1.-¿Vacaciones?

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El alarmante sonido del despertador me sobresaltó y yo estiré lenta y perezosamente el brazo para acallar el molesto ruido. (Vamos Sarah solo 5 minutos más, eso no le hará daño a nadie) pensé, pero sabía que si mamá no llegaba al rescate seguiría durmiendo hasta el día siguiente.
Luego de unas 1200 insistencias de mi madre cedí y me levanté pesadamente de la cama. Me dirigí al baño frotándome los ojos, lo cual resultó ser una pésima idea ya que en medio del recorrido mi cadera se dio contra la punta de un cajón abierto de mi cómoda y créanme cuando les digo que duele como el mismísimo demonio.
-¡¡¡¡Aaaahhhh!!!!- lanzé un grito de embarazada dando a luz (sí, de embarazada dando a luz) y caí al piso aferrando muy fuerte mi cadera.
-¿Todo bien ahí arriba cariño?-me preguntó mamá desde el primer piso
"Si mamá, va tan bien que grité como si el hijo que no tengo hubiese acabado de nacer"
-Ahh si mamá, sólo... me caí.
-De acuerdo
Traté de reincorporarme  y llegué cojeando hasta el baño. Tomé una ducha rápida y como siempre tardé media hora en escoger un peinado. Me dejé el cabello suelto y no me gustó, me hice una cola y tampoco me gustó, y así seguí con una trenza, una media cola. Al final me lo dejé suelto. La verdad es que era muy difícil que algún peinado en específico quedase bien en mí, o al menos eso era lo que yo creía, ya que mi rostro era como que medio raro, pero bonito (según mamá). Sin embargo si alguna vez me hubiesen pedido algún autoretrato, yo me describiría así: ojos color turquesa, tez algo pálida, cabello castaño, largo y ondulado y... nada más, supongo que es lo escencial, lo que veo en el espejo todas las mañanas. Luego de arreglarme bajé a desayunar.

En el comedor se encontraban mis padres comiendo y hablando de noseque hasta que advirtieron mi presencia y cambiaron rápidamente de tema.
-Buenos días- dije sin mucha emoción
-Buenos días cariño- respondieron y siguieron con lo suyo.
Cojí un panecillo y me serví un poco de café con leche, ya sé que dicen que el café baja tu coeficiente intelectual,  pero de todas maneras, yo no tengo solución.
-Eh... ¿hija?- dijo papá, ni siquiera me había dado cuenta de cuándo había despegado su vista del periódico.
Mmm... ¿si?- respondí con la boca llena, cosa que ocasionó una mueca de disgusto de parte de mamá.
Como no recibí respuesta miré a mi padre y ví que le hacía señas a mi  madre con la vista, la miraba y luego me señalaba con la vista, y mi madre negaba con la cabeza y le hacía las mismas señas a él.
-Bueno, ¿podrían dejar su telepatía matrimonial por un momento y decirme qué está pasando?
-N... Nada cariño sólo queremos decirte que no llegues tarde hoy, tenemos algo... muy importante que decirte.
-Claro... ¿Seguro de que no pasa nada?
-Totalmente.
-Bueno... adiós
-Adiós - respondieron al unísono
Okeeeey eso fue raro, mamá y papá no solían comportarse así, si es lo que piensan. Pero seguro que me contarían luego así que no me preocupé.
Tomé el bus para la escuela y felizmente el golpe en la cadera ya no me molestó demasiado, pero puedo apostar que para mañana se habrá convertido en una hermosa mancha verde o morada. Al llegar me dirigí a mi casillero, saqué algunos cuadernos, metí mi mochila y fui a mi salón.
Mientras esperaba al profesor de historia (haciendo mi tarea de matemática)  entró Sally, mi mejor amiga, lo sé, no es el mejor nombre, pero ella si es la mejor. Tal vez suene muy cliché pero fue mi amiga desde la infancia. Al igual que Susan nosotras éramos las tres típicas amigas inseparables, la única diferencia era que no éramos populares, no teníamos cuerpos específicamente esculturales y no teníamos novio(ninguna de nosotras).
Me saludó con una sonrisa al mismo tiempo en que se sentaba a mi lado.
- Haciendo las tareas a última hora ¿otra vez?.
- No me juzgues, soy una mujer muy ocupada y lo sabes.
-Claro, MUY ocupada- dijo con sarcasmo.
-Ehh... ¿Sally?
-¿Si?
-¿Me das la respuesta de la 4?
-Mmm... déjame pensarlo... No
- Muerete.
Se río y siguió con lo suyo.
Luego de terminar la tarea a la velocidad de la luz, llegó al fin el profesor de Historia, comenzó su clase y así, queridos señores y señoras es como empiezan los recontra aburridos días de mi vida.

Sip. De verad hay veces, en las que quisieras pedirle al profesor de historia que se calle, o decirle a la profesora de matemáticas que no importa cuántas veces lo repita, ¡¡no entendemos el maldito ejercicio!!, o decirle a Steven que está mas bueno que los panqueques con mermelada de fresa y que si quiere salir conmigo.

Hay demasiadas cosas que nos gustaría hacer, sin embargo sabemos que nunca lo haremos, y odio eso. Pero felizmente al fin se acercaban las vacaciones. Habíamos acordado con Susan y Sally que iríamos de viaje a Inglaterra. Si, a la hermosa Inglaterra y seríamos sólo nosotras tres con  la tía de Susan, que vivía allí. Ya teníamos permiso de nuestros padres, estábamos a punto de comprar los pasajes y teníamos nuestras maletas casi listas.

Todo era perfecto.El día transcurrio con normalidad. Y no mentiré, estaba algo ansiosa por saber que era lo que querían decirme mis padres en la mañana. Así que llegué temprano a casa y cuando llegó la hora del almuerzo fui un poco directa.

-¿Que era lo que querían decirme?- Bueno tal vez muy directa, y eso no fue muy bueno.

Papá se atoró y mamá le daba golpecitos en la espalda. ¿ Y ahora que dije?

-Papá ¿estas bien?

-Si hija, tienes razón, teníamos algo... importante que decirte.-mamá asintió con la cabeza y le hizo una seña a papá para que continuara.

-Mmmm... hija ¿recuerdas que estuve trabajando en la alianza con esos inversionistas para nuestra... empresa?-algo que olvidé mencionar, papá es el dueño de una pequeña empresa (no!!! yo creí que vendía helados) lo se, disculpen la obviedad.

-Eh claro.

-Bueno... estamos muy cerca de firmar el contrato y para eso debemos acordar algunas cosas, hablar de ciertos temas... tu entiendes. Por lo cual debemos reunirnos, estos temas se deben hablar personalmente.

-Ok me alegro por tí papá, pero no entiendo que tiene que ver eso conmigo.

-Bueno iré al grano.-dijo papá mirando a mamá, la cual le alentaba con la mirada y lo invitaba a que prosiga. Después de un largo suspiro papá decidió soltarlo.

- Nos... cariño estas vacaciones no podrás ir con tus amigas. Nosotros... iremos a París de... ¿vacaciones? 

Nos conocimos en ParísDonde viven las historias. Descúbrelo ahora