Vacaciones de verano, 14 de julio del 2012, la escuela apenas había terminado, llevábamos una semana de vacaciones y todavía nos quedaban tres. Los primeros días de vacaciones mis papás decidieron irse de vacaciones a Puerto Vallarta, lo cual me pareció una idea magníficamente relajada y divertida. Álvaro se encontraba con mi tía Elena y sus hijos en Acapulco hasta mediados de las vacaciones.
El mes anterior había cumplido 17 y por exámenes finales no había tenido tiempo de festejar, así que me dejaron invitar a alguien, así que decidí a mi mejor amiga, Dani.
La había conocido en primer de primaria, apenas en la primera semana de escuela cuando ambas habíamos sido castigadas por defenderme. Recuerdo muy bien que era primero de primaria, me había cambiado de escuela.
No era muy buena haciendo amigas y eso de ser la nueva era horrible. Un día estábamos haciendo un trabajo en matemáticas con bloques de colores, me acerque a la mesa a tomar algunos y por alguna razón una niña odiosa llamada Carla me los arrebató diciendo que eran suyos, que todo era suyo. Tiró los bloques que traía en la mano y me jaló la trenzas mal hechas que me había hecho papá en la mañana, luego me empujó y caí sobre una pequeña silla de plástico la cual se rompió, haciendo un gran ruido y llamando la atención de las personas ahí presentes.
De repente otra niña se apareció y empujó a Carla , haciéndola chocar contra la pared y caer. Por desgracia al chocar contra la pared la niña se pegó en la cabeza y le salió un chichón que le dio pruebas suficientes para ir y acusarnos con la maestra. Claro que dijo que yo había sido quien había empezado todo y que también la había empujado e inventó su propia historia. Ambas fuimos mandadas derechito a la dirección, las cosas se arreglaron ya que había otros niños que habían visto lo que en realidad había sucedido, pero desde ese momento nos comenzamos a llevar cada vez más y todos los días nos la pasábamos juntas. Pasaron los años y Dani y yo seguíamos siendo amigas, nos habíamos vuelto inseparables, teníamos una amistad inquebrantable, se había convertido en mi mejor amiga y yo tenía la suerte de haberme convertido en la suya.
En ese entonces Dani apenas tenía 16, cumpliría los 17 el 25 de noviembre. Yo era más o menos medio año mayor que ella, mi cumpleaños era el 22 de junio para ser exactos, esa horrible fecha de cumpleaños en la que cada año son los exámenes finales y nunca tengo tiempo para celebrar, pero en fin, ya me he acostumbrado al paso de los años.
Describiría a Dani como una chica alta, de cabello castaño claro medio largo y lacio, buen cuerpo, tez clara y ojos verdes. Fuera de como es físicamente ella es graciosa, noble, paciente... al menos lo suficiente para aguantarme al menos a lo largo de estos más o menos 10 años que llevamos de conocernos. Eso sí, también tiene su carácter, pero es muy divertida y ocurrente. La verdad es que no hay palabras para describir a Dani, solo puedo decir que no hay dos como ella, que es única y eso es maravilloso.
Estábamos preparadas para emprender nuestro viaje, habíamos pasado ya un buen tiempo planeándolo y estábamos muy emocionadas. La noche anterior al viaje Dani, mis papás y yo nos habíamos quedado a dormir en casa de mi abuela en la Ciudad de México para poder salir al día siguiente a primera hora en la mañana. Nuestro avión salió a las nueve y media de la mañana del aeropuerto de la Ciudad de México. A las siete y media de la mañana ya nos encontrábamos en el aeropuerto con nuestras maletas al lado, listas para hacer el check-in e ir a la sala de espera. La emoción no cabía en nosotros. Al rededor de las doce del medio día llegamos a nuestro destino, el cual nos recibió con un clima delicioso.
Puerto Vallarta es uno de mis lugares favoritos, vamos bastante seguido, me fascina ese clima y el mar, el sol, ese ambiente es lo máximo y delicioso para las vacaciones. El segundo día salimos en la noche a cenar a un restaurante, ahí conocimos a nuevos amigos y resultó que algunos eran de la Querétaro al igual que nosotros. Entre ellos Dani encontró a uno que le pareció muy atractivo, vivía en la Ciudad de México y se llamaba Gerardo pero le decíamos Gerry. Era alto, con un cuerpo divino, al menos así lo describía ella, unos ojos color azul, sonrisa bastante linda. cabello castaño obscuro rizado. Era muy amable y Dani estaba totalmente perdida por él. Seguimos viéndonos con aquel grupo el resto de nuestra estancia, hicimos muchas cosas juntos.
