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gracias por darle oportunidad de leer ésta historia tan fome, me disculpo de antemano por la infinidad de errores de puntuació/ortográficos :(
igual si hay cositas porque no lo he corregido del todo pero me quería subirlo
en fin, veri gracias <3

gracias por darle oportunidad de leer ésta historia tan fome, me disculpo de antemano por la infinidad de errores de puntuació/ortográficos :(igual si hay cositas porque no lo he corregido del todo pero me quería subirlo en fin, veri gracias <3

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La ventisca era fresca y sigilosa esa noche, si no fuera porqué un par de sus recién cortos cabellos rubios causaban cosquillas en sus ojos ni se habría percatado de ella. Pero de alguna forma era amena, casi la describiría como cálida a pesar de que sus dedos titiriteaban al sostenerse de la baranda metálica oxidada en la que se apoyaba y que sus pies, en sus delgadas zapatillas, estaban ya anunciando en convertirse en un glaciar.

Movió sus dedos descubiertos y siguió sosteniéndose de la barandilla resongando perezoso pero sin apartar la mirada hacia arriba para distraer su mirada, agradecía poder ser testigo de tal belleza como lo era la inmensidad del cielo nocturno que lo rodeaba, cubierto por las pequeñas palpitantes estrellas que lucían tan diminutas desde su perspectiva a sabiendas que en realidad era él como ser humano una minúscula piedrita a comparación.

A pesar de tener ese pensamiento en concurridas ocasiones, Chifuyu no se consideraba insignificante o poco importante, al contrario, era una persona positiva generalmente llena de vida, algo que sus amistades más cercas solían resaltar.

"Oh Chifuyu, esa alegría que te cargas es única" "Matsuno, tu energía es tan contagiosa, me haces sentir mucho mejor" "Eres un solecito, nunca cambies"

Parecía que cultivar ese tipo de vibras en su vida si lo estaba llevando por un camino de paz que siempre buscaba, quizá su vida fuera una aventura plana y poco entretenida, pese a su positividad a veces era muy simple esa rutina tan metódica en la que había quedado enredado, tanto ir y venir, y seguir y volver lo mareaban, se hacía bola enumerando las razones por la que su vida era interesante, porque a pesar de que intentara con ganas pensar, no lo era.

Incluso se atrevía a decir que lo más interesante que le había pasado era lo que estaba haciendo recientemente, escalando hacia la azotea de su departamento por esa vieja y floja escalera para incendios que rechinaba cada que la brisa la golpeaba, obligándose en no pensar en ello ya que juraba que escuchaba los viejos tornillos girar para safarce para inevitablemente enfrentarse a una desastrosa caída hacia el denso pavimento 5 pisos abajo. Que horror.

Llegó así hasta el último peldaño y logró poner su pie en el cemento firme de la azotea, no se había dado cuenta que había estado conteniendo el aire en sus pulmones hasta que lo soltó en un fuerte suspiro tembloroso y se permitió sonreír de forma victoriosa con sus labios quebradizos.

Una ráfaga de suave de viento movió la larga camisa de algodón blanca que usaba para dormir.
Minutos antes al suceso, escuchó unos alterados maullidos lejanos, tantos, que se obligó a despertar a pesar que ya estaba cayendo en la fase de sueño ligero. Había dejado la ventana abierta, recordó, y justo como temía el compañero más leal de Chifuyu había salido a pasear bajo la candente luz nocturna.

Charmolypi; Bajifuyu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora