Difícil Decisión

Visita en mi Balcón

Esa noche estuve esperando su llamada pero no llegó, dude en marcarle y decidí esperar a mañana para que se calmara un poco la situación. 
Me quedé maldiciendo a Tony y sus antepasados
Me disponía a leer cuando me llegó un mensaje, - Lo siento ¿Me puedes perdonar? 
- Henry amor, claro, pero no tienes por que perder la razón por una estupidez
- Lo sé pero me costó tanto tenerte, que temo perderte
- ¿Y por qué me perderías?  Si eres lo que más quiero en el mundo,deseaba tanto estar contigo que nada me hará cambiar de parecer
- Gracias y perdón por todo
- No te preocupes, yo te quiero a ti y solo a ti
- Sabes una cosa, te ves tan tierna con esa pijama de Burbuja
- Brinqué de la cama al leer el mensaje, ¿cómo sabía Henry que tenía mi pijama de Burbuja? 
Una sombra paso por mi balcón y me entraron los nervios, pensé que alguien quería entrar a la casa
Lentamente me acerqué a la ventana y me lleve tremenda sorpresa al verlo ahí recargado en los barandales de mi balcón
- Henry por Dios que haces aquí, me has dado un buen susto
- No quería que durmieras molesta por mi actitud así que decidí venir a desearte buenas noches
Sonreía como boba, no podía creer que Henry estuviera aquí en mi balcón
Se acercó me tomo el rostro y me pidió nuevamente perdón.
Entramos a mi habitación con cuidado de no hacer ruido, me comenzó a besar y la  temperatura se fue elevando, pero está vez él  mostró su fuerza de voluntad y se aparto
-Lo siento pero no podemos hacer esto en tu casa cariño, sonrió pícaramente no,sin antes haberle dicho a tus padres sobre nosotros
-Yo le comenté a mamá y le agradó mucho la noticia
- Bueno ya tengo de mi  lado a mi suegra, sonrió de manera traviesa 
Me encantaba su sonrisa, bueno la verdad todo de él me encantaba
Volvimos a besarnos y nuevamente me pidió disculpas.
Se despidió, dejándome más enamorada de lo que ya estaba
Henry era capaz de salir de su casa de madrugada con tal de que no estuvieramos molestos.
Espere su llamada para avisar que llegó bien a su casa y me dormí tranquilamente, después de todo, el malentendido se había arreglado.