¿En que me he convertido?

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Aún logra recordar aquel día que su héroe de la infancia le comentó sobre su intento de expiación de todos las malas situaciones que cometió en contra Izuku, ya no es Deku para él, ese apodo solo le recuerda la mierda de persona que fue.

All Might tenía razón con que tenía cierto parecido a Endeavour, ambos cometimos errores y cuando nos dimos cuenta ya era demasiado tarde para hacer como si nada hubiese ocurrido, pero al final ambos nos sacrificamos para al menos enmendar en algo los errores que cometimos, Enji Todoroki murió mientras detenía la locura de su primogénito para salvar al resto de su dañada familia. ¿Yo? Estoy sacrificando mi mayor sueño y arriesgando mi vida en cada misión, pero al igual que el patriarca Todoroki solo deseo salvar a las personas que tienen mi aprecio.

Tiene veintidós años y una licencia de héroe que jamás utilizó, esperaba poder volverse uno antes de cumplir los veinticinco aunque cada día pierde más la esperanza, muchas más cicatrices de las que debería y nombres nuevos cada vez que sale de misión. Hoy era Katsuki Bakugou, un joven adulto de nacionalidad japonesa con cabello rubio y ojos rojos, pero la semana pasada era Vladislav Volkov ruso de cabellos negros y el antiguo guardaespaldas de un mafioso que debió eliminar por que se encontraba demasiado interesado en el One for All. En pocas palabras una jodida mierda, pero su psicólogo dice que no debe pensar así y ser más positivo, no entiende cómo mierda puede verle lo positivo a esto, pero mientras él no se entere todo estará bien.

Si Dynamight fue su nombre de héroe, Ground Zero era todo lo contrario.

Por que el no está orgulloso de lo que ha hecho pero ha sido necesario para poder protegerlos, sus manos manchadas de sangre, en el Tartarus demasiados villanos enviados por él y en su cabeza una diana a la cual mucha gente desea disparar sin remordimientos. El debe salvar y matar para ganar. Y si fuera necesario morir para lograr su meta nada ni nadie se lo impedirá.

Despeje mi cabeza de estos pensamientos intrusivos para enfocarme en organizar mi bolso para un nuevo viaje, debía volver a Japón después de casi ocho meses estando en Rusia, debía salir rápidamente del país antes que se dieran cuenta que ese viejo de mierda no murió de un infarto. Para cuando se hayan enterado él estaría en su país natal con una nueva apariencia y nombre.

Lo que más me dolía de volver de sus misiones era el deshacerse de todas las armas y equipamiento, era un maldito dolor de cabeza encontrar quien las comprara y más aún el recuperar el dinero que gastó en ellas. Suspire dejando la poca ropa que llevare de vuelta y camine hacia el baño de aquel departamento que fue su hogar durante largos ocho meses, su reflejo en aquel espejo plástico se veía como la mismísima mierda, a veces ni el mismo se reconocía en ese reflejo, eso lo asustaba y emocionaba a iguales medidas, su tersa piel ya no era pálida si no con más color de lo que estaba acostumbrado, esa cicatriz en la ceja que lo hacía ver como un pandillero sin desearlo lo hacía enfurecer, ese tajo en el cuello a centímetros de su yugular producto de alguna navaja de algún extra que ya ni recuerda, aquellas orbes rojizas cubiertas por lentillas azules para no ser reconocido y ese cabello tintado de negro, se me ve mejor a mi que al idiota Dabi preguntarle a cualquiera.

Una vez más suspire frente a mi reflejo, comenzando a quitarme las prendas que traía puestas para poder ducharme antes de irme del país, no quería que sintieran el olor a nitroglicerina en el aeropuerto, no estaba dispuesto a estar horas de explicando que no es un terrorista que era por su habilidad. Miré por última vez el reflejo de mi cuerpo completamente desnudo.

Muchas cicatrices cubriendo su piel y dos tatuajes de unos cinco centímetros de tamaño. Las únicas cicatrices medianamente cubiertas eran esas dos grandes marcas irregulares en su abdomen y hombro, ambas tenían un pequeño uno romano, o una "i" mayúscula. Nadie, ni él mismo, sabe cual es la respuesta correcta. Gruñendo bajo por fin me digne a entrar a la maldita ducha para poder irme de este asqueroso país de una vez por todas.

Muchos pensaran, incluido sus padres; "oh Katsuki como puedes odiar un país tan hermoso como Rusia". Pues hijos de puta vayan ustedes a cagarse de frío y a tomar vodka hasta para el desayuno, putos rusos de mierda y sus costumbres alcohólicas. Sigo insultando en mi mente contra el país del cual escapó durante todo el camino en taxi hacia el aeropuerto gastando mis últimos rublos en el taxista y entrando al gran edificio.

Cuando por fin logró subir al avión siento cada músculo relajarse y destensarse, estoy a salvo por ahora y con ello en mente me preparo mentalmente para unas cinco horas sentado y ruego internamente pasarlas durmiendo.

Hace mucho tiempo no dormía tan plácidamente, sin un ojo abierto por si intentan cortarle la garganta mientras duerme, esas horas de viaje se le pasaron volando, dios acaba de sonar como los estúpidos extras que tenía de compañeros durante la escuela. Después de tanto tiempo al fin estaba en su hogar y a pesar de que no se le notará estaba temblando asustado por como se lo tomará su madre al verle llegar después de tantos meses sin siquiera decir si seguía vivo. 

Tomó un taxi a las afueras del aeropuerto que lo llevaría a la estación de trenes y por fin llegar a Musutafu su ciudad, desde los siete años lo único que deseaba era salir de esa pequeña ciudad y aventurarse como héroe por todo Japón, ahora solo rememora las únicas buenas memorias que tiene mientras camina en esa pequeña ciudad, tiene la precaución de ocultar sus rasgos más característicos por si se llegara a topar con algún ex conocido, después de varios minutos caminando pasa por fuera de la que fue su escuela, malditos recuerdos que se adentran en su frágil memoria y cordura lo único que logra es desconcentrarme la realidad. No logre sentir a la persona que me venía persiguiendo por mi estupidez, vuelvo a la realidad cuando siento el dolor punzante y la conocida sensación cálida de la sangre saliendo de la herida.

Me doy vuelta rápidamente evitando que el arma vaya más profundo, y pongo mi palma en su rostro y después de tantos meses actuando como un quirkless puedo utilizar como deseo el don que tantos halagos y rechazos ha provocado. En el suelo está la persona que me atacó, inconsciente espero, no deseo escapar del país el primer día que regrese, empiezo a correr cuando escucho la alarma de la U.A. espero que no esté cerca ningún héroe para poder irme sin causar más conflictos. El recorrido de la escuela al hogar de sus padres normalmente dura quince minutos, con la adrenalina de ser descubierto llega en ocho minutos a su hogar jadeante y sangrando. La herida no lo matará pero su madre si, Cristo, Alá, Buda o quien sea por favor deseo tener una vida larga y no morir virgen.

Intento poner la mejor sonrisa que puedo mientras toco la puerta del que fue mi hogar, escucho a mi bruja madre gritar en el interior y solo sonrió con nostalgia, de verdad que los extrañaba. Cuando por fin la puerta se abre puede ver la cabellera castaña de mi padre ahora con unos indicios de cabellos blancos por la edad, mi sonrisa se amplía de verdad y solo puede saludarlo.

-Hola papá- creo que se desmayara, sin quererlo lo único que logro es cavar más profundamente mi tumba.

- ¡¿Masaru quien es?!- cuando escuchó los gritos de mi madre me arrepiento de extrañaría. Cuando la veo asomarse en la puerta su rostro pasa de estar confundida, triste y enojada demasiado rápido, Satanás trágame y llévame al infierno por favor. -¡Tú, mocoso de mierda que son esas pintas, y por que mierda no llamas ni avisas si estas vivo o n...- levanto la mirada confundido cuando la escucho cortar sus alegatos y veo sus ojos abiertos de par en par sorprendidos. -¡Mierda Katsuki estás herido! solo me haces pasar desgracias maldito-.

Solo rió suavemente- Yo también te extrañe, Mama- siento en cada paso mi cuerpo más pesado hasta que al final mi conciencia desaparece. Extrañaba mi antiguo hogar.

Ground Zero || DekuKatsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora