Mi mascota humana fue secuestrada por un humano salvaje

Capítulo 36

Pobre Grieve. Slair sabía que Grieve no mentiría para salir de este lío. Así, le dio unas monedas a un águila de plumas grises y le pidió que comprara un juego de ropa de mujer. Slair planeó sacrificarse para salvar a su justo amigo de los problemas. El águila de pluma gris completó su tarea a la perfección. Slair se escondió entre las bestias para cambiarse, y luego se envolvió una bufanda alrededor de su cuello. También se recogió el cabello y lo decoró con una flor.

En este momento, dos grupos de mujeres se estaban acercando cada vez más. El sudor goteaba por la frente de Grieve mientras lo perseguían por un pasadizo angosto y ansioso por encontrar una salida.

「Uh... No importa qué tipo de hombre... No es posible... Pero yo...」 Obviamente, Grieve no podía hacer que apareciera su "esposa", y decir que tenía una esposa no fue suficiente para que las mujeres lo dejaran pasar. Una vez, escuchó de un guerrero que para rechazar a una mujer de Forest City, uno necesitaba describir con fluidez los nombres, apariencias y eventos de la vida de sus seres queridos. Debatió si debía mentir y decirles que era impotente, pero era demasiado vergonzoso decirlo en voz alta.

「No seas tímido y no te preocupes」 El líder sacó una botella de líquido rosa, 「Tenemos algo especial para mejorar el estado de ánimo」

Grieve se dio la vuelta con decisión y pisó la barandilla. Agarró una enredadera que colgaba de una rama, pateó la valla con fuerza y ​​se balanceó hacia el gran árbol del lado opuesto.

Después de todo, parecía haber una salida. Slair se sintió perdido después de salir del pelaje de las bestias. Cuando estaba a punto de cambiarse de ropa, vio una mancha de oro reflejada en la ventana del piso inferior. La persona que bloqueaba el camino rápidamente se hizo a un lado, pero la flecha no estaba dirigida a él, sino a la vena que sostenía Grieve. Grieve todavía estaba en el aire. No había lugar para él para esquivar.

「¡Viento!」 Slair extendió su mano, y los elementos de viento se reunieron alrededor de esa flecha dorada. Sin embargo, salió bien y se sintió como sacar a alguien de un pantano. Hizo lo mejor que pudo y cambió ligeramente la dirección de la flecha, y apenas pasó por alto la vena y dejó una pequeña abertura. Debido a eso, Grieve no tuvo un aterrizaje firme, pero logró agarrarse firmemente a la rama del otro lado.

Antes de que Slair pudiera respirar, se disparó otra flecha dorada, y fue aún más fuerte. Alex notó los ruidos desde arriba y escupió un fino chorro de agua, derribando la flecha.

「¡¿Quién está ahí?!」 Los residentes estaban sorprendidos; Slair se escondió entre la multitud y los siguió hasta donde se disparó la flecha. No era nada fuera de lo común cuando llegaron allí, y todo lo que encontraron fue una extraña caja dorada con una punta de flecha que asomaba por un pequeño agujero.

「¿Qué es esto?」 Una mujer audaz caminó hacia adelante, 「¿Cómo podría alguien disparar flechas sin un arco?」

De repente, todas las bestias de fuego cercanas emitieron alertas. Pero fue demasiado tarde. Slair detectó una gran cantidad de elementos de fuego pululando alrededor de la caja. Dejó escapar un rugido, y todas las bestias acuáticas escupieron bolas de agua hacia la caja. Slair usó su maná para suprimir todas las bolas de agua juntas y lo usó para envolver la extraña caja dorada con fuerza. En ese momento, la caja dorada explotó. Las bolas de agua neutralizaron la mayor parte del poder de la explosión. Pero aun así hizo un sonido fuerte y el agua empapó a la multitud.

La gente concentró sus miradas en Slair. Él también estaba empapado. La ropa de su pantorrilla estaba apretada contra su piel. El puesto más cercano a él era la belleza que lo secuestró antes. Slair se dio cuenta de que aún vestía ropa de mujer. ¡Oh, Dios, la gente debe pensar que era Hantai! A pesar de que acaba de salvar a todos, seguirá siendo tratado de manera anormal.

「¡Ah, eres una niña!」 La belleza mostró una expresión de comprensión repentina: 「¡Gracias por salvarnos! Tú... ¿También eres un dragón?」

「No, fui criado por dragones.」 Dijo Slair. Se acercó a la caja con cuidado, observando los fragmentos. Efectivamente, había runas dracónicas en el interior de la caja.

Grieve le habló de Robert. Aparentemente, él también era jadeíta. Debe quedarse con los dragones durante mucho tiempo y obtener acceso a muchos bienes prohibidos.

Slair recogió cuidadosamente los pedazos rotos con el viento. Las runas brillaron por última vez en un abrir y cerrar de ojos, y esas piezas rotas se rompieron rápidamente. Pronto todo lo que había quedado eran rastros de agua en el suelo.

Grieve bajó del árbol con la primera flecha en sus manos. El instinto le dijo que era sospechoso. Alex encontró la segunda flecha. Cuando colocaron las flechas juntas y trataron de descubrir qué tenía de especial. Lo mismo sucedió de nuevo: las flechas doradas se desintegraron justo en frente de ellos.

「Debe pertenecer a un dragón... Según el estilo de diseño, podría ser Yig.」 Alex dijo: 「Pero Yig se ha ido del continente... Y nunca usaría su invento para dañar a los humanos」

「¿Quién es Yig?」 Grieve preguntó: 「¿Es un dragón? No creo que nos haga esto. Lo más probable es que sea Robert. 」

「¡¿Robert?!」 Alex gritó sorprendido, 「¡Ese es el nombre de la mascota humana de Yig! Pero escapó. 」

De repente, el cielo se oscureció. Un dragón plateado apareció de la nada sobre las cabezas de Alex y Rhett. Su expresión era seria y no le molestaban las miradas de los humanos.

No a todos los dragones les gustan los humanos. Slair se lo sabía de memoria. Podía ver los ojos del dragón plateado desde donde estaba. Alex usó magia para salvar a Grieve hace un momento, pero no debería alarmar al equipo de ejecución. Tampoco se llevarían a Rhett, el Dragón de fuego, con ellos. La caja dorada encendió la alarma, y ​​si la veían explotar, habría más consecuencias. Sin embargo, la caja se descompuso y no dejó evidencia de su existencia.

「Espera, podemos explicarlo...」 Dijo Rhett.

「Estás acusado de intentar dañar a los humanos salvajes.」 Silver Dragon los ignoró y recitó los derechos.