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Aún recordaba como se sentía estar en sus brazos, su corazón temblaba entre las emociones que lo abordaban de golpe, era como si le hubieran lanzado un balde de agua helada.

El suave contacto físico le hizo entender que ese momento era real y no un sueño como lo había figurado hasta ese día.

Pero la felicidad no era lo más importante en ese momento, en cambio, la inquietud y el dolor que había escondido hace tanto tiempo salió a luz, mostrándose en su expresión llena de desconcierto.

Habían pasado cinco años desde ese momento, pero aún así no tenía respuestas sobre aquel acontecimiento, sus abuelos habían visto como sus noches se habían vuelto tristes y depresivas, Jiang Cheng y YanLi se habían esforzado por varios días en obtener sonrisas sinceras de su parte día tras día, incluso Madame Yu se mostró molesta al no encontrar explicaciones o razones de ese día.

La humillación y el dolor solo eran un recuerdo que abrían la herida en su corazón, encendiendo una llama de un cólera indescriptible.

Mordió su labio con fuerza, casi sangrando en ese momento, sus puños se apretaron obstruyendo todo lo que quería decir en ese momento.

Se dio la vuelta, dando la espalda al causante de su dolor, y sin más que decir, empezó a caminar a la salida de aquel lugar.

Sólo se escuchó una palabra en ese momento...

"¡Wei Ying!"





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