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Llamado de emergencia sonaba de fondo, mientras yo tecleaba con rapidez, inmersa en la pantalla de mi laptop

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Llamado de emergencia sonaba de fondo, mientras yo tecleaba con rapidez, inmersa en la pantalla de mi laptop.
Estaba escribiendo un código relativamente rápido: me había costado un poco encontrar el error.

Un punto y coma.

Siempre era lo mismo. Prefería mil veces que fuera un error por cualquier otra cosa. Mi laptop podría explotar antes de yo preferir un error así de tonto. Sobretodo porque era dificilísimo encontrarlo: un diminuto punto y coma hacía imposible que compilara el código.

De algún modo escuchar música me ayudaba siempre. De vez en cuando me encontraba a mí misma escribiendo la letra de la canción en lugar de los comandos, pero nada que pudiera perjudicar un código de 300 líneas.

Mi celular vibró al mismo tiempo que una ventanita de notificación invadía la parte inferior de la pantalla de la laptop. El nombre de usuario de itchy apareció y, debajo de él, el mensaje que me había enviado. Cliqueé sobre la equis dentro de la ventana y la notificación desapareció.

Sí, podía escuchar música mientras codificaba, pero no quería más distracciones: si abría su mensaje era evidente que terminaría platicando con él. Podría ser una hora, dos, o quizá cinco minutos. No era algo que quisiese averiguar.

Otra notificación apareció, también de él.
Repetí el proceso que hice con el otro mensaje.

—Ahorita no, por favorrr —murmuré, mientras enfocaba mi vista de nuevo a la ventana de Code::Blocks. Me faltaba muy poco para acabar el programa. Quizá tres canciones más y lo terminaría. Ya entonces le respondería con total y absoluto gusto.

Además, aún no sabía lo que era correcto decirle, con respecto a mi propuesta.
Ariana me aconsejó no decir nada: una estrategia que yo ya planeaba tomar mucho antes de haberle pedido ayuda. Preguntarle por los detalles de la reunión se podría interpretar como un modo de presionarlo y asegurarme que sí asistiría. Y yo no quería eso.

Por supuesto que quería conocerlo.

Los enamoramientos así de fugaces siempre me parecieron tontos: enamorarte de alguien que no conoces, ¡ni siquiera la voz! Era muy poco maduro. Pero por desgracia estaba "enamorada".
Era eso o la simple curiosidad.

Pensar en las infinitas posibilidades de quién podría ser me emocionaba: ¿y si era un pariente? ¿O alguien de la escuela? ¿Qué pasaba si era un viejo pervertido de 60 años? O... O un famoso.

Presioné el botón de compilar, aguanté la respiración y esta vez el programa sí compiló. Ni un solo error y con una cifra muy inferior al máximo de líneas de código que nos había permitido el profesor.

—Por fin, maldita sea, por fin —grité, victoriosa. Leo bajó corriendo las escaleras al escucharme gritar. Se acercó a mí, restregó su pequeño y peludo cuerpo contra mí y de un salto se sentó en mis piernas.

Una tercera notificación llegó. No era de anonymer. Era de YouTube: un nuevo episodio de La Cotorrisa.
Había olvidado por completo que era martes y que pronto serían las seis de la tarde.
Mientras entraba a YouTube también entré a leer los mensajes nuevos que había recibido.

@itchy_pitchy
llegué a casa. Solo me tomó dos horas, súper poquito verdad?

@itchy_pitchy
Iré a bañarme. Saldré a una reunión, ni idea de cuando voy a regresar. Linda tarde🤙🏻

Perderme la oportunidad de alburearlo había valido un poco la pena. La satisfacción de terminar un código era enorme pero eran contadas las ocasiones en las que podía molestarlo de esa forma. Apenas habían pasado diez minutos desde que recibí el mensaje, era seguro que ya estaba bañándose.

@chupachups
diviértete 😗

De fondo Slobotzky y Ricardo Pérez anunciaron que el episodio contendría una alarma. Personalmente eran los que más me gustaban: procuraba no comer nada cuando la tenían, porque sabía que podían decir cualquier cosa. Un episodio así era garantía de que Slobotzky reiría sin parar y que Ricardo lo vería, sonriendo, mientras esperaba a que pudiera hablar para seguir diciendo bromas.
Arriba de la barra de herramientas apareció una notificación emergente, que desapareció al instante, pues aún no cerraba anonymer cuando itchy mandó un nuevo mensaje.

Mi corazón se aceleró.

@itchy_pitchy
En la fiesta o en la ducha?

[...]

Ricardo respondió, sin darle mucha importancia al peso que tendría su mensaje sobre chupachups. Nuevamente dejó el celular sobre su cama para después ir a su armario y sacar de ahí unos joggins de color verde militar, junto a una playera negra de la reciente mercancía que habían sacado.

Observó unos Converse clásicos tipo choclo que no se ponía en muchísimo tiempo. Usarlos por un tiempo muy prolongado le causaba un dolor casi insoportable en el talón pero pensó que usarlos un rato, para una fiesta en la que apenas y caminaría, no le haría daño. Se agachó para alcanzarlos y los sacó, pero no se los llevó al baño. Los dejó afuera y cerró la puerta del armario.

Ya con la ropa que usaría (los bóxers y las toallas ya lo esperaban en el baño) entró al baño completo que tenía dentro de su habitación. Detrás de sí, cerró la puerta, para evitar que Paco entrase a interrumpir su ducha.

Dejó el conjunto en el mueble de bambú, justo al lado de las toallas perfectamente dobladas.
Giró el grifo de la regadera, primero el del agua caliente, hasta la mitad, y después el de la fría unos cuantos centímetros para asegurarse de que saldría caliente pero no para pollos.

Comenzó a desvestirse, mientras el agua caía en una cubeta que usaba para reutilizarla, lo más rápido que pudo: cuando acabó, la dejó caer sobre el cesto de ropa sucia. Después retiró la cubeta y entró al chorro de agua.

Quería darse prisa porque las duchas eran un momento de reflexión para él y en ese momento no quería reflexionar sobre absolutamente nada.
Todo el camino a la casa pensó en cómo haría para cumplir lo que aceptó sin que descubriera quién era.

Estaba la posibilidad de que ella no lo conociera, por supuesto: el podcast y los canales de YouTube (el de Slobo y el suyo) no eran nacionalmente conocidos. Ya eran más famosos que antes, claro, incluso habían tenido ya varias "cancelaciones". Ricardo no era alguien que esperara que todo mundo, en la calle o donde sea que estuvieron, lo conociera. Pero...

La posibilidad de que chupachups lo reconociera como el comediante y co-conductor Ricardo Pérez aún era tangible y, obvio, posible.

Munchies with double oDonde viven las historias. Descúbrelo ahora