El comienzo de esta trágica historia

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En un pueblo llamado "Luz del valle" se encontraban muchas hermosas damas pero una en particular destacaba sobre el resto, ya que a la vista de los ojos humanos era como "Un ángel", ella era tan delicada como una flor, su cabello largo y liso, sus hermosos ojos de color negro, que hacían juego con su cabello y también su piel pálida parecía una muñeca de porcelana, su belleza era tal que a lo largo de su niñez muchas familias de la nobleza iban al pueblo, tan solo para pedir la mano de la pequeña niña para sus futuros hijos varones.
Pero se iban tan pronto como llegaban, porque la pequeña Gadea no buscaba comprometerse a tan temprana edad, lo que ella quería era crecer y ser una maravillosa maestra; ya que le encantaba aprender y pensaba que lo que ella aprendía podía enseñárselo a los niños el dia de mañana.

Nuestra pequeña Gadea en sus 10 años ya ayudaba a los más pequeños, les enseñaba todo lo que aprendía en la escuela, ya que había niños que no podían asistir a está, porque sus familias son pobres y tienen que ayudar trabajando, la familia de Gadea era de clase medía por lo tanto ella podía asistir a la escuela, en las noches cuando todos se iban a dormir ella reunía a los pequeños niños y les enseñaba también había veces en la que los alimentaba ya que en ocasiones los niños no tenían tiempo para comer porque trabajan todo el dia y por la noche venían rápido a la casa de los Farros para que asi la pequeña Gadea pudiera enseñarles a leer y escribir para que puedan sobrevivir en este mundo cruel el dia de mañana.

A lo largo de su niñez y adolescencia ella seguía recolectando conocimientos, porque era muy curiosa y también le encantaba aprender cosas nuevas, siempre que acompañaba a su madre a comprar algunos alimentos a la cabaña del señor Albert, ella preguntaba como se hacía cada cosa que compraba la madre. Este con paciencia le explicaba los paso y los ingredientes, y cuando terminaba de explicarle ella le decía que estaba agradecida con él porque le tenia mucha paciencia al darle las explicaciones. De regreso a su casa Gadea vio una multitud de damas de su misma edad "unos 15 años" Alrededor de un caballo, esta quiso acercarse pero no pudo ya que había muchas chicas, asi que no le dio mucha importancia y decidió ir al lado de su madre pero entonces sintió como alguien la observaba y sin dudarlo dos veces volteó, logrando notar al caballero arriba del caballo rodeado de las damiselas, mirando en dirección a Gadea, esta no le dio importación ya que creía que miraba a alguien más, hasta que escuchó los trotes del caballo acercándose hacia donde estaban ella y su madre, escuchó como alguien baja de un caballo y por suerte de está  era el joven y apuesto caballero que estaba entre todas las damas. Percatandose de su presencia  lo miro y este saludo formalmente haciendo una reverencia.
La madre de Gadea hizo lo mismo y le indico a su joven hija que también lo haga, luego de esto el caballero se presenta.
—Buenas tarde bellas damas, mi nombré es Sir Leord, es un honor para mi conocerlas.

—¡Oh! Mi nombre es Aldara Inés Farro el honor es mio —habla la madre de Gadea. Aldara le hace un gesto a su hija para que también se presente.

—Mi nombre es Gadea Pétalo Farro, mucho gusto.

—El gusto es mio bella dama.—Agarra la mano de Gadea y la besa.

—Bueno madre, es hora de volver a nuestro hogar.— Gadea se dirige a su madre.

—¡Oh! si Claro cariño. Bueno Sir Leord fue un gusto conocerlo, con mi amada hija nos tenemos que retirar.

Gadea agarra la mano de su madre y caminan en dirección a su hogar, mientras que el caballero las observaba como se iban.

Al llegar a la casa notan la presencia de un señor en la puerta de la entrada, este resulta ser 'El alcalde' de la ciudad Que casualmente viene a hablar con el padre de Gadea, Pero Ella sabia que venia a hablar sobre un compromiso arreglado, Ya que en el pueblo se rumoreaba.

—Hola señora Farro, Se encuentro su marido?—Hablo el alcalde con un tono amable.