Una de las noches salimos todos juntos a un viaje nocturno en el Barco Pirata, fue muy divertido, bailamos, cantamos y el show estuvo muy divertido y entretenido. Los fuegos artificiales en la noche se veían fantásticos. En otra ocasión fuimos a andar en motos acuática. Dani, por supuesto, pidió de pareja a Gerry, según esto porque le daba mucho miedo, pero yo ya sabía que eso era solo una excusa más para estar a su lado. Realmente hace un buen tiempo que no la vía tan feliz con alguien. También estuvimos jugando volleyball de playa en las tardes y fuimos a lanzarnos en paracaídas, jamás volveré a hacerlo una segunda ves, pero no me arrepiento de haberlo hecho.
Fueron unas vacaciones maravillosas, la pasamos increíble. Mis padres nos dieron bastante libertas para que nosotras hiciéramos lo que quisiéramos, claro con moderación como diría mi papá.
Al final del viaje resultó que entre Gerry y Dani sucedía algo más fuerte de lo que ellos pensaban sería un amor de verano y después lo olvidarían con el tiempo. Después de dos semanas en Puerto Vallarta decidieron comenzar una relación que en ese momento pensaban sería a distancia, pero aún no sabían que el destino también los quería juntos.
Por otro lado yo prefería sacar a los chicos de mi cabeza por un buen rato, la última relación que tuve no termino muy que digamos y la verdad no me sentía preparada para otra ni había encontrado a alguién que me llamase la atención. Prefería concentrarme en como sería mi primer año de preparatoria y los otros dos años que le seguían a este.
Durante el viaje de regreso a la Ciudad Dani y yo no podíamos dejar de pensar en como sería nuestro futuro cuando terminásemos preparatoria. Soñábamos con poder compartir nuestro futuro juntas. Según nosotros ya teníamos todo planeado. Yo quería ser una escritora y Dani quería estudiar medicina y ayudar a la gente. Eso es algo que ella siempre quiso y de lo cual últimamente no dejaba de hablar, pero la veía tan emocionada y contenta que había dejado de molestarme oír acerca de ello todos los días.
En ese interesante, teníamos esa sensación de emoción y alegría, pero al mismo tiempo nos entraba el miedo de comenzar una vida nueva, nuestro nuevo camino separadas la una de la otra. Por más que quisiéramos estar juntas sabíamos que cada quien tendría que tomar un camino diferente, nuestro propio camino. Yo quería escribir miles de historias, viajar por el mundo, Dani por su lado quería trabajar en un hospital y ayudar a niños, adultos y ancianos. Sabíamos que después de tantos momentos juntas íbamos a separarnos algún día, así que prometimos vivir cada momento juntas como si fuera el último y no arrepentirnos de nada.
A la semana de haber regresado a la Ciudad recibí una llamada de Dani. Estaba llorando y se escuchaba bastante triste. Pensé que probablemente sería algo relacionado con Gerry, pero al parecer eso iba a la perfección. Lo que realmente la tenía así era fue una noticia que a mi también me impactó y me entristeció. Resulta que al papá de Dani le habían ofrecido un mejor puesto de trabajo, pero era en la Ciudad de México. Mi amiga y yo quedamos quedado de vernos al día siguiente. Al día siguiente en la mañana Dani llego a mi casa con ojos rojos llorosos. Ambas no abrazamos y nos despedimos. No pensamos que la separación sería tan rápido, no estaríamos juntas en prepa. Lloramos por un buen rato y pasamos en día juntas hasta que fueron las siete de la tarde y su mamá paso a recogerla. Prometimos visitarnos, pero la verdad es que ninguna de las dos tenía idea alguna de cuando no volveríamos a ver.
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La Vida es Corta, el Tiempo es Oro
Teen FictionSofía es una chica de 19 años, al igual que todas las chicas de su edad le encanta salir con amigos, ir a fiestas, pero su mayor pasatiempo es escribir. Apenas se mudó a la ciudad, volvió a ver a su mejor amiga e incluso se enamoró de un chico que p...