𝐄 𝐏 𝐈 𝐋 𝐎 𝐆 𝐎

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—Te diré cómo —le dijo Hyundon mientras caminaba por el pequeño remolque que era su oficina—

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—Te diré cómo —le dijo Hyundon mientras caminaba por el pequeño remolque que era su oficina—. Voy a empezar un tercer turno, si me conviertes.

Hyunjin se sentó allí aturdido y malditamente pesado. Solo la idea de morder el cuello de Hyundon le repugnaba. Él sabía que al beber de él, le estaba dando al hombre un orgasmo explosivo también.

Se estremeció con repugnancia al imaginarlo. El capataz no era lo que Hyunjin consideraría un tipo guapo, pero eso era por sus preferencias. Estaba seguro de que alguien por ahí lo miraría y lo encontraría agradable.

Como tal vez en la perrera.

¿En serio? Ni siquiera era por la apariencia de Hyundon. No estaba seguro de querer saber si un vampiro podría ser un alcohólico, porque Hyundon con certeza lo era.

Seungmin golpeó a Hyunjin en su brazo. —Puedo hacerlo.

Hyunjin gruñó, gustándole incluso menos la idea de que Seungmin le diera un orgasmo.

—No en esta vida.

Seungmin rio mientras asentía.

—Gracias. Yo realmente no quiero, pero me tenía que ofrecer.

—¿Qué están hablando? —Hyundon preguntó mientras se sentaba detrás de su mesa improvisada, mirando a los dos—. Si Hyunjin quiere mantener su trabajo, y estar en el tercer turno, tiene que convertirme. ¿Qué es tan complicado?

¿Dónde estaba ese maldito vampiro que convirtió a Seungmin cuando Hyunjin lo necesitaba? Sería mucho más fácil si Hyunjin y Seungmin pudieran entregar a Hyundon a ese hombre.

—¿Su muñeca? —preguntó Seungmin. —Todavía te estás alimentando.

Hyunjin era todavía nuevo en la cosa de beber sangre, tal vez porque era Seungmin, pero no encontró el acto repulsivo. Mirando a Hyundon...

—¿Cómo te convirtió este vampiro tan rápidamente? —Le preguntó Hyunjin.

Seungmin sacudió rápidamente la cabeza.

—No—, dijo. —Puede que no te guste Hyundon pero la conversión es muy dolorosa incluso para tu capataz.

Maldita sea.

—Está bien, pásame la muñeca —Hyunjin dijo mientras pensaba en estar en cualquier otro lugar, menos en ese maldito remolque.

—¿Y si te muerdo al morder a Hyundon? —preguntó Seungmin. Ésa sí era una idea que Hyunjin podía manejar. Muy bien, realmente Hyundon no era tan feo. Estaba tan condenadamente tenso que incluso lo veía diferente.

Hyundon le dio su larga muñeca, con sus ojos yendo de Hyunjin a Seungmin.

—¿Y dolerá?

Por mucho que Hyunjin le quisiera mentir para que pudiera persuadir a Hyundon de no hacerlo, no podía. El hombre se había hecho cargo de Hyunjin durante años, asegurándose de que Hyunjin fuera el primero al que llamaran cuando un trabajo necesitara trabajadores. Sería un tonto desagradecido si no hiciera otra cosa que ser honesto.

BLOOD AND LOVE ;hyunminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora