III

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Un rayo de sol filtrado entre las cortinas me hace abrir los ojos, respiro tranquilamente mientras abrazo con delicadeza el cuerpo aferrado a mi torso. Lena se ve preciosa en todo momento, sin embargo, contemplarla mientras duerme en total tranquilidad es una imagen que me resulta aún más sensual.
- Buen día preciosa, es hora de levantarse.
- Solo cinco minutos, no pido más.
- Nada me gustaría más que quedarme así contigo todo el día y te consta porque lo hemos hecho. Pero hoy es diferente. Tendremos visitas y debemos tener todo listo para recibirlas. Así que arriba.
Ante sus adormiladas negativas la tomo en brazos y la llevo a la ducha. Bañarnos juntas siempre logra despertarla por completo.

Siempre pensé que mi destino era ser protectora de Kal-El, pero cuando llegué a la Tierra y vi que él podía cuidarse solo, me aferré a la idea de proteger al planeta que me había recibido, igualmente a las personas que lo habitan. Al principio todo fue una prueba para ganar su confianza y con ayuda de Cat respaldándome en el aspecto mediático lo logré. Pese a tener toda la gloria y aplausos descubrí una sensación de vacío que no podía llenar el afecto de mis amigos ni la camaradería y protección de mi hermana.
Pensé que una relación con James podría funcionar, pero después del primer beso no sentí ese "paw paw" que Winn dijo que sentiría al enamorarme. Luego apareció Mon El y creí que al ser de otro planeta como yo sería más fácil congeniar con él y tener un romance perfecto y en equilibrio con mi papel de heroína, por lo que me entregué por completo y ese fue mi mayor error. Afortunadamente pude cerrar ese ciclo.

Mientras cocino, unos brazos rodeándome por detrás interrumpen mis pensamientos.

- ¿Puedo ayudarte?
- Claro - le entrego el cuchillo y ella continúa mi tarea.

Con Lena todo es diferente. Tardé tiempo en darme cuenta porque aunque tengo varios años viviendo en este planeta, descubrir y expresar mis sentimientos siempre me ha significado un reto. Sin embargo, siempre creí tener las respuestas correctas: Mon El era a quien amaba y Lena sólo mi mejor amiga y no algo más.
Aún no comprendo cómo es que pude pensar eso después de que ella me llenó la oficina de flores, compró CatCo y se involucró en lo mediático sólo para que pasáramos tiempo trabajando juntas. Citando algunos ejemplos.

Recuerdo que en medio de la penumbra y caos de la zona fantasma, examinar mi vida fue algo que me ayudó a no perder la cordura. Donde me di cuenta que ella siempre aparecía en los momentos más cruciales. Cuando necesitaba algo, ya fuera como Kara o Supergirl, a pesar de los desacuerdos, Lena siempre me respaldó y apoyó sin pedir nada a cambio.
Cuando la brecha entre nosotras se abrió a causa de mi secreto, comprendí mi error y valoré mucho que al final ella reaccionara sobre Lex y diera el paso para reconciliarnos. Me dijo que si deseaba gritarle lo hiciera y yo siguiendo mis impulsos lo hice en un arrebato. No con la intención de desquitarme con ella, sino porque me dolía tanto lo que había ocurrido entre nosotras que no sabía cómo decirle que una parte de mi se había ido con ella cuando me dejó en la fortaleza de la soledad encerrada en esa prisión con kryptonita. Cuyo efecto no se comparaba con el dolor que sentí al escuchar todo lo que había sufrido y pensado ella respecto a nosotras después de que Lex le revelara todo y no yo.

Al recordar aquella escena en medio del frío de la zona fantasma, lamenté mucho no haberla abrazado y dicho que yo también tenía la culpa, que ya no era necesario mortificarse ni esforzarse hasta el agotamiento para redimirse ante mis ojos. Que para mi siempre ha sido y será una mujer fuera de serie y que nada ni nadie cambiaría eso, que yo... que yo la amaba por ser ella misma y no por lo que hacía. Recordar también las últimas palabras que me dijo horas antes de que Lex me enviara a ese lugar y su expresión antes de cruzar el portal fueron parte de la motivación que tuve para luchar contra todo y volver. El deseo de abrazarla y reconciliarme con ella fue lo que me mantuvo con esperanza.
- ¿Qué ocurre Kara?
- Nada
- Mentirosa. He sentido tu mirada sobre mi mucho tiempo. ¿En qué piensas? - Ella deja los utensilios a un lado y me abraza levantando su mirada, dándome toda su atención.
- En lo afortunada que soy de tenerte conmigo a pesar de todo lo ocurrido. - acaricio suavemente su mejilla y mi mano termina el recorrido aomodando parte de su cabello detrás de su oreja.
- No más afortunada de lo que soy yo.- ella disfruta mi tacto y apoya su rostro en mi mano, invitándome a continuar. Me aproximo a ella y beso sus labios. Siento su entrega total en cada movimiento, una atmósfera solo nuestra, donde nada puede preocuparnos. En momento es unteŕumpido por el sonar insistente del timbre.
- ¡Oh, más vale que sea importante! - refunuño antes de abrir y observar a Alex y demás familia en la entrada.

SacrificioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora