almas gemelas • drakey

ella es bonita

y tú no te decides por ninguno de los dos.

•

Ella es bonita.

Su largo cabello rubio es suave; cuando lo acaricia, se termina metiendo entre sus dedos, y la fricción del movimiento también hace que el dulce aroma del champú se desprenda y llegue hasta su nariz. Tiene unos ojos ámbar que parecen brillar cada vez que él entra en su rango de visión, e incluso su voz suele volverse de un tono más meloso cuando la escucha llamando por su nombre.

Simplemente, Emma Sano es preciosa; es una omega dulce y dedicada que se esfuerza por mantener una relación amena con su alfa, y eso es algo que nadie puede negar. Es hermosa en todo el sentido de la palabra.

Pero, a pesar de todo eso, Draken no puede evitar verlo a él; es incapaz de detener los latidos de su corazón cada vez que lo escucha llamarlo por aquel estúpido apodo que le puso cuando eran jóvenes. Y ni hablar de negarle un capricho, porque cuando se trata de él, desconoce la palabra "no"; así que cada día peina gustoso aquel maltratado cabello rubio.

Es un mentiroso, porque siempre excusa aquellas atenciones diciendo que no puede evitarlo, cuando la realidad es que no quiere evitarlo.

No evita caer ante Mikey, el hermano de su destinada. Únicamente ellos saben la verdad, aquella que nadie más puede conocer, porque no lo entenderían. Para el resto, Mikey es solo un caprichoso que se niega a dejar ir a su mejor amigo, cuando en realidad es mucho más que eso. Mikey y él son algo más que mejores amigos; son cómplices, son almas gemelas.

Su lobo gruñe molesto y cargado de culpa cada vez que la besa a ella, pensando en él. ¿Cómo puede hacer eso? Es un descarado, besando a Emma mientras su lobo aulla desesperado por otro omega. Y besarla es la única culpa que carga, porque jamás se arrepentirá de pensar en Mikey.

—¡Kenchin!

—¡Ken!

Llaman ambos hermanos al mismo tiempo, pero su mente se las arregla para bajar el volumen de la voz de Emma.

—¿Qué sucede? —pregunta con un tono aburrido, se fuerza a sí mismo para mantener la mirada sobre Emma.

—¡Dile a Emma que ya tienes planes conmigo! —chilla Mikey, y ambos saben que le falta poco para empezar un berrinche.

—¿Bromeas? ¡Es nuestro aniversario, Michael! —protesta la chica, las manos en su cadera forman la silueta de una jarra y su ceño fruncido es acompañado de ácidas feromonas que dejan en evidencia su molestia.

Draken no quiere hablar, no quiere intervenir, porque todos ahí saben a quién va a escoger.

-----

Recordatorio de que no permitiré spoilers y borraré comentarios que hagan mención al futuro de la historia.