cap.2

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Park no entendía porque se sentía tan mal por las palabras del castaño. Solo eran palabras pero aún así lo hacian sentir mal.
-¿Puedo pasar, hijo?- la madre de Park estaba en la puerta. Se notaba en su voz que ella estaba preocupada y triste
-No... Por el momento no- el pelinegro estaba acostado en su cama abrazando una almohada, como hacia de pequeño cuando le daban ataques de ansiedad.
Los pasos de la madre se fueron desvaneciendo con el silencio de la noche.
Park ya había entendido que Demian no tenía ni el menor interés en ser su amigo, eso le dolía, él quería ser su amigo, él quería tener un amigo.
Por su parte, en la casa de Demian las cosas eran como siempre.
-¿¡POR QUÉ MIERDA TIENES QUE SER TAN GROSERO CON TODOS!?- gritó la madre del castaño hacia la puerta de su dormitorio donde se encontraba su pareja- ¡ES MI MEJOR AMIGA, LUIS! ¿¡NO PUEDES SER MAS AMABLE CON ELLOS!?
-(¿Por qué putas no se separa de él si ya la tiene harta?)
Demian no paraba de pensar en la escena que hizo Park, sin notarlo ya estaba poniéndose sus tenis para ir a verlo.
Tomo su chaqueta negra, cerro la puerta de su habitación con seguro y salió por la ventana. Anteriormente la madre de Park le había dicho donde era su casa, por si quería pasar... En realidad se lo dijo a su madre pero el no pudo evitar escuchar.
Llegó a la casa, era muy grande y linda, color amarilla, tenía un gran patio y no tenían muchos vecinos, ya que, el barrio era nuevo.
Vio que por una ventana salía una luz de alguna linterna, cuando de la nada vio al pelinegro de espaldas a la ventana, Demian se subió a un árbol que tenía la propiedad para acercarse a la ventana y poder entrar
-hey... Pa...- el pelinegro se quitó el suéter y volteo a la ventana- Park... Abre la ventana
-¿¡Q-qué jodidos haces aquí, Demian!?- el chico estaba sonrojado al igual que el castaño
Park abrió la ventana y dejo pasar al castaño, los dos se quedaron viendo durante unos minutos. Los dos estaban tan cerca, el frío aire entraba por la ventana, no podían quitar la mirada del otro
-Vine a pedirte perdón por lo de hace rato...- Lo dijo susurrando, era de noche y nadie en la casa sabía que él estaba en la habitación de Park-... fuí muy duro contigo, solo que mi madre siempre está peleando con su pareja y hoy no era la excepción y...- Park tomo de la mano al castaño para ponerla en su pecho
-Acepto tus disculpas... Cierra los ojos, me pondré la pijama
Demian lo miro de arriba a abajo, se dio cuenta que en sus muñecas había pequeños moretones pero no dijo nada, volteó hacia la pared y espero que se vistiera
-Hijo, ¿Ya estás listo para hablar?- la madre de Park estaba en la puerta, no podía encontrar a estos dos chicos solos en la habitación, mucho menos si su hijo estaba vistiendose
-(mierda, es mamá)... Mamá, ¿Podemos hablar mañana? No me encuentro con ánimos, lo siento
-Claro hijo, yo esperaré- se escucharon sus pasos hasta su habitación
Demian volteo a ver Park el cual ya estaba vestido por suerte.
-Bien... Me alegro que hayas aceptado mis disculpas, muy linda tu casa pero tengo que ir antes que se den cuenta que me salí sin permiso
-Por favor quédate... Quiero ser tu amigo, no se porque me odias
-Espera...¿De verdad no sabes?- por alguna razón la furia recorría todo el cuerpo del castaño- tienes una madre estupenda, mi madre te ama, no tienes gritos en casa, eres perfecto en todos los sentidos
-¿Piensas que soy perfecto?... Estuve al borde de la muerte 3 veces por culpa de mi padre, Demian- los dos se miraron a los ojos pero esta vez parecía que los dos estaban enojados con el otro- Tengo ataques de ansiedad y preocupo a mamá siempre, ¡No es mi culpa que tu mamá no se de cuenta de lo lindo que eres!

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¡Hola! ¡Soy el escritor! Espero que les haya gustado la segunda parte de esta historia.
Les agradecería mucho si me siguen y votan por mi historia
Los tkm<3
Gracias por leer y buenas noches, corazones

Ámame de pocoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora