El inicio

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Todo comenzó en el colegio

Yo era originaría de París pero debido al trabajo de mi padre nos mudamos a Londres una temporada.
Mis comienzos en el colegio fueron un tanto incómodos ya que tal cual alumna nueva me veían como bicho raro, debido a que no me gustaba mucho el deporte,era tímida,reservada, y un poco lenta a la hora de hacer amistades, en fin un día saliendo de la biblioteca me topé con un chico, tenía unos ojos color azul hermosos, choque con él tirando al piso mis libros y los de él, rápidamente se disculpo y me ayudó a recoger lo tirado, se iba a  presentar pero en ese momento llegaron otros dos chicos y se lo llevaron a empujones, me quedé ahí fija no sabía que hacer, no sabía si ellos eran amigos de él o  que pasaba. En fin tome mis libros y me dirigí a mi hogar.
Al día siguiente  se me hizo un poco tardé y perdí la primera hora, me fui a la biblioteca y nuevamente me lo encontré tenía un semblante un poco serio, así que me acerque para intentar hablar un poco con él me presenté ya que el día anterior no lo pude hacer,
- ¡ Hola! me llamo Layla mucho gusto
me respondió con una increíble sonrisa
- mucho gusto soy Henry
Platicamos un par de minutos,él  estaba en su tercer curso y yo apenas comenzaba el primero, pero eso no fue impedimento para que iniciaríamos un bonita amistad.
Con el paso de los días nos fuimos haciendo más cercanos y pude notar que constantemente lo molestaba por su aspecto físico,  yo trataba de apoyarlo y no dejarlo solo,
Siempre trataba de animarlo, le decía que un día se cansarían.
Pasarón los años y nos volvimos muy cercanos cuando no estábamos en la biblioteca estábamos en la cafetería y durante las vacaciones nos visitábamos en nuestras casas,él conocía a mis padres y yo igual a los suyos.
Así se fue fortaleciendo nuestra amistad, tanta fue nuestra cercanía que termine teniendo sentimientos hacia él, yo no quiera dañar nuestra amistad, así que me resigné a estar "secretamente enamorada de mi  mejor amigo". 
Cuando él estaba por terminar sus estudios estaba muy nervioso con la presión del baile de graduación ya que había invitado a dos chicas y las muy malditas se negaron a acompañarlo, faltaban unos días y lo veía muy triste, así que decidí proponerle algo.
Estábamos en la cafetería  y mientras lo escuchaba quejarse de su suerte con las chicas, le dije que si quería yo lo podía acompañar al baile.
Nunca olvidaré su cara, su semblante le cambió al instante y con su hermosa sonrisa me dijo que sería un placer que fuera su acompañante.

Difícil DecisiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora