𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 51

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"Me sonrió, deslizando su dedo pulgar por mis labios y luego me besó en tanto su mano bajaba aún más allá de la cintura haciendo que mi pulso se elevara mientras sentía como su cuerpo reaccionaba debajo del mío."

Cheryl: Toni, por favor, tengo que meterme a bañar – objeté en un susurro.
Toni: Solo otro beso, ¿si? – respondió dándome la vuelta para quedar sobre mí.
Cheryl: No quiero llegar tarde – dije mientras sentía como frotaba su sexo con el mío y besaba mi cuello, alterándome más.
Toni: Te prometo que será rápido – musitó en mi oído y luego lo lamió.
Cheryl: Aún nos queda la noche de hoy – exclamé acariciando su espalda.
Toni: Faltan muchas horas – dijo entrando en mí nuevamente.
Cheryl: Dijiste que... ah... sólo un beso... – señale con la voz entrecortada moviéndome a su ritmo constante.
Toni: No puedo evitarlo... tengo hambre de ti... – agregó moviéndose más rápido y besándome frenéticamente en tanto mis uñas recorrían su espalda.
Cheryl: En serio... ¿no te tomas nada? – pregunté sintiendo aún más la intensidad de sus movimientos dentro de mí.
Toni: No amor... tú eres mi única droga.

Embistió en mí unas veces más hasta que explote e instantes después ella lo hizo también y luego volvió a besarme en los labios.
Toni: Buenos días, cereza – exclamó mirándome y sonriendo.
Cheryl: Buenos días, amor, ¿ya puedo ir a bañarme?
Toni: Es necesario?
Cheryl: Sí, ya te dije que debo ir a trabajar.
Toni: Esta bien – se acostó a un lado y me levanté de la cama – ¿quieres que te lave la espalda? – añadió en tono sensual.

Cheryl: Hoy no, tengo que ducharme rápido y sé que contigo sería imposible – respondí entrando al baño y cerrando la puerta sintiéndome feliz como nunca antes.

Había sido el mejor despertar de toda mi vida, me volvía loca que me dijera amor y más cuando pronunciaba esas dos extraordinarias palabras que me hacían flotar, pero no solo que las dijera sino que me lo demostrara, Toni me amaba tanto como yo a ella, ayer me lo había dejado muy claro con todas sus actitudes.

Salí del baño envuelta en una toalla y la vi acostada en la cama boca arriba, con sus manos detrás de su cabeza, me sonrió al verme, yo le devolví la sonrisa y abrí el armario para sacar la ropa que me pondría, sentí que me abrazó y me dio un beso en el hombro y luego recargó su cabeza.

Toni: Qué bonito cantas – exclamó haciendo que me sonrojara.
Cheryl: Oh dios, que vergüenza que me hayas escuchado.
Toni: Cuantas veces he recorrido tu cuerpo desnudo sin ningún pudor y te avergüenzas porque te escuché cantar? – dijo en tono divertida y más me sonrojé.
Cheryl: Es que no lo hago bien y no me gusta que me escuchen.
Toni: Claro que lo haces bien, te hace falta un poco más de confianza en ti misma.
Cheryl: Creo que necesitas que te revisen los oídos o bañarte mejor.
Toni: Me encanta tu sentido del humor.
Cheryl: Ya déjame vestir que no te encantará verme de malas.
Toni: No importa, ya sé lo gratificantes que resultan las reconciliaciones.
Cheryl: Toni, apenas tengo el tiempo justo para llegar a la hora exacta.
Toni: Está bién – me dio un beso en la cabeza – ¿almorzamos juntas? – añadió soltandome.
Cheryl: Tengo que ver primero mi agenda, a ver si no tengo otro compromiso  – dije divertida mientras me quitaba la toalla para ponerme la ropa interior.
Toni: Está bien licenciada, esperaré su llamada – respondió en tanto abrochaba mi sostén.
Cheryl: Te quedarás aquí todo el día?
Toni: Si no te molesta sí.
Cheryl: Por supuesto que no me molesta.

Terminé de vestirme, me peiné rápidamente, me puse los zapatos y tomé mi bolso. Toni se puso la misma ropa del día anterior y me acompañó a tomar un taxi, me dio varios besos en la boca como despedida y casi tuve que empujarla para poder subir al coche, "te amo", gesticulé dentro del taxi y le mandé un beso con la mano que ella cachó en el aire y se llevó su mano a su boca "yo también te amo" alcancé a leer en sus labios antes de perderla de vista.

Llegué justo a las nueve a la agencia, afortunadamente, Scott no llegaba todavía, así que de inmediato me puse a trabajar y a responder correos que tenía. Aproximadamente una hora después llegó mi jefe, entró a mi oficina y cerró la puerta, yo comencé a temblar y sentí un sudor frío recorrer mi cuerpo, se sentó frente a mí con sus manos entrelazadas sobre el escritorio.

Eres mi tentación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora