

—No te voy a hacer nada Libby, pero por favor, escúchame.—negué.

So bad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora