Martina se levantó enojada, gracias a el sonido de su alarma,
Así que me metí a bañar, terminando me vestí, y desayune sola, ya era costumbre para mi, así que me fui a la escuela.
- ¡Tini! - dijo Mechi abrazándome -. Hay noticias.
- Las cuales me voy a pasar por la parte trasera de mi, pero aún así, dimelas.
- Llegó el primo de Diego - respondió Lodo.
- ¿El chico sexy de las fotos? - pregunté recordando la vez que lo acosamos en Instagram.
— Sí, y al parecer es otro imbécil.
— Desperdicio de hombre.
— Bueno mis niñas, vamos a clases.
— Por cierto — dijo Lodo — ¿Qué clase les toca?
— Por dios — dijo Mechi —. Y la tonta acá era yo, y por rubia.
— Ya tontas — dije —. Caminemos que vamos al mismo lugar.
Íbamos caminando mientras hablábamos acerca de las bromas y víctimas que tendríamos éste año, así que ninguna de nosotras nos fijamos bien por dónde caminábamos.
Tanto así, que choqué con alguien.
Narra Jorge:
Me levanté exageradamente tarde, por lo que me bañé en cinco minutos, y me cambié en otros cinco, y justo cuando iba bajando, me tropecé con Daniel en las escaleras.
— Eres un... ¡Fijate por dónde vas! — dijo Daniel enojado.
— No me hables así — lo reté — ¿Estás bien?
— Claro, peor debemos apurarnos si no queremos llegar tarde el primer día de clases.
— Cuanto importa eso — dije.
— ¡Jorge! Está bien, está bien.
Salimos de la casa, y nos fuimos caminando, y en el camino, a mi madre se le ocurrió llamarnos por teléfono, y retarme.
Dejé a Daniel en su escuela, y me seguí directo a la mía, afortunadamente, todavía había muchos chicos afuera, así que no tuve que correr, aunque si choqué con alguien.
Narrador omnipresente:
Martina creía que su vida no podía empeorar, aunque ella fingiera que estaba bien, y Jorge sólo quería encajar en la escuela.
A Martina le molestaba ser etiquetada por las personas, la verdad era que, desde que entró a la preparatoria, y los demás se enteraron de que vivía sola, y era muy cerrada, la empezaron a catalogar, y así decidió convertirse en lo que decían.