Capitulo 3

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*** No se encuentra corregido del todo, podría tener fallos ortográficos y demás ***

Me encontraba en un viaje hacia un festival junto a un chico al cual apenas conocí, mi madre estaría muy decepcionada de que no aprendí nada cuando me decía "No hables con extraños"

Siempre he sido muy aventurera, una persona sin ataduras y muy coqueta por eso esto de conseguir chicos para pasar el rato se me da muy fácil, así que siendo sincera no creo que vuelva a ver a Noah luego de esta aventura.

Noah, el chico que parece esculpido por los dioses griegos con su cabello castaño y ojos marrones coquetos del cual aún no se nada, pero si conozco todo.

- Muy bien Noah, realmente tengo mucha curiosidad por ti - comencé a decir - ¿Tienes novia? ¿Alguna ex de la cual tenga que preocuparme?

- Si tuviera novia no estaría aquí contigo – aclaro – y de las ex's mejor no hablar.

- Por tu expresión supongo que terminaron mal – puso una sonrisa incómoda.

- De igual forma hablar de estos temas está sobrevalorado...

Apenas llevábamos unos cuantos kilómetros de que salimos y ya necesitaba ir al baño, sabía que le molestaría, pero no podía aguantar más.

- ¿Te puedo decir algo? Pero no te puedes molestar.

- ¿Ahora qué ocurre? – pregunto, alzando una ceja.

- Es que necesito ir al baño...

- ¿Por qué me enojaría por eso? - pregunto esbozando una pequeña risa

- Es que te ves muy serio y enojón – fruncí el ceño imitándolo – Y parece que cualquier cosa te molestara.

- Si lo soy, pero también conozco las necesidades básicas de las personas - en este momento mi única necesidad es que me coja sobre este asiento - Ya casi llegamos a la siguiente ciudad, ahí podrás ir al baño.

- Gracias, señor enojón.

Lo que resto de camino hacia esa próxima ciudad pase viéndolo conducir, no sé por qué, pero eso realmente me excita, ver como mueve sus manos sobre el volante solo hace que me las imagine pasándolas por todo mi cuerpo y el viento mueve su perfecto cabello castaño y eso hace que solo quiero montármele encima y jalárselo cada vez que me haga venir.

- ... Creo que podemos pasar ahí que dices - su voz me devolvió a la realidad donde solo estoy sentada al lado suyo.

- ¿Qué? - pregunte confusa.

- Te pregunté si quieres un helado, por la compra seguro te prestan el baño - dijo parqueando el auto unos cuantos metros antes de una heladería.

- Claro que sí, con este calor nos vendría bien algo frío - me vendría bien ir a la iglesia para sacarme estos pensamientos impuros de la cabeza.

Nos dirigimos hacia la heladería, le encargue de pedirme un helado de tres bolas, limón, caramelo y chicle con Sprinkles y algún dulce que se le pueda agregar extra mientras yo me dirigí al baño.

Cuando salí lo busqué con mis ojos por todo el local para finalmente encontrarlo afuera sentado en una pequeña mesa, al frente de él en la otra mesa dos chicas no paraban de tirarle miradas coquetas, pero él no parecía interesado.

- ¿No son tu tipo? – señalé a las dos chicas.

- No sería muy cortes de mi parte dejarte aquí sola mientras hecho un polvo con ambas, así que diré que no, no son mi tipo – dijo con una media sonrisa – aquí tienes – me entrego mi helado el cual era exactamente como lo pedí y eche un ojo al suyo.

¿Una sola noche? [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora