IX - Nostalgia -

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Una vez terminado el viaje todas tenían sentimientos encontrados.

Conforme pasó el tiempo la euforia disminuyó de poco en poco, enviaron algunas de las fotos al club de fans para tiempo después encontrarlas en revistas, todo lo que habían vivido hasta el momento lo describían como un sueño, un largo y reconfortante sueño del que no querían despertar pues con el paso de los meses ya se habían acostumbrado al estilo de vida, sin embargo, ésto no evitaba que tuvieran constantes preguntas rondando por las mentes, ¿Qué pasaría si un día despiertan y están en su "realidad" a la que pertenecen?, ¿Cuánto tiempo más estarán ahi?

Diciembre estaba a la vuelta de la esquina y con él vendrían todas las fiestas, en la familia de Carolina éste mes parece una constante fiesta por todos los cumpleaños que se celebran, asunto que mantuvo la mente de todas las personas ocupada.

Su madre se hacía las mismas preguntas pues no había día en el que no cuestionara a su hija si todo esto era real o estaban soñando.

El último día del año fue una montaña rusa de emociones, por un lado la alegría de estar todos juntos, la emoción de iniciar un nuevo año y la esperanza de nuevas cosas, por el otro lado, y sin desaparecer, el miedo y angustia de que al llegar el reloj a las 0:00 aparezca de nuevo esa luz cegadora y que al despertar no recuerden nada.

Intentando despejar esos miedos, prepararon una gran cena para despedir el año, el aroma de la deliciosa comida llenaba la casa, adornos navideños, luces y música, ese era el ambiente que se respiraba en la familia.

Cerca de la media noche se reunieron al rededor de la mesa para prepararse, algunas caras de preocupación podían verse, causadas por las preguntas anteriores que todos se hacían, entre abrazos y lágrimas despidieron el año viejo, y para fortuna de todos, ya eran cerca de las 2:00 am cuando se dieron cuenta que las cosas no habían cambiado.

Carolina's POV

Estaba en una especie de shock escuchando las risas de mis tías de fondo, todo parecía ocurrir en cámara lenta, no podía creer que seguía con mi familia, quería recordar tanto ese momento que tomé la video-cámara de mi abuelito y con dificultades comencé a grabar pues el aparato era mucho más grande y pesado que las camaras modernas, sin embargo las tomas estaban llenas de amor y risas a pesar de la calidad, era de esas grabaciones que cuando futuras generaciones las ven se les inundan los ojos de lágrimas al sentir la nostalgia invadirlos desde lo más profundo.

Esa nostalgia de cuando ves una foto antigüa de aquella persona a la que tanto amas y ya no está contigo pero entonces empiezas a recordar lo feliz que eras justo en ese momento congelado sobre tus manos, y ahí, las lágrimas empiezan a brotar de los ojos como pequeños grifos que han dejado con las llaves abiertas corriendo el agua, eso era lo que inevitablemente sentía.

Quité las lágrimas que bajaban con rapidez por mis mejillas y disfruté el resto de la velada.

Como ya era demasiado tarde, todos nos quedamos a dormir en casa de mis abuelitos, juntamos camas, pusimos algunas cobijas en el suelo y todos juntos dormíamos un par de horas en la misma habitación para pasar el día siguiente juntos como era costumbre.

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Después de un tiempo se dieron cuenta que tal vez las cosas serían así de ahora en adelante, no sería fácil, de eso estaban seguros, pero también estaban seguros de que se adaptarían a ésta antigüa-nueva forma de vida y harían todo lo posible por vivir felices.

Ya era marzo y el grupo de pequeñas adolescentes jovenes no se habían podido reunir de nuevo pero intercambiaban llamadas constantemente, querían reunirse en el próximo mes pues sería el cumpleaños de Daniela y Carolina, sin embargo no habían podido concretar nada aún.

Faltando una semana para el cumpleaños N° 15 de las chicas comenzaron a notar cosas extrañas, los objetos desaparecían o cambiaban de lugar, veían sombras y escuchaban voces aún cuando estaban solas, incluso las horas del día no transcurrían a la velocidad debida, algunas duraban más, otras menos, todo esto las alarmó y en la madrugada del 2O de abril sucedió lo temido, al despertar en la mañana no recordaban mucho de lo que había pasado, se sentían confundidas y mareadas, Daniela caminó hacia la cocina para buscar alguna pastilla o algo que la ayudara a sentirse mejor encontrandose con su madre quien también estaba un poco mareada, al saludarla sintió que algo vibró en el bolso del pantalón de pijama, metió la mano a ésta encontrandose con su celular, hacía tanto tiempo que no lo usaba que lo veía grande comparado con su mano, y aquello que lo hizo vibrar era una notificación causada por un mensaje que Carolina había enviado preguntando lo que había pasado.

Después de unas horas de intercambiar información por videollamada descubrieron que aquello que creían un sueño había sido real, sin embargo, no recordaban todo con detalles como les gustaría, algunas cosas que tenían de la época ahora lucían desgastadas o simplemente habían desaparecido, al rededor del 70% de lo que vivieron solo eran recuerdos borrosos y el resto quedó en el olvido, para fortuna eran cosas vanales, como lo que hicieron un día normal, el recuerdo de conocer a los chicos para suerte de ellas estaba más vivo que todo pero detalles de días ántes y después de eso no los recordaban, incluso tuvieron que analizar las fotos para recordar algunas cosas, que por cierto, también las fotos estaban diferentes, algunas de ellas estaban borrosas, en otras tantas no se les podía identificar los rostros y la mayoría no había cambiado.

Pasaron casi una semana intentando entender lo que vivieron, estaban en shock y una cosa importante que descubrieron mientras veían las fotos e intentaban recordar fue la edad, al parecer ésta cambió cuando viajaron, pues en la actualidad tienen 18 y 19 años, pero al llegar a los 80's retrocedieron un par de años, al parecer nadie lo había notado hasta entonces.

A pesar de haber pasado días recordando e intentando sacar conclusiones entre varias amigas, no pudieron llegar a una razonable explicación a lo que vivieron, por lo que Carolina optó por pedir ayuda a alguien que sabía las podía ayudar.

Menudo EmbrolloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora