𝖆𝖑𝖒𝖆 𝖆𝖙𝖆𝖉𝖆 (𝑅𝑎𝑑𝑖𝑜𝐷𝑢𝑠𝑡)

Capitulo 1

El calor húmedo en el aire normalmente sería sofocante para la mayoría de las personas, pero Alastor se sentía como en casa.  Regresaba de la estación de radio desde la que transmitiría y estaba dando un paseo por las calles oscuras de Nueva Orleans.  A esta hora de la noche apenas había una que otra persona por ahí, con la noticia de un asesino en serie suelto.

Alastor no pudo evitar la risa que se le escapó al pensar en las tontas historias que la gente estaba haciendo sobre el peligroso asesino, sus pequeñas teorías sobre cuándo atacaría a continuación o cuáles podrían ser sus motivaciones. 

Ja, qué divertido resultó ser.  Si supieran que las motivaciones de los asesinos no son algo insignificante como la venganza o la ira, sino la satisfacción de una buena caza. Sí, Alastor es de hecho el asesino al que todos temen, pero ha sido meticuloso al ocultar sus huellas, por lo que su identidad sigue estando perfectamente a salvo.

La gente dice que los persigue como un lobo persigue a un ciervo, pero están lejos de la verdad, no perseguiría a nadie. Tiene estándares y cierto código cuando se trata de ese tipo de cosas. 

Si bien perseguir a una víctima puede ser eficaz, no ofrece la satisfacción que proporciona atraerla y atraparla con la guardia baja. 

Su encantadora sonrisa y su aspecto son suficientes para seducir a cualquier dama en sus garras. 

Ah, el maravilloso sonido de sus gritos cuando los corta o el sabor de su sangre todavía caliente mientras come su carne, simplemente divino.  La limpieza tampoco es difícil, ya que sus huesos y el exceso de carne también son un excelente alimento para los caimanes en el pantano.

Alastor se estaba acercando rápidamente a su casa, tenía buenos recuerdos allí cuando creció antes de que su madre muriera y su padre lo siguiera. 

Su madre solía contarle historias de almas gemelas, cómo todos tenían su persona especial en el mundo que era perfecta para ellos y a lo largo de su vida podrían experimentar uno de los cinco sentidos principales que tenía su alma gemela. 

Para ella era escuchar, a veces escuchaba pequeños fragmentos de sonido que su padre estaba escuchando.  Su padre nunca dijo realmente lo que era suyo, pero su madre había mencionado que a veces él veía lo que ella veía. 

De niño, este concepto le fascinaba, pero a medida que crecía y no pasaba nada, comenzó a perder la esperanza de tener un alma gemela, tal vez ya estaban muertos y los conocería después.

Saliendo de su tren de pensamientos, Alastor estaba a punto de entrar a su casa cuando notó una figura masculina tratando de esconderse en la oscuridad de los árboles cerca de su casa. 

Vivía lejos de la mayoría de las personas, por lo que este extraño no tenía ninguna razón para estar aquí, actuando como si no notara nada, entra y busca su cuchillo. 
Su rifle de caza alertaría al intruso de que su posición estaba comprometida, pero su abrigo estaba bien equipado con bolsillos ocultos para mantener los cuchillos fuera de la vista. 

Parece que esta noche la presa decidió enfrentarse al depredador.  Con una sonrisa sádica en su rostro, siguió con su rutina nocturna sabiendo que pronto el hombre se revelaría.

Efectivamente, en los siguientes diez minutos escuchó pasos afuera y su puerta principal se abrió de golpe. 

El hombre que estaba parado allí con una mirada furiosa no tenía un arma, pero era más corpulento que el locutor de radio sonriente y también llevaba un cuchillo.

— ¡Por fin te encontré, bâtard sonriente! — Exclamó el pelinegro.

— ¿Te conozco? — Su sonrisa no vaciló, pero inclinó la cabeza en pregunta mientras trataba de hacer coincidir la apariencia de este hombre con todos los hombres que había conocido.