TMES Vol. 1

Capítulo 30: Un rayo de luz

¿Q-qué debo hacer? ¡¿Cómo salgo de este lío ?!

Por dentro, Mia estaba cayendo en pánico. Convertirse en el compañero de baile de Sion significaría asociarse con él, íntimamente. Si su conocimiento se profundizaba y luego algo salía mal, el proceso de tres pasos de Revolución → Sunkland se involucra → Guillotina se convertiría en una posibilidad muy real. Eso fue malo. De hecho, eso era lo peor que podía llegar a ser. Sin embargo, rechazar a Sion aquí seguramente amargaría su opinión sobre ella.

Además, si mintiera y dijera que ya tenía una pareja de baile, sería casi imposible para ella encontrar una. Nadie estaba tan desesperado como para probar suerte con la princesa que había rechazado una oferta de Sion. Con la espalda contra la pared y el techo a punto de derrumbarse, Mia buscó frenéticamente una salida. Como un pequeño ratón atrapado en un barco que se hunde, puso en marcha todos sus sentidos, tratando de encontrar algo, cualquier cosa eso le daría la oportunidad de sobrevivir. Justo en ese momento, por el rabillo del ojo, vio a Abel, su amigo resistente al pañuelo, siendo arrastrado detrás de la esquina de un edificio por un estudiante mayor. A juzgar por el breve vistazo que tuvo de sus expresiones, la interacción resultante no iba a ser agradable. Su sentido de araña, o mejor dicho, de ratón, hormigueó.

¡Ésta es mi oportunidad!

La inquietante visión le dio la excusa perfecta para huir de la escena.

"¿Hm? ¿Que esta pasando ahí?" preguntó Sion, volviéndose en la misma dirección.

Él parecía haberlo notado también. Sin embargo, antes de que pudiera pronunciar otra palabra, escuchó una serie de pasos rápidos.

"Discúlpame un momento."

Se volvió justo a tiempo para ver el perfil de Mia mientras pasaba a su lado.

"¿Qué crees que estás haciendo?"

"Como dije, mi querido hermano, estaba buscando una pareja de baile..." La oración de Abel fue interrumpida por un puño que se estrelló contra su cara.

Vaya, qué terriblemente bárbaro. Siendo el hermano de Abel, supongo que eso lo convertiría en... ¿el Primer Príncipe? Pensó Mia mientras miraba desde las sombras.

"Pieza débil de... Siempre haciendo todo lo posible para chupar a las mujeres... Si te queda una pizca de orgullo como Remno, entonces mejora con la espada. Entonces harán fila para besarte el trasero ", dijo el hermano con un bufido desdeñoso. "Hmph. Por otra parte, supongo que nunca le sucederá a una mierda de gallina como tú. Ve a lamer sus botas todo lo que quieras, pero ninguna mujer decente te elegirá como pareja de baile ".

Bueno, esa es una visión bastante retorcida de las cosas... Consideraría modales básicos acercarme a las chicas que parecen necesitar ayuda.

Después de darle mentalmente al comportamiento del hermano mayor un firme sello de desaprobación, Mia habló.

"¿Qué parece ser el problema aquí?"

Ambos hermanos se giraron hacia ella sorprendidos.

"¿Quién se supone que eres..." gruñó el mayor de los dos. "Estamos en medio de algo ahora mismo, jovencita. Oh, pero no te preocupes, tu linda cabecita. Nada más que tu habitual pelea fraternal. Absolutamente nada que ver aquí, así que si pudieras seguir adelante, estaríamos mejor todos, ¿me entiendes?

Se inclinó hacia Mia, empujando su rostro casi justo contra el de ella y mirándola hacia abajo. Si bien era una buena práctica mirar directamente a los niños cuando les hablaba, no había nada benigno en la forma en que la miraba. No fue un intento de comunicación. Fue una amenaza abierta.

En respuesta, Mia se sintió abrumada por una sensación de... algo que se parecía al cariño.

¡Vaya, qué niño tan travieso!

Vale la pena repetir que por dentro, Mia era en realidad una joven de veinte años. Aunque había pasado más de tres años en una mazmorra, lo que de alguna manera paralizó su madurez mental en ciertos aspectos, todavía era técnicamente una adulta. Además de eso, había experimentado los horrores de la revolución. La habían amenazado y condenado. Incluso había tenido espadas apuntando a su cuello mientras se enfrentaba a la furia asesina de rebeldes violentos. Es decir, había visto algo de mierda.

En comparación, las payasadas del hermano de Abel fueron literalmente un juego de niños. Por más que intentara parecer grande y mezquino, en última instancia, era un príncipe mimado que había sido criado en un entorno protegido. Además, mientras era el primer Príncipe, provenía del Reino Remno, que era inferior en estatus al Imperio.

¡Parece que no tengo absolutamente nada que temer!

Mia se burló divertida. "¡¿Q-qué es tan gracioso ?!"

"Vaya, qué grosero de mi parte. Me disculpo. Sin embargo, ¿podrías mantener tus manos alejadas de él, por favor? Preferiría mucho mantener la cara de mi pareja de baile en buenas condiciones ".

Luego, sin una pizca de vacilación, se acercó a Abel. Al darse cuenta de que se había cortado el labio, sacó su prístino pañuelo blanco, lo presionó suavemente contra su boca y sonrió.

"Bueno, espero que te des cuenta, príncipe Abel, de que todo esto sucedió porque sigues coqueteando con otras chicas cuando ya me has pedido que sea tu pareja de baile".

"¿Qué...?"

La mandíbula de Abel golpeó el suelo. Mia permitió que se quedara allí, eligiendo en cambio hacer una reverencia superficial al chico mayor.

"Es un placer conocerte, Primer Príncipe del Reino Remno", dijo con una sonrisa deslumbrante. "Soy Mia Luna Tearmoon, princesa del Imperio Tearmoon y la mujer que tuvo la indecencia de elegir a tu hermano".

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