Sorry, I'm an idiot ...I didn't want to hurt you

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Al estar en el pueblo, el joven médico iba caminando por la calle principal, en dirección a la casa de sus padres, cada persona que lo veía lo saludaba de manera cortés, pues había atendido y ayudado a muchas personas de esa área, incluso llegaban de pueblos cercanos a que los atendiera por su fama entre los lugareños. En el camino se fue parando en varios puestos, comprando frutas, verduras, incluso algunas hierbas que necesitaba para el joven herido que tenía en casa, todo lo iba colocando en la canasta que llevaba en el brazo, ahí era todo más fácil llevar.

Camino unas cuantas calles más hasta que llegó a casa de sus padres, habló un poco alto cuando iba entrando para que supieran que estaba llegando. Quien se asomó fue su hermano mayor, que lo saludó y lo ayudó con la canasta dejándola en la entrada; dentro de la casa saludó con entusiasmo a sus padres, a los cuales abrazó y tomó asiento a lado de su hermano en la mesa.

-¿Qué te trae por aquí? Creímos que no vendrías hasta mañana en la mañana ¿Pasó algo?

Preguntó su madre, sirviendo una taza de té verde, el joven Jian negó con la cabeza y una amplia sonrisa, tomando las manos de su madre, cuando respondió, miró a su hermano unos segundos.

-Vine a entregarle una carta a mi hermano, ayer que estaba caminando por el río, encontré a un soldado de la capital boca abajo, estaba gravemente herido, lo lleve a mi casa y lo ayudé, limpie, cerré su herida, su caballo también está en casa, lo alimente y duerme junto a los conejos. Cuando este chico despertó, le pregunté que qué hacía en Hangzhou, me contó que recibieron el llamado de que había invasores en la región, cuando vinieron a investigar lo hirieron y terminó casi muerto. Me dijo que tal vez en el campamento piensan que está muerto así que...

Sacó de su túnica una carta enrollada y amarrada con un listón rojo, se la entregó a su hermano...

-Te irás pronto a Nankín, ¿Puedes entregar esto por favor? Se que pertenece a los soldados del palacio real, volverá tan pronto como se recupere, le tomará un mes más o menos. Por favor hermano, entrega esa carta.

Se levantó rápido e hizo una reverencia frente a su hermano cuando le entregó la carta del joven soldado. Sus padres lo miraron con orgullo, habían criado a dos grandes médicos en ese tiempo. Su padre fue médico personal del rey anterior, pero cuando su hijo mayor terminó sus estudios decidió retirarse y dejarlo como su sucesor en el palacio, su hijo menor aprendió al mismo ritmo, pero él decidió quedarse en el pueblo donde más gente lo necesitaría. Se quedó un largo rato, cuando vio que el atardecer se presentó ante ellos, se despidió de ellos y salió de la casa, tomando su canasta, camino de regreso a su hogar, pero esta vez fue tocando su flauta, algunas personas que iban pasando a su lado, se asombraban de su gran talento. Tardó un poco más en llegar a su hogar, su canasta iba llena de regalos que le daban los transeúntes, aunque dijera que no era necesario, la gente se lo regalaba sin rechistar.

Al entrar en su casa notó que algo andaba mal desde que no vio al caballo con sus conejos, dejó rápido las cosas y entró en su casa, descubriendo que aquel joven no estaba en la cama donde lo había dejado. Incluso buscó a los alrededores de la casa y no encontró nada. Se sentó en la entrada de su casa, tratando de pensar donde estaba aquel joven, también estaba preocupado, aún estaba grave, pero era terco, lo más probable es que sus puntos se volverían a abrir por hacer esfuerzo. Trató de pensar claro, tomó su espada, su flauta y emprendió camino por el bosque, recordando el camino por donde lo había encontrado; recorrió el mismo camino y de repente encontró al caballo que estaba vuelto loco de nuevo, se acercó a él tratando de calmarlo, cuando logró hacerlo, volteo a todos lados, debía estar cerca aquel joven. El caballo, como si supiera, lo guio hasta su amo, quien estaba recargado en un árbol, jadeando de dolor. Rápido, sin pensarlo, se acercó al joven, dejando de lado su espada, y abrió su camisa de manera brusca, y suspiró al ver el vendaje manchado de sangre

I will love you forever, even in my next life‌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora