~Capitulo 3.- Vestidos negros, tequilas y cerezas ~
Llegue al cuarto después de media hora de deambular por ahí sin un rumbo fijo y pasando el tiempo mientras que la chica de los locos adams se fuera.
Cuando llegue me debati en entrar o no, ya que esa chica si que intimidaba con sus grandes ojos y con su aptitud. Pero me arme de valor y decidi entrar en la casa y así fue. Cuando entre lo primero que hice fue prepararme para que unos grandes ojos me recibieran pero en vez de recibirme ellos me resivieron unos increíblemente ojos verdes.
Nick solo levanto la cabeza cuando escuchó que el piso de madera crugio bajo mi peso y paso de estar viendo la televisión a examinarme como si fuera una pintura en una galería de artes.
Pero una pintura que no ocupo demasiado su tiempo ya que paso la mirada de mi hasta el televisor de nuevo.
-¿Sabess...
-Rachel no esta.- no despegaba los ojos de la televisión y aun así me sentía cohibida por sus penetrantes ojos verdes.- no es difícil adivinar lo que vas a hacer o decir
Solo me quede impactada ante su comentario y el como había acertado en mi supuesta pregunta.
-A continuación te bañaras, te cambiarás de ropa por una sosa y aburrida que sólo mi abuela solo usaria en sus momentos de crisis.- aunque no estaba de frente a mi podía imaginarme su perfecta sonrisa con sus enormes hoyuelos dibujados en cada lado de su mejilla.- Después te pondrás a estudiar para los estúpidos exámenes que no seran mas que en unos meses pero tu ya lo harás porque tu vida no requiere nada emocionante que absorba tu tiempo
No sabia que decir porque justamente lo que salia de su boca era lo que tenia pensado hacer pero sólo que el lo ponía de una peor forma o de una mas cruel. Lo que hacia que rabiara mas ante todo lo que decía.
-¿Se quedo sin palabras señorita Diamond?.- cada vez que pronunciaba mi nombre sentía que era una burla o que lo hacia como una ofensa lo que yo no entendía era que eso para mi no era una ofensa si no el tono que hace parecer que todo lo que el diga lo es.
-No eres mas que un estúpido muchacho rico que cree que puede valerle mierda la vida por el solo hecho de ser rico. Te tengo noticias, ay gente que es necesario u obligatorio tener que trabajar o por lo menos esforzarnos para conseguir lo que queremos.- no se donde salio todas las fuerzas para decir lo que dije pero muy poca gente saca lo peor de mi, pero el tenia la fortuna de ser el que encabeza la lista y asta ahora el único que esta en ella.
Sin despegar los ojos de mi se levanto del sillón en el que estaba y camino lentamente hacia como si estuviera midiendo sus pasos, a medida que no aminoraba los pasos y cada vez se acercaba mas a mi retrocedía conforme el avanza hasta topar con la cómoda que se encontraba atrás de mi.
Cuando no tenía a donde hacerme decidí que su presencia no tenia porque incomodarme pero entre mas lo repetía en mi mente no hacia que se produjera lo contrario.
-Luce.- susurro en mi oído pasando su nariz por el puente de mi cuello hasta la oreja.- Ocupas alguien que se meta en ti, que te haga sentir que puedes llegar mas alto que el cielo, que haga que tus caderas se contraegan y estes en la delgada linea del dolor y el placer, ocupas que alguien haga vibrar cada parte de ti y que se entierre en lo mas profundo de ti.- sus palabras me tenían mareada y embriagada ante tantas declaraciones, como este momento no podía procesar nada aceptaba todo sin decir ninguna palabra, sin procesar nada. Sabia que estaba mal lo que decía, lo que hacia pero, para ser sincera eso quedaba en segundo término mientras el estaba tan cerca de mi, no sabia como pero en estos segundos todo mi razonamiento mis años de haberme esforzado por ser una buena estudiante de un buen juicio se esfumaron como el vapor.- Apuesto a que nadie ah estado aquí.- con un suave movimiento pegó todo su cuerpo al mio y comenzó a moverse para que sientiera que estaba encima de mi y poco a poco fue subiendo su rodilla hasta que topo en mi entrepierna y trazo círculos con ella. Sentía que su aliento transpasaba en mis labios. Luego sentí como sus labios rozaron con los miod y me dio un beso en la comisura de los labios. Al sentir el tacto de sus labios con los mios cerré los ojos y aspire hondo su aroma.
