VIII

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— ¡Ten! — El pelinegro corrió a abrazar a su pequeño novio.

— Estoy tan feliz de que podamos volver a vernos. — Le dio un pequeño beso en la boca. — Salgamos de aquí.

Ambos se dieron de la mano y salieron del centro de rehabilitación.

Visons of GideonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora