Prefacio

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Después de deshacerme de esa chica fui lo más rápido que pude a la entrada del hospital, no quería hacerlos esperar, sin embargo, cuando llegué a la entrada no había nadie, Jungkook ya no estaba y los demás tampoco. Poco después apareció la chica y sin que me diera cuenta sonrió. Cuando noté su presencia supuse que ella tenía algo que ver con eso. Aun no borraba esa sonrisa.

- ¿Qué fue lo que le dijiste? -Pregunté molesta, pero ella solo sonrió.

-Yo no le dije nada. Fué el -Dijo ladeando la cabeza mirando a un chico del otro lado de la calle. Caminé rápidamente y una vez estando frente a él, le golpeé en el pecho haciéndolo retroceder.

- ¿Qué demonios le dijiste? –Él sonrió, y eso me molesto bastante.

-Ohh, querida, créeme que no le dije nada que no fuera verdad -Me miro tiernamente y dio un paso hacia enfrente acortando un poco la distancia entre nosotros, pero yo lo miraba sin expresión alguna.

- ¿Quién demonios te crees para llamarme "querida"?

-Oye, tranquila, recuerda que las emociones negativas te dañan mucho -Dijo acariciando mi cabeza, yo solo lo empuje para que se alejara de mí, pero este solo sonrió.

- ¿Quién eres? -Dije tratando de controlarme. Me alteraba muy rápido.

-Soy Jin, tu esposo.

- ¿De qué hablas? Tú y yo no estamos casados.

-Pero podríamos estarlo.

- ¿Qué le dijiste a Jungkook? -Dije lo más tranquila posible.

-Solo pregunté por ti, él dijo que era tu esposo, pero yo solo corregí su error, yo soy tu esposo -Parecía un cachorro siendo regañado, y el puchero en su rostro le hacía ver como un niño pequeño haciendo berrinche, de pronto una vaga imagen llego a mi mente, pero decidí no tomarle importancia.

- ¿Por qué?

-Porque te quiero y siempre te he querido -Parecía cuidar mucho sus palabras, no quería asustarme.

-Pero estoy casada con alguien más.

-Pero esa persona no está aquí -Y tenía razón. Jungkook me había dejado, y no sé qué esperaba que hiciera, tenía la sensación de que él quería una respuesta, pero al mismo tiempo no quería verme. No podía regresar, lo único que llevaba conmigo era mi teléfono, y algo me decía que, si le llamaba no me contestaría, era un hombre orgulloso. No pude evitar soltar un suspiro. - Oh querida, no te preocupes, todo estará bien -Dijo acariciando mi cabeza, y por alguna razón... Eso me tranquilizo. -Puedes venir conmigo -Dijo mirándome tiernamente. Muchos pensaran que estoy loca por pensar que eso era buena idea, técnicamente lo acababa de conocer, pero había algo en el que me resultaba tan familiar y me hacía sentir protegida... Así que acepte ir con él.

...

Pasaron tres años. Viví bien junto a Jin, las sonrisas nunca faltaron, por supuesto que tuvimos problemas, pero siempre los resolvíamos. Durante los primeros meses pensé mucho en Jungkook, pero con el tiempo dejé de pensar en él. Él no me busco y cambio su número, por lo que nunca pude contactarme con él. Y aunque muy dentro de mi seguía amando a Jungkook, me enamore de Jin, era un hombre encantador y demasiado paciente; parecía no molestarle que siguiera amando a Jungkook, pero sabía que añoraba tanto como yo que fuera Jin el único en mi corazón. Poco a poco comencé a amarlo con tanta intensidad y pureza como el amor que él me tenía. Todo parecía ir bien... Hasta el momento en que Jungkook apareció frente a mí.

Devotion [Jeon Jungkook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora