12.

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Kirishima:

La vieja loca de los pasillos no dejó de llorar por dos horas. Gritó, berreó y se arrastró por el suelo hasta que la ataron a su cama. Me compadecí un poco de ella.

El viejo sin dientes resulta que sí sabe hablar, aunque no con la boca. Lo que es una fortuna, porque verlo abrir la boca es un espectáculo asqueroso. Se llena de baba y tiene la lengua sucia y porosa.

En cambio, le están enseñando lenguaje de señas en una clase estúpida que ahora también debo tomar. El asunto no sería tan de mierda de no ser porque la clase solo somos él y yo.

En uno de los ejercicios me preguntó, haciendo ademanes con los dedos esqueléticos y sucios, si estaba casado.

No llevo el anillo puesto porque no me permiten llevar cosas encima desde el último incidente, así que le dije que no. El viejo puso los ojos en blanco y procedió a explicarme cómo era su esposa. Tenía ojos azules y cabello rubio, y se lo trenzaba todas las mañanas junto al espejo que el viejo le regaló.

Cuando llegó la noche me deslicé en mi habitación de mierda y abrí la carta del estúpido Deku.

Supongo que a veces está bien llorar.

Kats.

mientras no estés (kiribaku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora