Capítulo 1

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El viento le sacudió el pelo con un silbido violento. Entre las nubes, el aire dejaba de ser una brisa y se transformaba en un océano tosco y descortés. Chi observó el cielo que se expandía frente a ella, infinito, y no pudo evitar sentirse pequeña, insignificante.

Bajó los ojos hasta sus pies, a la caída que había desde el estadio, y se estremeció.

Podía escuchar con claridad el ruido aguardándola a su espalda, pero no quiso hacerle frente al día que la esperaba, por mucho que no tuviese a dónde ir. Si tan solo poseyese un par de alas que le permitiesen desprenderse del suelo y domar aquel cielo malcriado...

—¿Kenra?

Se dio la vuelta con rapidez y vio a Mael caminando hacia ella.

—Creo que van a empezar a anunciar las peleas del día —dijo el chico. Su rostro siempre lucía una sonrisa tímida, agradable. Chi no pudo evitar pensar que aparte de ella, él era probablemente el alumno que menos se esperaría encontrar en la Zona Central—. ¿Estás bien?

—¿Puedo preguntarte algo? —dijo, ignorándole.

—Claro.

—¿Por qué te uniste al Torneo? —Chi le siguió con la mirada mientras se detenía a su lado, apreciando el paisaje que se expandía frente a ellos. Desde aquella altura, en días despejados, se podía ver casi toda la Academia como una maqueta en miniatura—. Espero no ofender, pero no pareces del tipo que sueña con participar en este tipo de cosas.

La curva de su sonrisa se profundizó un poco más.

—No sé si es bueno o malo que lo hayas notado, pero sí, tienes razón, realmente nunca quise presentarme a las pruebas de entrada. —El joven alzó la barbilla al cielo, disfrutando del sol sobre su piel bronceada—. No vengo de un lugar muy privilegiado. Mi familia tiene una granja en una pequeña aldea en el sur de Yamagora, y digamos que eso apenas nos mantiene alimentados. Fue una gran sorpresa para mis padres cuando me admitieron en la Academia, ya que ninguno de mis hermanos mayores lo había conseguido. Cuando tuve edad, mi familia me pidió que hiciese las pruebas de acceso, y supongo que me presenté porque jamás pensé que fuese a pasar el corte.

—¿Entonces te uniste por dinero?

—Me uní porque mi familia así lo quería, y tuve miedo de decir que no.

—¿Y cómo sobrellevas el miedo a hacerte daño... o el de hacerles daño a otros?

—No sé si te lo he mencionado alguna vez, pero soy alumno de Sabiduría. Quería aprender a utilizar mi magia para curar heridas mortales, enfermedades para las que todavía no tenemos medicina y ese tipo de cosas. Mi poder me permite dar vida con mucha más facilidad que quitarla... Nunca quise hacerle daño a nadie —añadió, tan bajo que el viento casi se llevó sus palabras. Miró el abismo que se extendía a sus pies y suspiró—. Me dije a mí mismo que tenía que sobrevivir a cualquier precio, por mucho que me doliese herir a otros, y que todo lo que pasase en el Torneo, todo el daño que causase, sería en vano si no consigo ganar y mantener a mi familia.

—Es una razón noble el querer proteger el bienestar de tu familia y asegurar su futuro.

—Lo es, pero tú no necesitas una familia. Pelea por tus amigos, por tus seres queridos o por ti misma. La razón no importa, lo que importa es que tengas una.

—¡¿Qué estáis haciendo?! —Kobu salió del túnel con el ceño fruncido y los colmillos al aire—. ¡Ya están anunciando las peleas, daos prisa!

—¡Ya vamos! —exclamó Mael, convirtiendo su sonrisa en una mueca cómica. Ambos se dieron la vuelta y siguieron al lobo hacia el palco—. Solo recuerda, Kenra: aunque no tengas una familia de sangre, ahora nos tienes a nosotros.

Torneo De Monstruos (ADB #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora