Capítulo 1

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Alguien dice que las historias de amor más significativas no las puedes buscar ni crear,  aparecen por si sola sin que uno se de cuenta,  sin esfuerzo.
El amor suena algo tan irreal,  un sentimiento compartido que te hace experimentar plenitud. Puedo decir que creo en el amor a los padres y hermano pero encuentro algo extraño amar a ciegas con la firme creencia que es mutuo porque no existe alguna forma segura de confirmar que lo que otro dice sentir por ti sea real.

El amor no es real.

La puerta suena con golpes secos sin cesar  al fondo de mis sueños puedo escuchar a la par el despertador sonar. ¿Pero porque no soy capaz de abrir los ojos?

— Levántate, llegaras tarde — la voz de recién levantado de mi hermano suena al otro lado de la puerta — y apaga ese estúpido despertador que nos ha despertado a todos menos a ti.

Después de una media hora,  tiempo que me toma arreglarme para ir a la universidad; nos encontramos en la pequeña mesa roja de la cocina. El esta leyendo el periódico ¿quién lee el periódico en este tiempo? Así es  nosotros aun,  él dice que es importante no depender por completo de la tecnología, concuerdo.

—Mamá llamo anoche — me mira por encima del periódico —que por favor la llames de vez en cuando.

Samuel es mi hermano mayor por cuatro años. Solíamos vivir en una ciudad pequeña;  él llego primero para estudiar derecho en la universidad nacional,  por mi parte lo seguí hace dos años,  nuestros padres se quedaron en nuestra ciudad natal.

—Le llamaré esta noche después del trabajo.

—¿Aun no le has dicho que tienes empleo?

—Se opondrá,  tu tampoco puedes decirle — le advertí.

Engañe a mis padres diciendo que había obtenido una beca en la universidad,  menti.  Trabajo medio turno en cualquier lugar que me lo permita, en las mañana voy a la universidad, por la tarde trabajo de mesera y a partir de las ocho hasta las tres de la mañana le hago de cajera en un seven eleven.

¿Por qué?  Bueno hace tres años le diagnosticaron problemas de pulmón a mi padre lo cual hizo que dejara su trabajo,  mi madre por su parte tiene un pequeño restaurante en donde apenas le alcanza para vivir. Mi hermano apenas empieza en el campo laboral y aun no tiene un puesto fijo en el bufete de abogados para el cual labora por lo cual su salario es bajo.
No puedo pedirles dinero,  se que ellos lo necesitan.

El trafico de la ciudad es agitador,  es lunes por la mañana el sol ha salido por completo,  autos tocan sus bocinas por doquier,  todos están apresurados,  unos para llegar al trabajo,  otros a citas y una gran mayoría son estudiantes;  el olor a diferentes comidas se mezcla en el aire con el olor a humo que salen de ciertos autos. Muchos van muchos vienen,  caminando,  en autos o en autobús.
El autobús que tomo justo frente a nuestro departamento se ha llenado apenas entró al centro de la ciudad, por suerte he tomado un lugar y no voy parada como muchos.

Esta es mi rutina de todos los días,  despertar antes de que salga el sol para tomar un autobús durante una hora para ir a la universidad,  salgo a las tres y camino veinte minutos hasta el restaurante donde hago de mesera. Salgo a las siete de la noche para luego tomar otro autobús que me deja justo a la mitad del camino de vuelta a casa en donde es que trabajo de cajera. Todos los días de lunes a domingo.

—¡Ey! —volteo al escuchar su voz —¿vas al trabajo?

Hemos salido un poco antes de clases por lo cual me he estado paseando por las calles cercanas a la universidad.

—Aun tengo tiempo.

Ella se pone a mi lado y me toma del brazo para seguir caminando juntas.

—Entonces ven conmigo.

Un Beso bajo la lluviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora