Libres ·njh [terminada]

Niall:

Niall:

¿Han tenido la sensación de obtener algo que has querido toda la vida? ¿O de experimentar algo que jamás creíste cierto? Pues, yo sí. Tal vez no de la forma de que te lo imaginas. Pero, desde que tengo memoria, he querido un auto. La sensación de poder ir a donde quieras sin preocuparte si alguien puede llevarte. No molestar en la vida de otra persona, con el fin de que tú mismo te diviertas, utilizándolo como chofer.

Hoy, 13 de setiembre; en mi cumpleaños número dieciocho, tengo oficialmente un auto propio. Me encuentro en las calles de Mullingar, mi ciudad natal y en la cual vivo. A pesar de haber estado aquí toda mi vida, me sigue pareciendo un lugar hermoso, y más ahora que puedo verlo entero cuando se me dé la gana. No necesito que mis padres me lleven. Puedo hacerlo por mí mismo. No necesito encontrar el momento en que alguien este dispuesto a llevarme. Puedo hacerlo yo mismo. Es libertad. Ya no me llamarán inútil debido a necesitar de alguien. Ya no se cansarán de mi por pedirles que me ayuden a viajar, simplemente por el hecho de que no tenía auto.

Me detengo en luz roja. Me da tiempo de admirar el atardecer por la ventanilla, al lado izquierdo. Ya debería dar la vuelta y dirigirme a mi casa, no quiero que mis padres se preocupen y no he traído mi móvil.

Un auto atraviesa mi vista, impidiendo que vea el color naranja que se ha formado en el horizonte. Trato de ver quien está dentro de este, pero los vidrios están arriba y no me permiten ver.

Parece que hay demasiado transito este día, y hubo un accidente en el cruce. Me quedaré aquí por un tiempo, al igual que todos en esta calle.

Diez minutos y no me he movido ni un metro.

Levanto la vista cuando el auto a mi izquierda baja las ventanillas, es una chica, una hermosa chica que se ha quedado quieta en su lugar desde que las luces se pusieron en rojo. Parece tranquila a pesar del hecho de que nos quedaremos aquí por más de media hora. Lleva unos lentes negros que no me permiten ver sus ojos, pero de seguro son hermosos; al igual que el resto de ella. Su cabello es de un color castaño claro y le llega hasta la cintura. Me pregunto como hace para mantenerlo tan cuidado considerando su medida.

Mantiene sus manos firmes al volante, con sus uñas delicadamente barnizadas con un color rojo intenso, como si se hubiera preparado para algo importante. Tal ves si se trata de algo importante, tal ves a dónde ella se dirija la están esperando, preguntándose por qué se tarda. No es inútil como lo soy yo, debe traer su móvil.

Devuelvo mi vista hacia el interior de mi auto. No hay nada útil, mejor dicho: no hay nada, que pueda hacer aquí mientras intentan movernos sin causar otro accidente. Veo un Starbucks abierto del otro lado de la calle. Supongo que esto no se moverá por un largo tiempo y no perderé nada con ir a comprar un café.

Cierro todas las ventanas y me bajo para pasar entre los autos, sin importar lo que estén pensando sobre mí y dejar mi auto solo por unos segundos. Entro al establecimiento, aquí no hace tanto calor como allí afuera. Compro un café y algunas donas con lo que me queda de dinero y regreso al auto.

Veo como la chica de los lentes oscuros toma su móvil, parece no estar tan tranquila como antes. Se quita los lentes al desbloquear la pantalla y puedo ver como son de un color celeste mezclado con un tono de gris. Son más hermosos de lo que pensaba. Frunce el ceño y me pregunto que ha visto en su teléfono, sus lentes dejan de estar en su mano derecha para que ella los tire con brusquedad hacia la parte de atrás de su auto. Ahora, baja del todo la ventanilla de su lado y saca la mano con su celular por allí, comprendo que su móvil no capta señal.

Me preguntó por qué no ha salido del auto en vez de haber sacado medio cuerpo hacia afuera de su ventana. Se sienta en el espacio que ocupaba la ventana y comienza a mover sus dedos sobre la pantalla de su móvil. Supongo, debe estar avisándole a su familia que llegará tarde o algo por el estilo.