Mi alma te pertenece.

Prologo

Observaba el hermoso paisaje, las bellas montañas con sus magníficas cascadas, era un paisaje sin duda que se quedaría en su memoria y su corazón por el resto de su vida.

No era solo por el lindo paisaje que se sentía tan feliz tan tranquila, sino, por todo lo que tuvo que atravesar para llegar a eso momento, el momento donde finalmente se sentía llena, donde el vacío en su corazón ya no existía.

- ¿Que te parece? - y allí estaba, la persona responsable de ese sentimiento, de esa paz, de esa inmensa felicidad.

- Lo amo es precioso, este momento es perfecto, nada podría ser mejor que esto - dijo la pelirroja acercándose a su acompañante y agarrando su mano, quería sentirlo cerca, que sintiera y recordara que esto no era uno más de sus sueños. - ¿qué, qué pasa? ¿por qué me miras así? - pronuncio la antena al ver la dulce sonrisa y el hermoso rubor en más mejillas del azabache.

- Es solo... Que te amo, Emma, y estoy feliz de que estés a mi lado. - aclaro honesto.

La chica solto una risita - Bueno nos prometimos construir un futuro del que nos sintamos orgullosos juntos, y soy una mujer de palabra. - contesto segura Emma - No me voy a ir a ningún lado Ray - reforzó su agarre - Te amo Ray infinitamente.

El azabache toma la cintura de su pareja y la atrajo hacia el en un fuerte abrazo, lleno de cariño y amor, ese que tanto se querían propasar.

- Emma - dijo Ray en un susurro.

-¿Si? - contesto igual ella.

- ¿Estas segura que nada podría mejorar este momento? - dijo con una mirada pícara que hizo que la pelirroja le apareciera un fuerte rubor en sus mejillas. Ray agrandó su sonrisa.

- ¿¡Que estas proponiendo puerco!? - Exclamo avergonzada, pero en el fondo, quería saber que se le había ocurrido a su muy guapo novio.

- Jaja no seas tonta... pero si fuera lo que estas pensando ¡tú! Puerca, tampoco me quejaria - dijo Ray dándole un tierno beso en la cabeza - pero no Emma, lo digo porque este día, en este preciso momento, quería preguntarte algo importante - hablo ya más serio y la miró fijamente.

El corazón de Emma estaba a mil, no solo por el vergonzoso comentario de su novio hacia sus pensamientos impuros, sino, por esas palabras y ese tono que usó, su instinto no fallaba y sabía que lo que tenía que decir Ray era importante y si era lo que ella pensaba sin duda cambiaría su vida para siempre.

Estaba cada vez más emocionaba.

- ¿Que es? - Emma no pudo ocultar su pequeña sonrisa, eso puso más nervioso a Ray.

- B-bueno jeje - un nervioso pelinegro intentaba recordar y buscar las palabras correctas - Emma Grace quiero decirte primero que estoy muy feliz, feliz de al fin poder estar a tu lado, de ser quien realmente queremos ser, de haber logrado enfrentar y ganar todas las batallas que se nos atravesaron, no a sido fácil, a tomado ¡mucho tiempo! Pero a valido la pena, a valido cada bendito segundo - se separó un poco para poder mirar mejor a su novia, la observó, allí estaba ella tan hermosa, deslumbrante como siempre, con ese bello rubor y esos hermosos ojos esmeralda que se estaban empezando a cristalizar, pero sobretodo esas sonrisa que portaba, esa maldita sonrisa que lo volvía loco... Estaba seguro no tenía dudas hoy y aquí era el lugar - Te amo Emma - se arrodillo - amo todo lo que eres, amo tu mejor y peor versión, eres una parte de mi. - Emma pudo observar las pequeñas lágrimas de felicidad que empezaban a salir de los ojos de Ray, ella tampoco las pudo suprimir más - Ya te lo e dicho, te lo he aclarado, pero vuelvo a decir, todo este tiempo juntos y separados me a enseñado y aclarado que quiero un futuro a tu lado, que no tengo más dudas de eso.

- Ray... - Emma tenía el corazón a mil.

De nuevo sus corazones palpitaban al mismo ritmo, de la misma forma.

- Emma Grace, ¿quieres construir un futuro a mi lado, siendo mi esposa? - mostró su sortija.

Y allí estaban dos almas, en un mismo lugar, con sus corazones volviendo a palpitar como en el primer momento en que empezó todo.

Esta es su historia.

Y el como llegaron aquí, a este preciso y magnífico momento.