1. Cómo conocí a la extraña

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Él

Antes

Lo que más me encanta de ella son sus ojos: verdes y oscuros, grandes y de pestañas gruesas.

Su boca: rosada sin necesidad de utilizar maquillaje, y un poco rellena, la cantidad justa para besarla y morderla cuanto quiera.

Pero lo que verdaderamente me vuelve loco es su cabello, largo y dorado. Siempre huele bien, es como si lo pasara humectando en alguna cosa con olor floral cada cinco segundos. Delicioso. Es la clase de chica por la que hay que sentirse orgulloso.

Ella pone su pequeña mano sobre la mía, rozando con su dedo pulgar mi palma , otro gesto que me vuelve loco.

—¿Key? —dice, la comisura de sus labios se eleva un poco al notar que la veo embobado, me tiene hechizado—. Cariño, concéntrate. Quiero hablarte de algo.

Asiento con la cabeza, mi sangre viajando al sur de mi cuerpo.

Estoy tan idiotamente enamorado que no me importaría gritarlo.

—Sabes que he estado esperando conseguir una beca en Berlín, ¿te acuerdas?

Vuelvo a asentir.

Ese pequeño vestido que usa hace que mi imaginación se sienta viva.

—Pues... —ella se muerde el labio inferior y yo me enciendo con ese gesto— conseguí la beca.

De repente, sus palabras se filtran en mi cerebro, hundiéndose como cuchillas afiladas apagando el fuego.

Frunzo el ceño.

—¿Cómo?

—Sí, la semana pasada me avisaron. No quise decírtelo antes porque quería evitarte la molestia, pero...

—¿Cuándo te vas? —esto no pasaba, no tenía por qué estar pasando. ¿Se iba?—En dos días.

Aparta su mano de la mía y la esconde bajo la mesa.

Mi mundo cae a pedazos, uno por uno.

—Pe... pero no puedes irte...

Si ella se iba yo me moriría. Por más dramático que fuera, lo haría.

—Te amo —digo desesperadamente.

—Lo sé, y lo siento —sus ojos se rehúsan a mirarme.

—Entonces me voy contigo.

Veo sus ojos abrirse por completo, niega rápidamente con la cabeza.

—Oh no. No tienes por qué seguirme. Te lo prohíbo.

—Pero... pero ¿por qué?

—Quiero independizarme, no necesito un novio en estos momentos.

—Mía, no me dejes.

Sé que estoy siendo patético y estoy tirando mi dignidad a la basura, pero he pasado siete años junto a ella y no puedo dejar que se vaya así como así.

Prometo Fingir que me Gustas -LiaBelikovDonde viven las historias. Descúbrelo ahora