PRÓLOGO

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PRÓLOGO.


Las balas se acaban cargo el cargador y alzó el arma tensando el brazo para soportar el dolor que me hace temblar la mano, mi puntería no falla, sin embargo no es la mejor, acabó con la mitad de los de mi lado sin importarme en dirigir las balas a las partes menos mortales.

Esa época ya pasó. La época donde existía la piedad y el perdón, la misericordia ya pasó, ahora es hora de matar.

Si ellos no se rinden, nosotros tampoco. Esto es la guerra. 

Annabeel nunca debió matarlo, nunca debió decirle que no.

Cada cosa tiene un orden que debemos seguir, ella era la presa del depredador más grande de la cadena alimenticia debía obedecer y seguir. Nada más, pero no, ella decidió perseguir sus crueles instintos.

Y eso nos condenó a todos. 

Crueles Instintos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora