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Esa mañana las calles de Corea del Sur mágicamente se llenaron, TaeHyung llevaba alrededor de veinte minutos en la calle repleta de autos.

Sabía que tocar la bocina no haría que avanzarán pero ahora entendía lo que se sentía estar atrapado en el tráfico. Era terrible, sentía ese extraña sensación de que algo malo estaba pasando con YoonGi.

Si el miedo no se hubiera apoderado de él cuando terminaron de hacerlo quizá nada de esto estaría pasando.

— ¡Por un carajo avanza! — Grito un ya muy estresado V.

— ¡Si tienes tanta prisa pasa por arriba, Imbécil! — Le gritaron de vuelta.

Tuvo que aguantar la respiración unos segundos para no gritar de vuelta.

Tenía el celular vinculado con el auto de Hoseok por lo que intento volver a llamar a YoonGi pero nada, este no contestaba y como si alguien se apiadará de él y su preocupación el tráfico comenzó a avanzar.

Sabía que tomar atajos era de desconfianza pero aún así lo hizo porque las calles principales de Corea a las diez de la mañana solían llenarse.

(...)

— ¡Por favor! Solo necesito ver qué esté bien.— Casi le rogó al conserje.

Es que luego de media hora que parecieron dos horas llegó al edificio del mayor, sabía que podía pasar eso porque él mismo había ayudado al rapero a encontrar un edificio con la mejor seguridad.

No era que tuvieran miedo, era que muchas veces pasaba que las fans distribuían las direcciones de los idols e iban a sus casas privadas a espiarlos o molestarlos.

— Por políticas de seguridad debo avisarle al dueño que se encuentra aquí, no contesta.— Dijo el conserje, era joven pero se veía que ponía demasiado empeño en su trabajo.— Lo siento.—

V miro a todos lados suspirando, no había de otra.

— Prometo que no lo hago de mala persona pero necesito subir por él.— Susurro casi para si mismo.

Camino hacia la entrada y así pudo visualizar las escaleras de emergencia, corrió hacia ellas y las tranco justo a tiempo. Respiro con dificultad cuando comenzó a correr pisos arriba, hacían ejercicio a diario pero eso era una tortura.

Cuando dejó de oír los gritos del joven conserje se apoyo en sus rodillas para descansar unos minutos luego recordó que le dijo el número del departamento de YoonGi por lo cual posiblemente lo estarían esperando ahí para sacarlo.

Se sacó la mascarilla y el gorro que traía cuando diviso el 809 en definitiva fue mala idea convencer a YoonGi de comprar el último piso del edificio.

Al llegar a la puerta tocó primero al no recibir respuesta decidió que debía entrar.

— Siempre tan predecible, Yoonnie Hyung.— Susurro para si mismo al poner la clave del estudio del mayor y que la puerta se abriera al primer intento.

Lo que vio le estrujó el corazón, era YoonGi inconsciente en el sofá principal del gran departamento sosteniendo a duras penas una botella de vino.

Cerro la puerta para después caminar hacia él con ganas de querer golpearse, se había permitido por miedo lastimar a su Hyung y eso jamás se lo perdonaría porque después de todo lo seguía amando, lo amaría siempre y eso no era algo que toda la fama del mundo pudiera cambiar.

Miro la mano que descansaba en el pecho de su Hyung, la misma con la que golpeó el vidrio por rabia a lo que dijo.

Gruño enojado consigo mismo cuando observo que estaba daña e incluso todavía tenía pequeños vidrios enterrados entre los nudillos.

— Mh.— Murmuró YoonGi cuando se movió soltando la botella de vino, V tuvo buenos reflejos porque alcanzo a tomarla en el aire.

Se levantó a buscar todo lo que necesitaba para curar la mano del mayor, lo hizo con delicadeza y paciencia mientras que sacaba los pequeños vidrios uno a uno con pinzas esterilizadas.

El sonido de su celular sonó demasiado fuerte por el departamento, casi despertando al mayor si no fuera porque contesto; lo puso en altavoz.

— TaeHyung, diga.— Solía contestar siempre igual ya que a ese celular solo lo llamaban gente de confianza.

— ¿TaeTae? ¿Estás ya con YoonGi Hyung? — Reconoció al instante la voz de JiMin así que continuo concentrado en la mano de su Hyung.

— Si, está ebrio pero está bien. Te llamo luego y por favor dile a Hoseok Hyung que no se preocupe.— Corto la llamada casi sin ver la pantalla.

Vendo la mano del rapero con cuidado.

(...)

Le dolía como un demonio la cabeza, ni siquiera podía abrir bien los ojos y de la nada los recuerdos vinieron a su mente.

Las últimas palabras que dijo su menor antes de salir de la sala de ensayo, el golpe en el espejo de la misma, la botella de vino, todo.

Lágrimas amenazaron con bajar pero se dijo a si mismo que era fuerte, que no iba a seguir llorando por el menor así fuera lo último que hiciera.

¿En qué momento llegué a la cama? Pensó mirando que estaba en la cama King Size que TaeHyung había elegido para él, suspiro tratando de controlar sus emociones.

Estaba recostado en la cama con una manta pesada en su cuerpo, estaba solo con bóxer definitivamente no recordaba haberse desnudado.

— Despertaste, Hyung.— Esa voz, la voz que tanto esperaba escuchar cuando estaba así de triste.

Miro hacia la puerta y vio al menor con los ojos hinchados mientras estaba apoyado en la pared, definitivamente valía la pena llorar por un hombre así.

Estaba tan jodidamente enamorado que no le importo perder la poca dignidad que le quedaba, corrió hacia el menor tropezando con las cosas de su propia habitación y cuando llegó a él lo abrazo con fuerza llorando en su pecho.

El sentirse herido era nuevo para YoonGi, tanto que no sabía cómo soportar tanto porque después de todo esa relación, su relación con V era la más larga, la más cargada de emociones e incluso sentimientos que pensó que por ser Idol no se podría permitir nunca.

Le había entregado mas que su corazón, ahora lo había entendido.

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Prohibido. (YoonTae) TERMINADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora