ASESINO

PLACER Y MUERTE

La vida no es como siempre se imagina, simplemente caminaba dirección a mi casa después de un largo día de trabajo, la misma rutina de siempre pero esa noche todo cambio al ser testigo de un vil asesinato y lo peor de todo es que no pude evitar calentarme al ver a aquel sujeto matar a esas personas y ver su cuerpo lleno de sangre.
¿También moriré? Aunque sinceramente no sería mal morir en las manos de ese hombre que con solo verme me hace enloquecer y desear estar con él, oh, claro, antes de darle fin a mi vida ¿Estaría bien pedir un deseo antes de morir?

JAPÓN TOKYO 11:30 P.M

Mi vida era una completa rutina, nada sucedía, nada nuevo o sorpresivo llegaba, era lo mismo todos los días: Despertar, bañarme, desayunar, arreglarme e ir a mi aburrido trabajo con una miseria de paga que lograba sobrevivir con ello, pero ¿Que se puede esperar? Ya a mis 26 años nada bueno ha pasado desde que me mude a Japón, con la ilusión de tener una buena vida pero al final conseguí un empleo en una empresa que no era casi reconocida y a pesar de eso me jodia trabajando en ese lugar, al menos tenía un puesto decente, la secretaria de mi jefe y no estaría mal si ese bastardo no me coqueteara tan seguido, se notaba que quería llevarme a su cama al igual que todas las de la empresa pero ni loca me acostaría con ese tipo, pero el muy maldito me ahogaba en trabajo cada vez que no caía en su red, me quedaba hasta tarde de la noche para terminar y esas malditas horas extras no me las pagaba.

- Maldito hijo de perra...-

Murmuraba molesta caminando por las solitarias calles de Tokyo, aunque no estaba del todo vacía, una que otra persona deambulaba por ahí y era raro ya que últimamente por las noticias reportaban asesinatos en diferentes distritos de la ciudad, la sorpresa no era la muerte si no de como morían, algunos no se llegaban a reconocer, otros descuartizados, quemados, ahogados, apuñalados, etc...la mayoría de los asesinados pertenecían a la mafia, pandillas, corruptos y entre otros, pero también estaban involucrados las familias de esas personas desde ancianos hasta niños y mujeres embarazadas.

Las personas dejaron de salir a la calle por temor a que alguien llegara y los matara, la policía no ha llegado a encontrar el causante de esas muertes, también estaba asustada pero trataba de calmarme ya que no quería llamar la atención, solo quería llegar a mi casa dormir y despertar para iniciar de nuevo.

Las calles por donde vivía estaban solas y en parte daba algo de miedo ya que la brisa movía las hojas de los árboles ocasionando un ligero ruido en estás, algunas partes del vecindario eran oscuras debido a que la luz de las bombillas no lograban llegar, simplemente trate de estar lo más calmada posible para llegar a mi casa de todos modos no faltaba mucho por llegar, pero me detuve de golpe al escuchar un ruido, no, un grito de una mujer. Aquel grito me congelo el cuerpo y no podía moverme, se escuchó tan desgarrador y Dios realmente me dejó paralizada.

Cualquier persona razonable correría lo más lejos de ese lugar para no estar involucrada, pero la curiosidad siempre mata al gato ¿No? Cuando menos lo pensé ya estaba caminando en dirección de dónde venía ese grito, mi cuerpo se movió por su propia cuenta, apesar de mi terror mi curiosidad era más grande a lo mejor vería aquel asesino que ha causado tanto miedo en las calles, tantos asesinatos, con solo imaginarlo la adrenalina recorría mi cuerpo y los latidos de mi corazón eran demasiado rápidos al punto de creer que podría salir de mi pecho. El grito provino de un callejón el cual estaba oscuro, solo pequeños rayos de la luz de las bombillas podían entrar aunque eso no significa que podría ver lo que sucedía.