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Vacío
Eso que te consume por dentro, que te destroza lentamente, y que muchas veces nos hace alejarnos sin ni siquiera darnos cuenta que hay personas que luchan por ti, a capa y espada.
Esa sensación la conocía perfectamente el hijo de Hades, pero que aún así se repetía una y otra vez volviéndolo un terrible ciclo sin fin, pero el vacío que le generó la ausencia de Charlotte, lo hizo transformarse nuevamente en el ogro sin "sentimientos". Ya llevaba al rededor de un mes sin saber al menos alguna noticia de ella, lo último que consiguió fue la ubicación exacta de dónde se encontraba, en un pueblo llamado Forks, según un lugar donde ocurrían acontecimientos muy extraños.
Nico Di Angelo estaba dispuesto a ir hasta ese lugar a buscarla si es necesario, desde hace un par de día para acá esa loca idea se le ha metido a la cabeza, después de tener conocimiento del paradero real de la hija de Afrodita. No esta seguro si es una opción muy racional puesto que existe la posibilidad de quedar como un completo acosador pero esa sensación en su interior lo esta consumiendo poco a poco, llevándolo a un sin din de malhumor.
―¿Qué estás planeando hacer?―una voz femenina capto su atención.
El hijo de Hades volteo con suavidad para poder observar bien a la persona que acababa de ingresar a la cabaña número trece justo allí, estaba una joven afroamericana de alrededor de trece años, con largo cabello rizado color castaño y un par de hermosos ojos dorados, en su brazo se alzaba un tatuaje del Campamento Júpiter de un glifo, símbolo de Plutón, las letras SPQR.
―Hazel―pronunció el chico, a la vez que creaba una sonrisa pequeña en sus labios.
La morena no dudo en correr a los brazos del Di Angelo, debido a que tenía bastante tiempo sin verlo y lo poco que sabía de él era por medio de su amiga Piper, por lo cual medio esta enterada de la situación de él con aquella hija del amor.
―Se que estas planeando ir a buscarla, estoy más que segura que esa idea pasa por tú cabeza―susurró la joven romana, mientras que se separaba lentamente del abrazo.
No hacía falta ser un genio para saber que Nico Di Angelo era bastante obstinado con las cosas que ama y más si se trata de una persona, hará lo posible por ir a buscarla si es lo último que haga, por algo se ha ganado aquel nombramiento como el príncipe de los fantasmas o nadie se le acercaba por "miedo" un pavor bastante irracional.
―No sé, si sea lo correcto―comentó el pelinegro por lo bajo. ―Además puede que ella se haya encontrado a alguien mejor en ese pueblo―agregó, encogiéndose de hombros.
La hija de Plutón hizo una mueca de disgusto al escuchar sus palabras, para comenzar a negar varias veces con la cabeza.
―¡Estás loco, nadie es mejor que un hijo de Hades!―exclamó sin importarle que la escucharán afuera de la cabaña.
Él abrió sus ojos de par en par debido a lo que acababa de oír, pero aquello termino por provocarle un ligero rubor en sus pálidas mejillas, esa si que era una gran manera de subirle el animo a cualquiera, aunque fue más la vergüenza de que alguien hubiera escuchado esas palabras allá afuera y como no eran de chismosos los campistas.
―Ella esta en Forks en una misión, pero ha tardado demasiado y quiero ir a saber si esta bien―murmuró él no deseando que terceros se enteraran de la conversación.
Hazel por un momento se quedo procesando, como tratando de buscar el mejor consejo para su hermano griego, nunca lo había visto de esa manera por lo que de cierta forma no deseaba hacerlo sentir mal o peor aún desmotivarlo cuando él acepto su relación con Frank.
―Ve a buscarla y si no quieres verla directamente, vigila a ver si no se encuentra en problemas―dijo la chica con un tono de entusiasmo.
Nico enmarco una ceja un tanto confundido por su consejo, pero es que por un momento sonó racional aunque a la misma vez acosador, porque vigilarla era acosarla indirectamente sin mencionar que se muere de las ganas de darle un abrazo a la rubia y decirle que no se vuelva a desaparecer de esa forma tan inesperada.
―Esta bien, pero si me meten a la cárcel por acosador les diré que tú fuiste mi cómplice―habló el pelinegro con un toque de diversión.
La morena asintió repetidas veces, a la vez que soltaba una pequeña risa por lo bajo, son muy contadas las ocasiones donde se le ve esa actitud tan simpáticas a Nico, de hecho la mayoría del tiempo se la pasa con su malhumor y una simple broma puede mandar a cualquiera a lo más profundo del inframundo, pero la pequeña posibilidad de volver a ver a la particular hija de Afrodita lo llenaba de una "alegría" muy rara, dado que ha sido la única en ese lugar en lograr hacerlo pasar una momentos inolvidables.
―Será grandioso compartir celdas por verte feliz―argumentó la chica, mientras que se encogió de hombros.
El pelinegro no mencionó ni una sola palabra más al respeto sino que caminó hacía su habitación a buscar un par de cosas que necesitaba para su viaje a ese pueblo, tenía en mente ir por la hija de Afrodita o al menos saber si estaba en perfecto estado, y si necesita ayuda no dudaría en dársela. Realmente esta era una nueva etapa en su vida, las únicas personas por la que se preocupaba una estaba en la sala de la cabaña y la otra en el reino de su padre, así que trataría de darse una nueva oportunidad. Solo deseaba era no encontrarse con cosas desagradable en ese viaje o monstruos, quería que todo estuviera tranquilo por primera vez en toda su existencia, donde lo que más anhela ver es a la rubia para volver a ir a una cita en McDonald's como lo prometieron la última vez...
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Hola, mis dulzuras Aquí les traigo un nuevo capítulo ¿Les gustó? o ¿No?
