El destino... está roto (V! Deku x tu)

CAPITULO V

—JAJAJAJAJAJAJAAJAAA

—¡Ey! Tu, brócoli, bájale dos rayitas a tu locura.

—¿Eh? ¿Por qué debería...? Espera, siento que algo no cuadra...

¿Dónde carajo está el título del capítulo de hoy?

~~~~~~~~~~ Capitulo V ~~~~~~~~~~~
“¿Secretos? Habla ahora o calla para siempre”

—¡Felicidades querida! ¡Lograste entrar a la UA!

—¡Sabíamos que lo lograrías!

—Si, si, no es para tanto.

—¿Qué no es para tanto? ¡Ya verás que serás la mejor superheroína que haya tocado este mundo!

—Estamos muy orgullosos de tí, nunca lo olvides.

—Si mamá, gracias... Bueno tengo que alistarme para mañana, aunque no sé si pueda dormir de la emoción.

—Tu tranquila, te va ir excelente.

—Gracias, ¡Adiós!.

Suspiró la joven al cortar la llamada con sus padres, que se comunicaban desde _____(t/país).

En eso, decidió comenzar a prepararse, no sin antes llamar emocionada a Deku para comentarle la grandiosa noticia.

Tomó si teléfono y busco el contacto, marcó y espero unos segundos.

—¿Hola? —Se escuchó al otro lado del micrófono.

—¡Hola! ¡Deku! ¡Adivina qué! —Dijo ella entusiasmada.

—Lograste entrar a la U.A. ¡Y no solo eso! El tercer lugar no está nada mal...—Dijo Deku tomando la palabra.

—¿Tercer lugar? Creo que no me fijé en el resto de nombres ni en qué lugar quedé ja ja.

—Tengo una idea, yo también tengo algo importante que decirte, pero, debo de verte directamente, este tipo de cosas es mejor decirlas cara a cara.

—¿Ok...? ¿Dónde quieres que nos veamos?

—Mmmmm... ¿Te parece si en el parque de siempre en 20 minutos?

—¡Si!, Nos veremos allá.

Colgó, y se cambió la ropa a uno de sus vestuarios preferidos, ya que traía pijama.

El parque al que se dirigían, era el parque donde siempre pasaban para perder el tiempo, sentarse en el columpio y que el otro te empuje para aumentar la altura, era la cosa favorita de ambos, recordad que ni siquiera han cumplido la mayoría de edad, siempre hay que verlos por lo que eran: niños, convirtiéndose apenas en adolescentes hechos y derechos.

—¡Izuku! —Gritó la chica.

Ya se había acostumbrado en llamarle de muchas formas, incluso bromeaba diciéndole apodos cariñosos con su apellido (ya ustedes se imaginarán cuáles)

—¡Hola! —Dijo sonriente aquel chico.

—Traje botanas, tengo hambre.

—Siempre tienes, ja ja.

Después de haberse divertido en los juegos del parque, subirse a un árbol y pasear un rato, cuando cayó la noche, ambos se sentaron en una banca, iluminada por un farol color cálido que hacía aquella escena bastante romántica y linda. La joven tomó la palabra.

—Entonces, ¿Qué era aquello que no me podías decir mientras hablábamos.

Todo el ambiente se volvió un poco serio, Izuku borró su sonrisa y suspiró.