ᴀʟʟ ʏᴏᴜ ᴡᴀɴᴛ - ᴅʀᴀᴍɪᴏɴᴇ (ᴛʀᴀᴅᴜᴄᴄɪᴏɴ)

ᴍᴀʏʙᴇ ᴡᴇ ᴄᴏᴜʟᴅ ꜰɪɴᴅ ɴᴇᴡ ᴡᴀʏꜱ ᴛᴏ ꜰᴀʟʟ ᴀᴘᴀʀᴛ

Hermione nunca se había imaginado a sí misma como el tipo de persona que tendría una tórrida y secreta historia de amor entre casas mientras estuviera en Hogwarts. La premisa era como una de las novelas románticas mágicas ridículamente obscenas de la sección de literatura de Flourish & Blotts.

Hogwarts Love Affairs era una subsección propia y muy popular, que ocupaba varios estantes. Filch prohibió estrictamente los libros. Parvati y Lavender los habían pasado de contrabando de todos modos y los habían leído con voracidad, razón por la cual Hermione sabía de ellos.

En realidad, nunca había leído ninguna, bueno, puede que haya leído algunas, por pura curiosidad intelectual.

Slytherin y Gryffindor era la clásica pareja de relaciones secretas; los mejores amantes desaventurados. La rivalidad entre casas siempre puso a los dos personajes en desacuerdo, pero la tensión sexual entre ellos se volvería innegable. Eventualmente, algún dispositivo de la trama los obligaría a unirse: un incidente de pociones, atrapado en la biblioteca, asociación de clases forzada o una situación inverosímil en la que tenían que compartir una sala común privada. El deseo floreciente se volvería irresistible. Se besarían. Estarían horrorizados. Declararían que nunca volvería a suceder. Luego, los dos personajes procederían a follarse entre sí en cada superficie plana del castillo.

La cantidad de iteraciones en el mismo tropo fue un testimonio de la creatividad mágica.

Hermione siempre había pensado que los libros eran bastante divertidos. ¿Los novelistas románticos realmente pensaron que la facultad de Hogwarts alguna vez permitiría que dos adolescentes tuvieran una habitación privada? ¿O que los prefectos no conocían todos los rincones y los armarios de escobas del castillo? ¿Qué estudiante obediente se atrevería a tener sexo en el baño de los prefectos? Sonaba peligrosamente resbaladizo. Era casi imposible pasar de contrabando a alguien a través de una sala común sin que nadie se diera cuenta.

Casi todo lo relacionado con las historias había hecho que Hermione resoplara burlonamente por la pura inverosimilitud mientras colocaba los libros de Parvati en su estante.

En retrospectiva, quizás no todo lo relacionado con las historias fue inverosímil. Por un lado, los prefectos no patrullaban hasta el toque de queda.

Malfoy la encontró caminando por un pasillo después del desayuno a la mañana siguiente y la arrastró a una alcoba escondida detrás de un tapiz.

"Granger," fue todo lo que dijo a modo de saludo antes de besarla. Hubo una oleada de magia que se estremeció entre ellos cuando sus labios tocaron los de ella y ella gimió suavemente.

"Pensé—", comenzó cuando él comenzó a besar su mandíbula. "Pensé que se suponía que no debíamos ..."

Su voz se desvaneció cuando él deslizó una mano por su camisa y debajo de su sostén. Él ya estaba besando su cuello hacia sus glándulas aromáticas. Sintió que todo su cuerpo se aflojaba con anticipación cuando sintió el calor de su boca acercándose a ellos.

"Nghhh ..." dijo y sus rodillas cedieron.

Malfoy simplemente la inmovilizó contra la pared mientras le daba una larga lamida sobre su glándula olfativa izquierda.

"¡Oh, Dios!" ella se atragantó.

Pasó varios minutos lamiendo sus glándulas aromáticas y tocándola antes de deslizar una mano entre sus piernas y presionar la palma de su mano contra su clítoris. Ella se resistió y se aplastó contra él.

"Voy a follarte esta noche, Granger," gruñó contra su garganta y sus dedos retorcieron su clítoris a través de la tela de sus bragas y ella sollozó débilmente. "Voy a lamer cada centímetro de ti. Y te voy a follar al menos dos veces".