—Oh... No mi marido esta de viajé, el volverá la próxima semana; Le gustaría dejarle un mensaje?—Dijo la Aldara, mientras sostenía la mano de Gadea.

—¡Oh! Usted es muy amable, pero queria hablarle de algo... Es algo personal, pero no se preocupe volveré dentro de una semana, que tengan un bonito dia; me retiro—Se saco el sombrero y hizo una reverencia, y se retiro volviendo por donde había venido.

La madre de Gadea procede a entrar a la casa con ella y se le borra la sonrisa del rostro a Aldara, toma las dos manos de su pequeña hija.

—Cariño, Si no te sientes lista para comprometerte lo entenderemos... Se que el Sr. Alcalde vino aqui para pedir tu mano, para comprometerte a su hijo — Pasa su mano por el cabello de Gadea y le sonríe, esta vez su sonrisa refleja tristemente.

Aldara sabe que su hija siempre se siente presionado, cuando vienen a pedir su mano y ella solo quiere ver a su pequeña feliz, con alguien que ella elija.

—Tranquila madre, Estoy bien... Aun no he podido encontrar a alguien a quien amar, pero no me rendiré.. se que el llegará.— Dijo Gadea mientras que su rostro reflejaba lo triste que le ponía vengan a pedir su mano, ya que se sentía un objeto.. Que solo miraban por su belleza.

—Lo entiendo Cariño, Puedes ir a tu cuarto a despejarte.. Te llamaré cuando la comida este lista.— Antes de darse la vuelta para ir a la cocina a dejar las compras, le da un beso en la frente a Gadea, también la abraza.. Para luego irse

Esta mira como su madre va a la cocina, camina unos pasos y se ve en el espejo que se encontraba en la entrada, Toca su rostro y nota como una lágrima va cayendo por su mejilla; Se la seca y sube las escaleras para dirigirse a su cuarto.

— Me gustaría poder vivir Como una chica normal, sin que siempre vengan a pedir mi mano.. Solo quiero poder encontrar el amor verdadero —

Luego de decir eso, Suelta un suspiro y entra a su cuarto se recuesta en su comoda cama, Luego de unos segundos de silencio escucha un pajarito cantar, se levanta y nota que había un nido en el árbol que estaba alfrente de su ventana.

—Oh Pero que hermosos son, Seguro su mami habrá ido por su comida pequeños —

Se recuesta en el marco de la ventana y mira como los pajaritos comen, ya que había vuelto su madre para alimentarlos; Gadea no se habia dado cuenta Pero había pasado mucho tiempo viendo a los pajaritos y escucho como su madre la llamaba para comer.

—¡Gadea! Baja a comer cariño — Grito su madre desde las escaleras.

Ella sale de la habitación y baja las escaleras, se dirige a la sala y se sienta en su lugar en la mesa.

—Madre, ¿Quieres que te ayude en algo? — dice Gadea mientras su madre sirve la comida en los platos.

—Oh no cariño, esta bien — dice mientras sirve la última porción.

Aldara va hacia el cuarto de la hermana de Gadea y le dice a su hija que venga a comer, mientras Gadea aprovecha y le da una probada a la comida.

— Ya voy madre — Dice Beatriz, La hermana Mayor de Gadea.

Se sientan las tres y empiezan a comer, luego de terminar Gadea Levanta la mesa y lleva los platos, también lo que le faltaba a la cocina para lavarlo; Luego de eso guarda todo en su lugar.

—Cariño, ¿Ya terminaste? — Dijo Aldara Mientras se levantaba lentamente.

—ah si madre, Ya e acabado — Dice Gadea mientras se seca las manos con un trapo viejo.

Gadea sale de la cocina y va donde su hermana para darle los buenos dias, ya que a esta le encantaba dormir hasta tarde.

—Buenos días Señorita Estrellita —Sonrie mientras espera la respuesta de su hermana, esta le encantaba decirle asi ya que para Gadea su hermana iluminaba sus momentos más triste.

—Buen dia pequeña horrible — dice mientras ríe.

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⏰ Última actualización: Nov 12, 2023 ⏰

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