5. Cómo fue que acepte tu propuesta indecente

391 11 3
                                    

El aspirante de vaquero luce terriblemente asustado con mi arranque de ira. Las marcas de mi mano todavía son visibles a través de su mejilla sin afeitar.

Tiene ojos color miel y un cabello claro que cualquier chica envidiaría. No recuerdo mucho de él, tal vez que me alimentó y que no se aprovechó de mi estado drogado para hacer cosas sucias conmigo... aunque se hubiera aprovechado solo un poco... digo, es guapo y... Inmediatamente corto los pensamientos y niego con la cabeza.

—¿Para qué tu amigo quiere una cita conmigo? —le digo al chico guapo #1 parado a su izquierda. Adam.

Él se ríe y luego eleva sus cejas.

—Voy al grano —dice cruzándose de brazos, apuesto a que tiene más tatuajes escondidos bajo su camiseta—. A él...

—Adam, no —lo interrumpe el otro—. Mejor olvidemos todo esto, no creo que...

—Existe una posibilidad de que la rubia a la que vio era Mia, simplemente haz la propuesta y luego veremos.

Puedo ver que Key frunce el ceño y desvía la mirada. Aprieta tanto la mandíbula, como si evocar un pensamiento de la tal Mia fuera igual de doloroso a amputarte un miembro del cuerpo.

Pobre, la chica tuvo que haberle roto el corazón para que se encuentre en ese estado.

—Esto no va a funcionar —refunfuña él. Patea una de las llantas de su vehículo y al siguiente minuto saca un cigarrillo del bolsillo trasero de sus pantalones, lo enciende y se lo lleva a la boca para darle una calada.

Me cruzo de brazos.

—¿Qué quieren conmigo? Y no me digan que simplemente una cita.

De repente siento miedo. ¿Y si son ladrones? ¿Traficantes de órganos? Últimamente el abuelo le ha dado por ver noticias (se debe más a que le gusta la presentadora que la emoción de ver lo que sucede alrededor del mundo, pero bueno) y hay demasiados casos de traficantes de órganos como para que me sienta segura con dos completos desconocidos.

—De acuerdo —dice Adam— vamos al punto. A él lo dejó su novia hace meses atrás, ella se fue a Berlín a estudiar en alguna escuela de música...

—No te atrevas a decirle —lo silencia su amigo.

Pero de igual forma Adam continúa:

—Esa misma noche él fue a casa de ella a decirle que reconsiderara las cosas; entiende que él está considerablemente enamorado de la chica...

—¡Adam! —Key bota su cigarrillo en el suelo y cierra los puños como si fuera a golpearlo.

—¿Te arrastraste ante ella? —es imposible que no lo diga.

Key se vuelve de un tono rojo, puede que esté avergonzado o solo está furioso.

—Esto es estúpido. No pienso hacerlo, vámonos.

—Completamente arrastrado —dice Adam, ignorando a su amigo— una vez que llegó a su casa, ella estaba en la cama con otro hombre; con el que era su psicólogo.

Abro la boca y luego la cierro al ver la mirada que Key me lanza.

No hay duda de que este chico es el mismo al que le lamí la mejilla... y ojala que no otras partes.

—Dijiste que la ama —digo de repente—. En tiempo presente.

—No la amo, la amé —se defiende el Sr. Vaquero que bota sus cigarrillos al suelo.

—¿Y qué tengo que ver yo en todo esto?

Es Adam quien responde por él.

—Mia, su ex novia, vino de vacaciones por una semana y la pequeña perra pidió verlo. Ella es algo posesiva con él.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 28, 2021 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Prometo Fingir que me Gustas -LiaBelikovDonde viven las historias. Descúbrelo ahora