初め

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la historia desgarradora de unamor imposible

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la historia desgarradora de un
amor imposible

o

la preciosa historia de dos
mejores amigos cumpliendo
sus sueños






























ㅤ ׄ # font ; source sans problack teme !
shine ☆ 30 - 50 ¡






































𓆩 αᥒᧁɘᥣ 𓆪















































7 𝚍𝚎 𝙹𝚞𝚕𝚒𝚘
7 𝚍𝚎 𝙹𝚞𝚕𝚒𝚘







































•••

──¡atrápame si puedes!── corrió lo más que pudo luego de gritar aquellas palabras. intenté alcanzarlo pero no pude, al ser mayor que yo, era obvio que no podría alcanzarlo, ¡incluso era mucho más alto!

por estar sumida en mis pensamientos, terminé cayendo al piso fuertemente, raspando mis rodillas y parte de mis manos, ya que logré poner estás antes de caer. diría que tengo buenos reflejos.

──¿estás bien?── minho me tendió la mano y me ayudó a pararme, la tomé y me sacudí un poco el short que tenía, así quité la tierra de mis manos──. vamos a casa, angel.

yo solo asentí y tomé su mano para adentrarnos en su casa, mi madre me vendría a buscar alrededor de las ocho, o eso fué lo que dijo. llegamos a la cocina y la madre de minho nos saludo.

──¿quieren galletas niños?── yo asentí emocionada y solté la mano de minho para poder adentrarme a la cocina y poder comer las galletas que seguramente eran una maravilla, pero algo me lo impidió, la mano de minho tomó mis delgados brazos y me arrastró a su cuarto, patalié y me quejé, pero no hizo caso, así que fruncí mi ceño y me crucé de brazos. ¡será idiota! ¿cómo no me va a dejar tomar mis galletas? tan ricas que olían.

──¡yo quería galletas! y por tu culpa no podré comer, moriré de hambre──. exageré moviendo mis brazos y me tiré frustrada a su cama. el solo río.

──ya tenemos toda la tarde para comer galletas, angel, y deja de estar molesta, te ves fea──. contestó y se lanzó a un lado mío. yo lo miré indignada.

──¡pues tú...!── pause un momento para pensar muy bien lo que diría, ya sabía qué.──¡te ves feo cuando estas enfermo!

sonreí en satisfacción y el chico al lado mío me miró mal y algo molesto.

──¡eso no vale! ¡todo el mundo se ve feo estando enfermo!── yo me reí y negué──¿¡cómo que no!?

recuerdo muy bien esa tarde, fueron risas y más risas, su madre entró a su cuarto con galletas y algunos jugos, incluso con gomitas para pasar la tarde. Sin duda alguna, una de las mejores tardes que tuvimos juntos en nuestra niñez.

ANGEL . lee knowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora