Este es un capítulo diferente de mi vida, mi primera vez en una situación un poco particular. Espero no aburrirte y que te quedes hasta el final. Atte: [Suricata y Arepita]
<------------------------------------------>
29/12/2020 15:00 PM
Aquel día que cambió por completo mi vida, un giro de 180°, pero para eso debemos ir un poco más atrás.
De Junio al 28 de diciembre/2020
por esas fechas, mi vida no andaba para nada bien. Estábamos en plena pandemia y mi vida amorosa estaba muy del asco, mi pareja de ese entonces me creó muchas inseguridades, al punto de que me volví una persona muy tóxica y mis ganas de seguir en este plano realmente no estaban. Esto me ocasionó el aislarme de todos los que me conocían; como no podía salir, se me hizo muy fácil porque no tenía que socializar con nadie. Esto transcurrió durante varios meses en los que decía que estaba bien y sonreía, como si nada pasara en realidad. Mi entorno no sabía que estaba pasandome, no quería dar explicaciones de nada. Al principio afronté todo sola, no veía la luz por ningún lado. Las ganas de seguir en mi cama y no hacer nada se asentaban cada día más. Ahí fue cuando reapareció Arepita, sus pensamientos oscuros y negativos empezaron a reproducirse una y otra vez en mi mente, pensé que me había deshecho de ella, pero luego de años seguía ahí y aparecía cuando más mal la pasaba. Por otro lado, Suricata, aquella niña animada con ganas de vivir y animarme, se hizo presente en la continuidad de la historia.
Ahora lo que todos se preguntarán ¿Qué es lo que sucedió aquel 29 de diciembre? La respuesta a esto para mi sigue siendo una incógnita, pero para que me comprendan mejor, empecemos de una vez.
28/12/2020 14:00PM
Un estado de WhatsApp mal escrito.
Un chico dispuesto a corregirlo.
Una alocada decisión, invitarlo a salir.En ese entonces, Arepita lideraba mi cabeza, pensé que había sido una decisión precipitada, pero efectivamente al otro día saldría de mi cama después de casi un mes sin hacerlo, sin ver a nadie. Tuve la pequeña duda de si realmente tenía que ir, pero ya lo había invitado a salir, cancelarle no era una opción, además ¿qué es lo peor que podía pasar?
29/12/2020
Me levanté temprano en la mañana, algo que no era para nada habitual en mi. Yo no lo sabía pero ese fue el comienzo del verdadero cambio.
Después de semanas sin vestir algo que no fuera mi pijama, me vestí lo mejor que mi autoestima me permitía, unos shorts blancos y una remera naranja, nada más, sin maquillaje ni peinado, solo era yo, la real, la que no tenía ganas de vestir como siempre porque no tenía energía para seguir aparentando. Era yo siendo yo.
Llegué al lugar que acordamos el día anterior, para ser exacta, 15 minutos antes, al igual que él. Cuando lo vi, lo primero que noté fue que había crecido, era un muchacho de 1,75cm, no la ratita de 1,60 que había conocido casi un año atrás, su pelo rubio y alborotado seguían causando esa sensación de calidez en mi, unas ventanitas acompañaban su rostro. Vestía con una remera negra y unos jeans casuales, se veía bastante arreglado solo para lo que tenía puesto, realmente un chico muy lindo.
Estuvimos toda la tarde charlando sobre diversos temas. En todo momento pude ser yo misma, no le oculté nada. Reí muchísimo ese día, fueron mis primeras carcajadas reales después de meses, sentí que la libertad estaba volviendo a mi, Suricata estaba resurgiendo poco a poco.
Se hicieron las 7pm, teníamos que irnos, él por su parte, me abrazó y me dió un besito cerca de la comisura del labio, ante tal gesto tan delicado y bonito, mi única reacción fue una mini risita. Finalmente agarré su bello rostro e implanté dos besitos en esos labios carnosos y suaves.
Los recuerdos de ese día siguen en mi mente como si de un tatuaje se tratase. Después de esos dos besitos, lo miré a los ojos y supe que eran los ojos que quería ver toda mi vida.
Se produjeron muchos cambios en ese transcurso, porque sí querido lector, hoy estamos a 9 meses desde que sucedió todo lo que te conté y tan solo 8 meses desde que oficialmente se convirtió en mi individuo favorito en el mundo, aunque para ser sincera, lo hizo desde el día uno.
Esta historia tiene su principio pero no tiene su final. Suricata resurgió de la oscuridad, aquel chico rubio con lentes la rescató, poco a poco juntos trabajaron para hacer que todas las inseguridades que había adquirido en 2020 (tsnto él como yo) se vayan, aquel niño que alumbró mis días había pasado también por lo peor. Dos almas golpeadas y lastimadas se unieron para potenciarse.Mi autoestima cobró un ritmo distinto, más alocado y feliz. Arepita aparece de vez en cuando, pero no para quedarse sino para hacerme más fuerte.
Esta situación tan particular en la que me enamoré de una persona, no solo me llevó a eso sino que también me enseñó cosas muy valiosas como amar a otros y amarme a mi, valorar cada segundo con las personas que amo y por sobre todo, que siempre tendré en quién confiar.
Para ti pequeño solecito,
quiero que sepas que
me gustas.