Se levantó, como todas las mañanas en su habitación silenciosa y oscura, volteó a su lado y cuando lo hizo él, no estaba, seguramente salió algo de imprevisto, alguna reunión o asunto importante, eso no hizo que la pelirroja iniciara con buena actitud su mañana.
Resignada se levantó y abrió las cortinas, estaba haciendo un hermoso día y la vista desde su apartamento era una muy bonita de la ciudad, aunque claro, para Emma no lo era tanto.
- Tan gris - dijo ella en voz baja, la vista podría ser hermosa para cualquier turista o amante de los espacios urbanos, pero para ella, la chica de campo, no, era solo un espacio gris, lleno de humo negro de los miles de autos haciendo ruido y trancones a altas horas de la mañana, se puso a analizar a las personas, todas estaban estresadas usaban ropas tan ajustadas y de marca, observaban sus teléfonos y la calles con estrés, lo veía, no traían ni una sola gota de felicidad o buena vibra. Y para acabar estaba haciendo mucho frío a tal punto que los vidrios se empeñaban, a pesar de que el día estuviera soleado.
Linda forma de iniciar la mañana, pensó .
Volvió a organizar su cama y agarró su teléfono tenía un mensaje, era él, se cuestionó si en verlo o no, no tenía aún la fuerza y energía para responderle o escucharlo, sin embargo lo hizo.
- Salió una reunión de negocios, tendré que quedarme unos días en New York, fue muy de imprevisto y no tuve tiempo de avisarte, lo siento amor, tendremos que tener la cena después, sin embargo ya está la reserva, si quieres puedes ir con Gilda para pasar un rato de amigas, te lo compensaré lo prometo, te amo. - sabia que no debía verlo.
Eso sin duda no le sorprendía no era la primera vez que salían esas reuniones sorpresa, incluso una vez en su cumpleaños, tuvo que dejarla por una reunión en Alemania.
Ya estaba acostumbrada, decidió olvidar ese vacío que sentía en ese momento y concentrarse en seguir su día, ordenó su cama fue al baño e hizo sus necesidades, se arregló, se puso un vestido azul con girasoles en el, unas botas cortas color negro, con una que otra cadena y por último y lo que no podía faltar en su outfitt diario, su collar, ese hermoso collar con forma de un ojo, que le había dado esa persona tan especial. Cuando estuvo lista y se setia con mejor ánimo fue directo a la cocina a preparar su desayuno.
Mientras hacia su desayuno, se puso a pensar en su vida, su familia, trabajo y amigos. Los amaba sin duda que si. Tenia un hermoso trabajo como maestra en una gran escuela de la ciudad, amaba a sus adorados niños, eran tan dulces y les sacaban más de una sonrisa, tenia a su amado padre, tío y primo, que estuvieron con ella toda su vida y la convirtieron en quien era, y sus grandes amigos unos nuevos y otros de su adorada infancia, entre ellos se encontraba él. Su novio pero sobretodo su mejor amigo.
Norman, o como solía llamarle su albino genocida favorito.
No recuerda un solo momento de su vida sin él, siempre han estado juntos, han compartido risas y llantos, lo ama, sin duda, pero...
Sus pensamientos fueron interrumpidos por la alarma que le decía que faltaban 20 minutos para llegar a su trabajo, terminó de hacer sus huevos fritos y su café del día, desayuno a la velocidad de luz y salió rápido de su apartamento, llegó al estacionamiento y entró en su auto.
En camino hacia la escuela Neverland donde trabajaba, se puso a pensar en su vida y el recuerdo de cómo había conseguido el collar que ahora cuelga en su cuello.
Una pequeña sonrisa salió de su rostro.
Flashback:
Emma Grace, una adorable pelirroja de 7 años, adorada por todo el que la conociera, amable enérgica, graciosa y determinaba, así era la pequeña antena.
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Mi alma te pertenece.
RomanceEmma se siente vacía, culpable y arrepentida en esta etapa de su vida donde es una adulta con responsabilidades y deberes que no quiere cumplir, odia el lugar donde vive, odia en lo que se a convertido su relación con su mejor amigo de la infancia...