El destino en algunas ocasiones juega en nuestro favor y en muchas otras en contra nuestra.
Una mañana como cualquier otra en Las Islas Hirvientes un lazo se rompió para formar otros dos separando de esa manera a una dulce humana y a una linda bruj...
El cielo expresaba su tristeza en forma de gruesas y abundantes lágrimas que eliminaban toda impureza de las calles en las cuales abundaba. Casas, edificios, calles y vegetación, todas eran bañadas por las gotas cristalinas de lluvia.
Un paisaje gris y melancólico, lleno de paz y tranquilidad. Era domingo, por lo que en las calles no rondaba ningún alma, tan solo algunos vehículos de metal que ellas portaban iluminando artificialmente el perímetro.
Charcos formados por la acumulación de agua, el sonido de las abundantes gotas chocando con el pavimento o los tejados y en algunos casos con la flora, un sonido constante y pacífico que podría traer calma a algunos y exasperación a otros, incluso la ignorancia de muchos. El olor de la llovizna era tan tranquilizante que fue sacado a flote causando un aroma muy plácido.
Entre las calles levemente iluminadas llamaba la atención una escena algo peculiar, sobre todo una de las personas que la protagonizaba. Afuera de una casa bastante común se podía ver en medio de la llovizna a una joven empapada con su cabello escandalosamente morado, mojado, cayendo y pegándose en las facciones de su húmedo rostro, que no solo estaba bañado en lluvia sino en gruesas, espesas y saladas lágrimas que provenían de sus dorados orbes ahora enrojecidos por su llanto. Se escuchaban leves sollozos por su parte y sus mejillas rojizas empapadas.
Por otro lado, en el porche de la misma casa, está parada una joven dominicana la cual estaba empapada en lágrimas y alguna que otra gota de la friolenta lluvia de la cual no trataba de protegerse.
Ambas, adoloridas, con el corazón partido debido a que la otra mitad la tenía su amante, la cual tenía enfrente, y era incapaz de pronunciar ningún sonido sin ser tapado por sus propios sollozos.
De un momento a otro la joven pelimorada se acercó vacilante, pero con cierto nivel de decisión, a la joven que le había arrebatado el corazón y a la cual le pertenecía su más profundo y sincero amor. Tomando las morenas manos entre las suyas compartiendo el calor de la humana y el frío de la bruja mientras se miraban firmemente a los ojos, aunque rápidamente desviaron la mirada por la vergüenza y por el dolor que esto les traía.
Después de un suspiro la morena retiró una de sus manos de aquel cálido y amargo agarre para poder situar en la barbilla de la contraria y levantarla de forma delicada, causando que sus miradas chocaron. Era algo doloroso, pero necesario, y sabían que probablemente esa sería la última vez que podrían hacerlo.
De forma lenta acercaron sus rostros y mirando fijamente los labios de la contraria para finalmente cerrarlos y dejar que sucediera lo prohibido. A un centímetro de que sus labios chocarán...
...despertaron...
— ¿Otra vez ese sueño? —comentaron ambas al mismo tiempo, pero en el viviendas diferentes, en sus propria habitaciones.
No entendían el porqué de ese sueño o el significado de este, pero sabían perfectamente que no era la primera vez que lo tenían.
Aunque esta vez se sentía más lejano el contacto a comparación de la primera vez y también normalmente el clima era cálido e iluminado, pero esta vez era todo lo contrario, al igual que la sensación amarga.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
_____
Y aquí vengo con otra historia sin terminar otras. Nesesito organizar mi vida .-.
