Mi mascota humana fue secuestrada por un humano salvaje

Capítulo 5

El tiempo voló.

Han pasado diez años desde que Alex y Rhett conectaron sus islas flotantes. Al principio, los dos dragones estaban disgustados entre sí, luego gradualmente se convirtieron en buenos amigos que se frotaban la cola. En esta ocasión, decidieron participar juntos en el centenario Festival de la Moneda de Oro. El Festival de la Moneda de Oro fue un festival tradicional importante para los Dragones. También fue un buen día para mostrar su riqueza y conectarse con sus futuros socios. Dado que muchos dragones asistirían al festival, no era adecuado llevar mascotas delicadas. Alex y Rhett advirtieron a Slair miles de veces, le pidieron que se quedara en la cueva y no corrieron hasta que regresaron.

Slair estuvo de acuerdo, pero tan pronto como los dos dragones gigantes, uno azul y otro rojo, desaparecieron en el cielo, silbó feliz y salió corriendo de la cueva.

Un caballo de escamas adulto saltó de los bosques cercanos, sacando la lengua y lamiendo a Slair.

「¡Choco, llévame a la montaña!」

Choco es el nombre que Slair le dio al caballo, y fue exactamente el que Grieve domó. Durante el conflicto, a nadie le importaba el pobrecito. Finalmente, el dragón a cargo de la investigación se lo llevó como una prueba relevante. El dragón que hizo la pistola de pinball prohibida fue castigado. Sin embargo, el dragón no tenía idea de cómo llegó el arma al continente humano. Al final, el caballo escalado fue enviado a la tienda de mascotas. Después de que Slair se enteró de que el caballo era la montura de Grieve, lo cambió por un precio doloroso con Rhett, frotando las escamas de Rhett durante todo un mes.

El caballo escamado era un entusiasta. Slair usó la mitad de sus deliciosos postres proporcionados por los dos dragones y ganó con éxito la amistad de Choco. Aunque en el corazón de Choco, Grieve seguía siendo su maestro, Slair era su amigo. ¿Qué tiene de malo llevar a un amigo de vez en cuando?

El viento sopla en la cara. Slair cerró los ojos y sintió la oleada de aire. Puso su dedo índice derecho en la piedra rúnica que colgaba de su cuello y dejó que le explicara todo sobre los hechizos de Anemo en sus oídos. Una imagen magnífica se desplegó en su mente, y había puntos de luz rojos, azules, amarillos y verdes volando rápidamente.
El Pryo rojo, el Hydro azul, la Tierra amarilla habían estado girando constantemente a su alrededor, y solo el Anemo verde seguía volando sin rumbo fijo como luciérnagas.

Esto fue domesticador.

Slair aprendió esto de la historia del caballo de escamas. Los dragones y algunos monstruos que habían heredado la línea de sangre del dragón eran usuarios de magia natural. Sus cuerpos nacen con elementos mágicos para que los usen, y la magia está impresa en su sangre como un instinto. Sin embargo, como los humanos, necesitan aprender y domesticar los elementos mágicos. Esos elementos mágicos que flotan en la naturaleza no obedecerían la orden de un humano por nada. Por lo tanto, debe domesticarlos tal como Grieve amansó al caballo escamado. Como Faucedraco, Slair había estado viviendo con los dragones toda su vida. Hay muchos elementos mágicos dentro de su cuerpo, pero no responden a sus llamadas.

　　Pyro fue el primer elemento en rendirse. Slair trató de mirar el fuego toda la noche y, por supuesto, fue en vano. Sin embargo, un día, Rhett quiso colarse en su baño de lava de burbujas y se olvidó de que Slair estaba descansando sobre su espalda. Cuando el humano se dio cuenta de que el magma caliente se derramaba hacia él, en ese momento, el miedo se convirtió en coraje y la fe lo rodeó de los elementos Pyro. El fuego a su alrededor expresó su derrota y el magma se retiró ligeramente de su cuerpo.
Antes de que Slair se quedara sin maná, Rhett se había dado cuenta de su error. Más tarde, Alex derrotó al pobre dragón rojo y sus escamas cayeron por todo el suelo. Pero Slair no dijo nada sobre magia. Se dio cuenta de que domesticar elementos eran peligrosos. Obviamente, los dragones que lo amaban hasta la muerte no le permitirían hacerlo.